¿Alguna vez has mirado la Luna y sentido curiosidad por sus cráteres, montañas y valles? La Sociedad Astronómica Real de Canadá (RASC) te invita a embarcarte en una aventura única con su programa Explore the Moon (EtM), diseñado especialmente para observadores principiantes. ¡No necesitas ser un experto ni viajar a lugares remotos! Desde tu patio, balcón o ventana, puedes explorar nuestro vecino celeste más cercano y descubrir sus maravillas. Lo que sigue a continuación es una pequeña guía para que usted mismo pueda realizar estas fascinantes observaciones, la cual está basada en la información extraída del programa Explore the Moon.
¿Por qué observar la Luna?
La Luna es el objeto astronómico perfecto para empezar a practicar. Aquí tienes algunas razones:
- 1. Es fácil de encontrar: No perderás tiempo buscándola en el cielo.
- 2. Accesible desde cualquier lugar: Incluso en ciudades con contaminación lumínica, su brillo permite ver detalles.
- 3. Ideal para aprender: Usarás binoculares o telescopios pequeños, perfeccionando habilidades como el enfoque y el seguimiento.
- 4. Detalles fascinantes: Con cada fase, la luz del Sol revela nuevos relieves cerca del “terminador” (la línea que separa el día y la noche lunar).
El origen de “Explore the Moon”
Este programa nació en 2011 de conversaciones entre los miembros de la RASC (David Chapman, Patrice Scattolin y Ted Dunphy) , quienes buscaban una alternativa más sencilla al programa lunar avanzado de la organización. Querían una guía para principiantes, un paso intermedio entre observar estrellas fugaces y estudiar galaxias lejanas. Tras años de pruebas con entusiastas, en 2016 se convirtió en un programa oficial, con certificados y pines para quienes completen sus observaciones.

El método Q-Day: tu brújula lunar
La innovación clave de EtM es el “sistema Q-Day”, que simplifica la localización de características lunares. En lugar de memorizar cientos de nombres, te enfocas en una franja cercana al terminador, donde las sombras realzan montañas y cráteres. Así funciona:
- 1. Identifica la fase lunar: El mejor momento para observar es alrededor del Cuarto Creciente (Q-Day 0).
- 2. Calcula tu Q-Day: Si observas 3 días antes del Cuarto Creciente, es Q-Day –3; si es 2 días después, Q-Day +2.
- 3. Usa las tablas del programa: Estas indican (Fig. 2) qué cráteres y valles son visibles según tu Q-Day. Por ejemplo, en Q-Day –3, buscarás el cráter Atlas o las montañas Taurus. A la tabla le siguen, lógicamente, varios mapas de la superficie lunar con los lugares señalados para que sea aún más fácil su localización.

¿Un ejemplo práctico? Imagina que es el 30 de mayo de 2025. El Cuarto Creciente es el 3 de junio siguiente (Q-Day 0), así que el 30 sería Q-Day –3. Según las tablas, ese día podrías observar el Valle Rheita o el cráter Macrobius, entre otros.
Usa las fases de la Luna para guiarte en el tiempo
Para entender el método Q-Day, primero es clave conocer las fases lunares. La Luna no produce luz propia: su brillo depende del reflejo del Sol, y su apariencia cambia según su posición respecto a la Tierra y nuestra estrella. Las fases principales son:
- 1. Luna Nueva: Invisible, ya que el lado iluminado está frente al Sol.
- 2. Cuarto Creciente: Mitad iluminada (derecha en el hemisferio norte), visible al atardecer (Fig. 3)
- 3. Luna Llena: Completamente iluminada, pero con detalles planos por la luz solar directa.
- 4. Cuarto Menguante: Mitad iluminada (izquierda en el hemisferio norte), visible antes del amanecer.

Cada fase dura aproximadamente 7 días, y el ciclo completo es de 29.5 días (mes sinódico). El mejor momento para observar detalles no es durante la Luna Llena, sino cerca del Cuarto Creciente o Menguante, cuando el terminador (la frontera entre día y noche luna) revela montañas y cráteres con sombras más pronunciadas.
La magia del terminador: donde la Luna cobra vida
El terminador no es solo una línea: es una “ventana a la topografía lunar”. Aquí, el Sol está cerca del horizonte lunar, proyectando sombras largas que destacan:
- – Alturas de cráteres: Las paredes montañosas de cráteres como Copérnico o Tycho se ven como siluetas afiladas.
- – Valles y cordilleras: El Valle Rheita o los Montes Taurus parecen grabados en relieve.
- – Texturas ocultas: Hasta los telescopios pequeños capturan grietas y crestas imposibles de ver con luz solar directa. Si usted usa un pequeño telescopio podrá observar, desde cráteres de una centena de kilómetros de diámetro (1) hasta formaciones geológicas de solo unos pocos cientos de metros de altura (2)

¿Por qué evitar la Luna Llena? En esta fase, el Sol ilumina la Luna de frente, eliminando sombras y “aplanando” el paisaje. ¡Es como observar una foto sobreexpuesta!
Recursos que necesitarás
- 1- Un telescopio o binoculares: Hay dos versiones del programa: una con 94 objetivos para telescopios y otra con 40 para binoculares.
- 2- Mapas lunares: El programa incluye guías, pero también recomienda recursos como el Moon Observer’s Guide o apps como Moon Atlas.
- 3- Un calendario de fases lunares: Para planificar tus Q-Days.
Consejos para éxito
- 1- Orienta tus mapas correctamente: Asegúrate de que coincidan con la vista de tu telescopio (algunos invierten la imagen).
- 2- Enfócate en el terminador: Aquí las sombras son más pronunciadas, revelando detalles como paredes de cráteres o cordilleras.
- 3- Lleva un diario: Anota fechas, condiciones del cielo y detalles observados.
¡Empieza hoy mismo!
La Luna nos espera con historias de impactos cósmicos, erupciones antiguas y paisajes que desafían la imaginación. Con EtM, cada noche se convierte en una expedición en donde usted puede presenciar en primera persona los lugares en donde una vez caminó el hombre. Acérquese al Proyecto del Observatorio de la Universidad de la Habana o únase a la iniciativa ProAstronomía Cuba para más información al respecto. El cielo no es el límite, solo es el comienzo.