Animal Crossing: nuevos horizontes para un rato divertido
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Existe una idea de que los videojuegos siempre deben de ser emocionantes. Siempre hay que correr, disparar, saltar, pelear, ganar. Estos verbos, estas ideas de diseño, están muy enraizadas en la mayoría de nuestros videojuegos. Es dentro de esas líneas que cae la saga Animal Crossing y su última entrega New Horizons, que ha sido durante esta etapa de pandemia uno de los videojuegos más populares a pesar de su exclusividad en consolas de Nintendo.
Según un informe financiero de Nintendo, ha sobrepasado la barrera de los 31,18 millones de copias vendidas en nueve meses. Suena sorpendente y más si lo comparamos por ejemplo con GTA V, que vendió 34 millones en sus primeros 11 meses de vida.
¿Que hace a Animal Crossing tan exitoso? ¿De qué va?
Todo Animal Crossing comienza siempre con una mudanza. Nuestro personaje, que podemos crear y modificar a nuestro gusto, escapa de su vida normal para mudarse a un pueblo tranquilo. Nada sorprendente, excepto que el pueblo está habitado por animales antropomórficos parlantes, quienes serán nuestros vecinos.
Este escenario es perfecto para momentos llenos de risas o personajes coloridos como un elefante que ama el crossfit (rutina de entrenamiento) o un perro que canta blues.
Nos recibirá siempre al llegar el alcalde Tom Nook, un mapache que nos cobrara precios exorbitantes por la mudanza y nuestra nueva residencia, endeudándonos. A partir de ahí nuestra principal tarea será saldar esta deuda, conocer y ayudar a otros residentes o incluso lograr que el poblado prospere.
Una obra muy particular y con una profundidad de lecturas más compleja de lo que aparenta, pues de cierta forma describe la constante batalla de un individuo contra la deuda que le infligen aquellos en el poder.
Para nuestra suerte el juego decide no concentrarse en este aspecto tan perturbador y decide enfocarse en los pormenores de la vida en la nueva comunidad.
Nuevos Horizontes
Animal Crossing -New Horizons, va sobre nuestra vida en una isla desierta. Luego de la habitual mudanza y extorsión a manos de Toom Nook quedamos con la responsabilidad de ser su embajador y asegurarnos de su funcionamiento. Esto significa que tendremos que escoger los lugares de residencia de nuestros compañeros animales, impulsar y crear comercios, encontrar ciudadanos que estén dispuestos a ser nuestros cohabitantes o incluso dedicarnos a mejorar nuestra casa y condiciones de vida.
Lo interesante es que no tenemos que hacerlo. No existen medidas en el videojuego o sistemas para forzar nuestras acciones como indicadores de hambre y cansancio. Podemos escoger no hacer nada y nadie nos exigirá. ¿Cómo avanza entonces?
Depende de nosotros. Es donde puedes quedarte contemplando sus horizontes. Puede sonar aburrido pues no tenemos una motivación inmediata para avanzar más allá de nuestros propios deseos. Pero es aquí donde entran las decisiones de diseño que son en retrospectiva lo que hace que Animal Crossing sea tan atractivo.
Diseñando el Deseo
Animal Crossing se entiende mejor si lo imaginas como tu pequeño universo personal. Cada isla que los jugadores habitan está bajo su control. Eres libre de crear el paraíso tropical que quieras. Puedes por supuesto visitar las islas de otros jugadores para así interactuar, obtener recursos, crear juntos o sencillamente explorar
El videojuego funciona a tiempo real; es decir, que si lo juegas a las seis de la mañana, podrías ver el amanecer desde tu isla; y si lo juegas a las seis de la tarde, el atardecer. Esta mecánica de tiempo influye en qué vida salvaje puedes encontrar y recolectar en la isla. Incluso las estaciones van cambiando en lo que también afecta al resto del sitio o de eventos que van sucediendo.
Y aunque tu personaje no come o duerme, tú como jugador sí lo haces, así que el juego está pensado para no tenernos atrapados por horas sino por varios momentos más cortos durante el día. Para esto los recursos naturales de la isla son pocos y solo se regeneran en principio con el tiempo. Así que una buena estrategia es jugar solo por 30 minutos y luego seguir con nuestra vida diaria mientras los recursos que minamos se regeneran.
Además, como el juego funciona a tiempo real, algunos eventos o acciones como encargar una casa pueden demorar días u horas. Esto garantiza que cada vez que abramos el juego haya algo nuevo que ver. Es un ejemplo de cómo puedes generar deseo al imponer limitaciones que podemos entender como naturales entre nosotros y el objeto deseado.
La inmediatez y satisfacción que brinda el combate contra un enemigo poderoso, podemos imaginarla, pero la sensación de recibir tras un día de espera ese paquete que encargaste es mucho más entendible para todos y brinda una alegría más cercana a las que podemos encontramos en nuestro día a día.
Pero aquí en JT queremos saber qué crees. ¿Has probado algún juego de la saga? ¿Cuál es tu favorito? ¿Has probado New Horizon? ¿Tienes algún personaje favorito? ¿Conoces algún otro juego similar? Comenta y forma parte del debate en este #MartesGamer de JT
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