Inicio / Mas JT / Un verano de pasión por el cosmos

Un verano de pasión por el cosmos

Redacción JT
13 octubre 2025 | 0 |

Por Adonais Toscano Mesa y Alejandro Pellicer Capote./En la foto: un grupo de niños entusiasmados por el encanto de la astronomía y el cosmos, gracias a las enseñanzas del Licenciado en Física Nuclear Hilver Adriano Castillo Calcedo.


Compartiendo con la comunidad de amantes a la astronomía en Cuba, emerge con frecuencia un relato generacional. Astrónomos amateur y entusiastas recuerdan con nostalgia lo que describen como una época dorada de la cultura astronómica len la Isla, situada entre las décadas de los 60 y 80. En aquellos años, la competencia de la carrera espacial se vivía día a día con creciente entusiasmo y los nuevos descubrimientos del universo motivaban reportajes extensos que cultivaban un debate público fervoroso.

Desde entonces, muchos de ellos perciben que esta ciencia multidisciplinaria ha experimentado un declive, relegada en los planes de estudio, y el acceso a instrumentos se convirtió en una travesía cuesta arriba. Sin embargo, esta percepción choca con una realidad esperanzadora, ya que, a pesar de los obstáculos, la pasión por la astronomía perdura, encontrando su camino a través de redes sociales, eventos y un espíritu de comunidad resiliente.

Durante el verano de 2025 esa chispa encontró nuevo combustible, ya que una serie de eventos consecutivos demostraron que bastante lejos de haber concluido, la historia de la astronomía en Cuba está entrando en un nuevo capítulo: un renacimiento prometedor.

Los esfuerzos en colaboración con el Proyecto del Observatorio Astronómico de La Universidad de La Habana y la iniciativa ProAstronomía hicieron posible la intensa actividad, que recorrió desde la divulgación hasta la formación especializada para incentivar a los jóvenes que profundicen más en cuanto a la investigación de temas astronómicos.

Un día para prevenir los peligros del cielo

El Día del Asteroide es una iniciativa global cuyo objetivo central es concientizar a la humanidad sobre el desastre que puede causar el impacto de un cuerpo menor del Sistema solar y junto a ello cómo prevenir esta amenaza. Dicha fecha motivó dos actividades en Cuba.

El compañero Raidel Sosa Armas, transmitiendo conocimientos en el Día del Asteroide a los visitantes del Museo Nacional de Historia Natural de Cuba.

El 28 de junio tuvo lugar una jornada en el Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, la cual se centró en la educación para la prevención de riesgos cósmicos, a través de conferencias y diálogos con el público; se explicó la naturaleza de los diversos cuerpos menores del Sistema Solar y cuáles son los potencialmente peligrosos para la civilización humana. También se repasó la historia de impactos pasados, la tecnología que la humanidad desarrolla hoy para la defensa planetaria, entre otros temas.

Por su parte, el 30 de junio, que es la fecha oficial internacional, el Observatorio Astronómico de la Universidad de La Habana también celebró el Día del asteroide. En dicha fecha, pero de 1908 ocurrió un evento sin precedentes en una localidad de Rusia llamada Tunguska. Por alguna causa que hasta el día de hoy no se conoce a ciencia cierta, cerca de esa localidad fue aplanada toda un área forestal, afectando un área de cinco a diez kilómetros de diámetro. El evento por fortuna no sucedió en un área poblada. Este es, hasta el día de hoy, el mayor impacto registrado en la Tierra.

El encuentro realizado sirvió como un recordatorio crucial de que la astronomía no es solo contemplación sino también una ciencia vital para el futuro de nuestra especie. Fue emocionante ver cómo diferentes espacios se sumaron a esta efeméride astronómica desde sus respectivas perspectivas.

Ciencia y telescopios en la Quinta de los Molinos

El impulso continuó en julio con un acontecimiento importante para la divulgación científica nacional.

El 19 de julio, los astrónomos amateurs estuvimos presentes en la Feria de ciencias en ocasión del 60 aniversario de la revista Juventud Técnica. Representando a la iniciativa ProAstronomía y al Proyecto del Observatorio Astronómico de la Universidad de La Habana, montaron un stand donde interactuaron con el público.

Una gran cantidad de personas se acercaron al pequeño espacio-tiempo creado por los aficionados. Allí encontraron un póster que respondía sobre algunos de los misterios de la creación de nuestro universo, un libro muy ilustrativo que daba a conocer de mejor manera nuestro planeta y su lugar en el cosmos, y por supuesto no faltaron los mejores amigos de los astrónomos, los telescopios.

