Anaelys Maceo: lo más importante es la seguridad de las personas
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Cuando Anaelys supo que le habían otorgado Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas, se resistió a aceptarlo. Ella no deseaba trabajar despachando medicamentos, prefería ser económica o contable, dos de sus principales elecciones, reflejadas en la boleta del preuniversitario.
Sin embargo, una charla con sus padres le mostró que la carrera concedida poseía un amplio perfil relacionado con la investigación y la producción, y no solo el imaginado por ella. Aun así, la joven se incorporó a su primer año con desgana y molestia.
“Para mí fue un choque muy fuerte salir del preuniversitario y entrar a la universidad. Sobre todo, porque no me gustaba lo que me habían dado. Al final resultó ser mi mejor curso, hasta en las notas”.
Además, a partir del segundo año tuvo que abandonar la sede de la Universidad de La Habana para trasladarse al Instituto de Farmacia y Alimentos (IFAL), ubicado en el municipio La Lisa.
“Esto fue duro, pues estábamos en el centro del Vedado. No obstante, lo asumimos bien porque allí estaban becados los estudiantes de provincia y hacíamos muchas actividades. A veces íbamos a una fiesta en la noche y a la mañana siguiente nos presentábamos a un examen”.
Anaelys confiesa que a pesar de los perfiles en los que puede desarrollarse un graduado en Ciencias Farmacéuticas, para ella lo más atractivo es la investigación.
Gracias a una amiga de su familia (quien fuera luego su tutora) descubrió el mundo de los ensayos clínicos, pues, “aunque durante la carrera recibimos muchas materias, se habló poco sobre este tema. De hecho, mi tesis estuvo relacionada con un ensayo”.

Durante su graduación en 2017 (al centro, de blanco). (Foto: cortesía de la entrevistada)
En 2017, una vez graduada, comenzó a trabajar en el Centro Nacional de Ensayos Clínicos (CENCEC). “Cuando llegó el otorgamiento de las plazas, uno de los lugares era este y lo primero que hice fue buscar a qué se dedicaba la institución y dónde estaba ubicada. También conversé con antiguas compañeras de cursos superiores que laboraban aquí y me gustó lo que me contaron”.
Este es mi tiempo
La cálida acogida que recibió al entrar al CENCEC fue lo que más impresionó a Anaelys. Que hubiera un lugar donde se valorara el aporte de los más jóvenes, hizo que se sintiera como en casa.
El primer reto sustantivo llegó con un ensayo comunitario de intervención, para evaluar los efectos de la vacunación antineumocócica en población pediátrica de Cienfuegos.
“Tuve la responsabilidad de ser la asistente principal y con ello viajar a esa ciudad mensualmente. Nuestra tarea consistía en escoger los sitios donde se realizaría el estudio y que estos cumplieran con todas las condiciones y regulaciones exigidas en el protocolo.
“La experiencia fue muy bonita porque nunca había trabajado en vacunas. Además, con los niños el rigor debe ser mayor”.
─ ¿En qué consiste específicamente tu trabajo?
─ Yo soy asistente de investigación clínica. Cuando un centro nos contrata puede ser para escribir el protocolo del ensayo, conducirlo hasta la entrega del informe final, y en algunas ocasiones, solo para llevarlo en su etapa de ejecución.
“A veces lo recibimos ya redactado y tenemos que revisarlo. En caso de que encontremos algún detalle a cambiar, les proponemos a los promotores las modificaciones que deben realizar.
“Si ya estuviera aprobado por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), se le hacen las reformas y el documento vuelve a presentarse para ser nuevamente ratificado.
“Durante la conducción de un ensayo clínico, vamos a los sitios a monitorear y controlar que sean cumplidas las regulaciones vigentes y que no se viole ni falle nada. Lo principal es la confidencialidad de los sujetos y que todo sea seguro para ellos”.
─ En estos momentos en La Habana se están realizando los ensayos clínicos del candidato vacunal Soberana 02, en su fase III. ¿Estás involucrada de alguna manera en ellos?
─ Soy la asistente que está dirigiendo el municipio Centro Habana. Lo que hacemos es revisar que en todos los puntos de vacunación estén creadas las condiciones.
“Este es un estudio muy grande y necesitamos que la vacuna salga porque el país se encuentra en una situación muy compleja. Pero que sea en buenas condiciones y como lo pide la agencia reguladora.
“Por eso nosotros debemos verificar que en estos ensayos los sujetos sean incluidos correctamente, visitar los consultorios y que los puntos de vacunación también hagan bien su cometido”.
