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Los representantes reunidos en la COP30 de Belém sellaron este sábado un acuerdo de consenso que presenta avances en materia de adaptación y financiación climática, si bien su principal laguna es la ausencia de una referencia explícita a la reducción de los combustibles fósiles.
Pese a esta omisión, el documento final hace un llamado a intensificar los esfuerzos globales para enfrentar el calentamiento global y reafirma el compromiso con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C.
El presidente de la conferencia, André Corrêa do Lago, reconoció durante la sesión plenaria de clausura la existencia de disensos entre los países, admitiendo que varias naciones manifestaron tener “mayores ambiciones”. El diplomático brasileño se comprometió a canalizar esas preocupaciones y a trabajar en su resolución a lo largo del próximo año.
La falta de un lenguaje claro sobre los combustibles fósiles en el texto final se atribuye a la oposición de los países productores de petróleo, que contaron con un significativo apoyo. Esta postura prevaleció sobre los esfuerzos de una coalición de naciones, entre las que se encontraban Cuba, Colombia, España y varios miembros de la UE, que abogaban por incluir un llamamiento explícito a una hoja de ruta para la transición energética.
Uno de los logros concretos de esta cumbre fue la aprobación de un conjunto definitivo de indicadores, unos 60 en total, para medir los avances en la adaptación al cambio climático. Estos indicadores, que incluyen métricas como el nivel de estrés hídrico, la eficiencia en el uso del agua o la tasa de mortalidad asociada a impactos climáticos, permitirán a los países evaluar su preparación frente a los efectos del calentamiento.
El texto deja claro que el uso de estos indicadores es voluntario y no creará nuevas cargas financieras para los países.
En materia de financiamiento, el acuerdo mantiene el compromiso de la COP29, urgiendo a las naciones desarrolladas a aportar 300.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para 2035. Asimismo, se estableció un compromiso para triplicar los fondos destinados específicamente a la adaptación para el mismo año.
Adicionalmente, el presidente de la conferencia anunció la creación de una “hoja de ruta” específica para gestionar la transición energética y otra para revertir la deforestación.
(Con información de EFE, Reuters y El País)
