Foto: Tomada del sitio web del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
Por Iramis Alonso Porro
A quienes hemos viajado a Belém do Pará desde Cuba para participar en la COP 30 nos resulta imposible dejar de hablar del más reciente paso del huracán Melissa por nuestro país.
El paso de este ciclón de gran envergadura no es solo una muestra de la urgencia de acciones globales con respecto al cambio climático, sino también de la necesidad que tienen los pequeños estados insulares de continuar perfeccionando su capacidad de identificación de peligros y manejo de los riesgos, a partir de fortalecer la cooperación y promover soluciones concretas para proteger a las comunidades más vulnerables frente a los impactos de ese tipo de eventos climáticos extremos.
El primer coronel Luis Ángel Macareño Vélez, segundo jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, ha estado presente en esta COP 30 justamente para compartir ideas y experiencias para la reducción del riesgo de desastres.
“Lo fundamental aquí es poder hacer alianzas entre organizaciones y organismos que tenemos a cargo esa responsabilidad de reducir riesgos y enfrentar desastres, y hacer recuento de lo que se ha avanzado en algunos casos en relación con estos temas.
“Hemos, por ejemplo, profundizado vínculos con el Sistema de Naciones Unidas, con quien mantenemos una estrecha relación de trabajo en nuestro país. Y eso nos permite poder evaluar qué más debemos hacer en función de aprovechar todos los recursos que podamos asumir para la gestión de riesgos y desastres.
Macareño Velez recordó que el año pasado por esta misma fecha Cuba tuvo dos huracanes y dos sismos: Oscar en el Oriente, Rafael en Occidente y los sismos del Pilón.
“Esto significa llevar a cabo una actualización de los planes de reducción del desastre. Y como la gestión está basada en la ciencia, todo lo que se está haciendo ahora en el estudio y actualización de los estudios de peligro, nos permite poder acercarnos con objetividad cada vez más creciente en la aplicación de las medidas de protección a la población. Ahora no hemos tenido fallecidos, y eso para nosotros es sumamente importante.
“Trabajamos precisamente para que la población esté protegida y para que la población sienta la confianza de contar con un sistema de Defensa Civil que le permita poder protegerse por cada peligro de los que están apreciados en nuestro país; por supuesto, a partir de un trabajo multisectorial, donde confluyen todos los organismos de la Administración General del Estado”.
A nivel internacional se reconoce que Cuba tiene preparación, tiene especialistas, hay conocimientos. “Para nosotros, precisó el primer coronel Macareño, es muy valioso, porque, aunque tengamos problemas de tecnología, permite profundizar en los sistemas de alerta temprana. Y existe una ruta para seguir aumentando la capacidad en tecnología por incrementar el conocimiento. No de quienes respondemos por el sistema de Defensa Civil, sino de la población, que es su parte más importante.
“Por lo tanto, tiene que estar persuadida, tiene que tener percepción de riesgo, conocimientos reales, y debe confiar en los sistemas oficiales de alerta temprana de nuestro país”.