─ ¿Cuánto tiempo puede llevar realizar esta labor?
─ Eso está en dependencia del ensayo. En relación con Soberana 02 requiere un trabajo más rápido. De momento estamos a tiempo completo en los sitios, desde por la mañana hasta que se termina con el último vacunado, porque pudiera suceder algo y ahí estamos nosotros para asegurar cualquier problema que haya. Es un quehacer arduo de lunes a lunes. No tenemos días libres.
─ ¿Cuáles son los problemas que pudieran surgir durante un ensayo clínico?
─ Que el protocolo sea violado, que no estén los insumos, los materiales. La inclusión de los pacientes es de los que más nos afecta, sobre todo en los estudios de cáncer, pues no todos los enfermos cumplen con los criterios establecidos.
Yo pisaré las calles nuevamente
Dormir y comer es lo que más le gusta a Anaelys y al inicio de la pandemia logró sincronizarlo con el teletrabajo. No obstante, cuando le pidieron que dejara la seguridad de su hogar, para contribuir de manera activa en la búsqueda de información que apoyara la investigación de los científicos sobre la COVID-19, no lo dudó ni un segundo.
“Fue complicado porque debíamos estar en los sitios donde estaban ingresados los sujetos infectados. Nuestra función consistía en revisar las historias clínicas y extraer los datos sobre cómo se manifestaba la enfermedad en los pacientes y así poder modificar el protocolo de actuación”.
Después pasaría a formar parte del ensayo de Soberana Plus en convalecientes. “Aunque se realizó en un corto periodo de tiempo me marcó porque sabes que es un estudio que haces por el bien de la población.
“Además, fui la responsable de escribir el informe final, que es lo mejor del proceso. En él reflejas las dificultades presentadas, los objetivos que se perseguían y lo que se alcanzó. De igual forma, es gratificante saber que las tareas que nos asignaron las cumplimos”, señala Anaelys.
Empero, afirma que, si bien es interesante monitorear los lugares, ver cómo va funcionando el ensayo, lo que más le gusta es estar en su puesto de trabajo.
“Cuando estoy en el centro recibo la información de los coordinadores en las provincias, sobre los estudios que se realizan en ellas, de las visitas que hacen a los sitios, los problemas presentados, la inclusión de pacientes o no.
“Después introduzco esos detalles en una base de datos digital y remito al promotor los inconvenientes surgidos, para que puedan resolverlos”.

Con dos de sus referentes en el centro, la Dra. Yamile Cachimaille y el Dr. Gustavo Cambet (Foto:Alba León Infante)
─ ¿No te aburre esa rutina?
─ No, porque es un trabajo dinámico. También escribo protocolos, informes finales, monitoreo los lugares donde se desarrollan los ensayos. Por lo general atendemos varios a la vez y las tareas de cada uno no coinciden entre sí. Tampoco la gestión en la solución de las dificultades es la misma.
─ Entonces, ¿cómo gestionas tu tiempo con varios ensayos clínicos a la vez?
─ Nos apoyamos en la tecnología. A través del teléfono y el correo electrónico tramitamos muchos de ellos. Nos comunicamos con los promotores, con los coordinadores y resolvemos los contratiempos. No podemos quedarnos estáticos.
Anaelys tiene claro que cuando termine la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, lo primero que hará será quitarse el nasobuco e ir a la playa. Disfrutar del mar y los amigos es lo que más añora.
Asimismo, sabe de la importancia que tiene para su profesión continuar superándose y planea terminar su maestría en Ensayos Clínicos, pospuesta debido a la COVID-19.
Sin embargo, reconoce que esas son metas a cumplir a largo plazo. Ahora hay que continuar en el monitoreo de los ensayos clínicos de los candidatos vacunales, para que estos transiten con el mayor rigor y obtengamos un resultado efectivo y seguro.
─ Como investigadora del CENCEC, ¿qué les dirías a las personas en relación con los candidatos vacunales?
─ Les digo que no duden de ellos. En varias ocasiones me han preguntado en los sitios donde he estado, si no ha sido un proceso demasiado rápido. Yo les comento que este es un país con una amplia preparación en el desarrollo de vacunas y todas han resultado muy seguras.
“Durante la pandemia muchas instituciones han tenido que aunar esfuerzos y trabajar por un mismo objetivo. Eso ha propiciado este vertiginoso resultado, pero eso no significa que no hayan sido cumplidas las regulaciones que pide el CECMED y las normas internacionales. De hecho, se ha exigido que estas sean más rigurosas, pues lo más importante es la seguridad de las personas”.
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