Los telescopios fueron un gran atractivo, en particular para los asistentes más pequeños, quienes quedaban asombrados por su presencia; su curiosidad intrínseca les motivaba a mirar a través del ocular. Lastimosamente no se llevaron la experiencia de ver las estrellas, pero para compensar esto, colocamos un cartel del Sistema Solar en un extremo del parque y preguntábamos a los visitantes cuáles eran los planetas que lograban ver. Luego, en las horas del mediodía, la observación solar segura se llevó a cabo utilizando un telescopio equipado con un filtro solar.

Muchísimas personas pudieron observar, quizás por primera vez en sus vidas, las manchas solares de la superficie de nuestra estrella y llevar en sus corazones la experiencia. Pero las sorpresas no se detuvieron aquí.

La Luna y las Pléyades

Tras la ardua labor en la feria de ciencias, se realizó una acampada del 19 al 20 de julio en la azotea de la Facultad de Matemática y Computación (MATCOM), sede donde se encuentra emplazado el Observatorio de la Universidad de La Habana.

Ya que entre las 4:00AM y 6:00AM se presenció un fenómeno llamativo, la ocultación parcial de las Pléyades por la Luna, un evento celeste espectacular, la ocasión fue aprovechada para convocar un concurso de captura de este fenómeno, ideal para los astrónomos aficionados a la astrofotografía.

Plantando la semilla del futuro

Durante el verano se desarrolló, además, un taller de astronomía infantil, con el objetivo de dejar en la memoria de los niños un buen sentimiento sobre lo maravilloso e interesante que resulta la astronomía. Sobre ella nos contó su creador, el Licenciado en Física Nuclear Hilver Adriano Castillo Calcedo:

“En febrero de 2023 comencé una aventura que cambiaría mi forma de ver la enseñanza y, sobre todo, la manera en que comparto la pasión por la astronomía. Me lancé a dar un curso para niñas y niños, sin tener mucha experiencia previa trabajando con ellos. Era un gran reto: ¿cómo traducir conceptos complejos sobre el universo a un lenguaje sencillo y atractivo, capaz de despertar curiosidad sin perder la esencia del conocimiento?

“La respuesta me la dieron los propios niños. Desde la primera clase, su entusiasmo me sorprendió. Llegaban con preguntas frescas, con una imaginación desbordante, y cada explicación era una invitación a seguir explorando. El curso resultó un éxito, pero lo que más me marcó fueron las reacciones de los padres: muchos me pedían también un curso para adultos, porque sus hijos regresaban a casa con tantas dudas que ya no sabían cómo responder. Ese detalle me hizo comprender que la astronomía no solo estaba llegando a los niños, sino que también estaba entrando en las familias.”

“A partir de esa experiencia, decidí continuar. Repetí los cursos en 2024 y más recientemente en febrero y julio de 2025. En cada edición confirmo algo que considero esencial: en Cuba, la enseñanza de la astronomía es prácticamente nula, y sin embargo los niños muestran un interés enorme por estos temas a edades muy tempranas. Ellos quieren entender qué son las estrellas, cómo se mueven los planetas, por qué existe el día y la noche. Esa curiosidad natural merece ser cultivada.

“Por eso creo que enseñar astronomía a los más pequeños no es solo una actividad extracurricular: es abrirle una ventana al conocimiento científico, darles herramientas para pensar críticamente y, sobre todo, inspirarlos a hacerse preguntas. Porque al final, mirar el cielo no solo nos habla de planetas, estrellas y galaxias: también nos invita a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo y a descubrir que siempre hay algo nuevo por aprender.”

Taller astronómico de verano

Otra iniciativa apoyada por astrónomos amateur demostró el creciente interés por las ciencias del espacio en Cuba y sentó un precedente para la educación científica extracurricular.

Representación visual de la ocultación mediante el uso del planetario virtual Stellarium

El Instituto de Ciencia y Tecnología de Materiales (IMRE) de la Universidad de La Habana fue la sede de un novedoso encuentro astronómico de verano. Motivados por crear un espacio de aprendizaje inspirados en temas astronómicos tanto para sus formaciones individuales y la del público interesado, un grupo de jóvenes crearon el evento, con el apoyo de conocedores autodidactas con años de experiencia.

La idea fue inmediatamente acogida por Osmel Cruzata Montero, responsable del Proyecto del Observatorio Astronómico de la Universidad de La Habana, y Alejandro Jiménez Pérez, uno de los fundadores de ProAstronomía. También habría que agradecer a la dirección del IMRE que aprobó la realización del taller en la época de verano.

El curso se desarrolló con éxito a lo largo de dos semanas, del 4 al 15 de agosto, con sesiones los lunes, miércoles y viernes. Una de sus fortalezas fue lograr unir a diversas partes de la comunidad astronómica para trabajar juntas en el proyecto. Este espacio no solamente creó un ambiente adecuado para aprender más sobre esta hermosa ciencia, sino que también sirvió para sentirnos más unidos y fortalecer los lazos humanos que tenemos cada uno de nosotros.

Asistentes al curso de astronomía en un momento de intercambio y aprendizaje.

El taller deja claro que existe una comunidad ávida de estos espacios, que supera la capacidad física disponible, una lección clave para futuros encuentros. Por tanto, la aspiración es a encontrar espacios más amplios y accesibles, y consolidar este esfuerzo como una referencia a tomar en cuenta para siguientes iniciativas del mismo estilo. Todo este movimiento astronómico deja claro que cualquier momento es ideal para aprender y que el cielo cubano también se mira con telescopios. (El material completo de las presentaciones está disponible para su consulta en el grupo de Telegram ProAstronomía, tópico, libros y referencias)

Una última aventura

Nuestro verano astronómico finalizó en el Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, un momento nuevamente liderado por la juventud astronómica cubana.

Allí se habló sobre los avances logrados mediante el estudio de exoplanetas y sistemas exoplanetarios, de las posibilidades y desafíos que enfrentaría la humanidad al intentar colonizar un planeta y sobre las diversas ideas que existen para explicar la falta de señales de vida en el universo. Todas las charlas dieron una perspectiva mejor sobre nuestro lugar en el universo y lo diminutos que somos en él.

Momentos finales de nuestra última aventura museística, compartiendo con el equipo de conferencistas

Lamentablemente hubo poco público; sin embargo, la presencia de una familia y un joven, los cuales interactuaron y mostraron mucho interés durante su estancia corrobora que a veces solo es necesario mostrar un poco de la grandeza del universo para encender esa chispa de conocimiento y curiosidad que todos poseemos.

Así concluimos el viaje por una parte del quehacer astronómico cubano. ¡Manténgase al tanto y deseamos mucho su participación en próximos eventos!  


Agradecimientos

El taller realizado en el IMRE no hubiera sido posible sin las siguientes personas:

  • Francisco Gonzales Veitia, especialista del IGA (Instituto de Geofísica y Astronomía), quien compartió su conocimiento sobre los superdestellos estelares y sus consecuencias no solo para la vida en nuestro planeta, sino la que pudiera existir en otros rincones del universo.
  • Alejandro Pellicer Capote, estudiante de segundo año de Física, el cual impartió una conferencia sobre la modelación física de una estrella, dando a conocer un poco más el lado físico-matemático de la astronomía.
  • Felix Hermoso Avila, estudiante de tercer año de Física, quien abordó el tema de las características físicas generales de los asteroides.
  • Adonais Toscano Mesa, estudiante de primer año de Física, que expuso sobre las distintas taxonomías orbitales de los cuerpos menores del Sistema solar y dio la oportunidad de debatir varios temas de astrobiología.
  • Gabriel Correa Briart, estudiante de primer año de Física, quien actualizó al público sobre los distintos métodos que existen de defensa planetaria y comentó sobre las iniciativas que existen en el mundo para tal propósito.
  • Antonio Alonso Díaz, astrónomo amateur de mucha experiencia, impartió dos conferencias sobre el tipo de equipamiento que puede usar un astrónomo aficionado y qué tipos de cálculo pudiera realizar.
  • Alejandro Jiménez Pérez introdujo al público a la astroinformática y recalcó un tema muy importante del cual no se habla mucho, cómo se maneja la información en la astronomía.
  • Alejandro Nelson Salom, astrónomo amateur, nos llevó al mundo de los videojuegos y cómo estos pueden ser experiencias enriquecedoras del conocimiento científico, además que también se encargó de una charla sobre el procesamiento de imágenes provenientes de los telescopios espaciales.

Deja un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dos × 5 =