Foto: Joaquín Castro-Palomino/Observatorio Científico
Por Iramis Alonso Porro
¿Por qué los jóvenes se interesarían por lo que está pasando en la COP30? ¿Por qué debería interesarles un escenario como este que se desarrolla a más de cuatro mil kilómetros de distancia de su vida cotidiana?
Unos minutos después de inaugurar el pabellón de Cuba en la trigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el Dr. C. Armando Rodríguez Batista, ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), conversó con Juventud Técnica en torno a estas interrogantes y su perspectiva sobre la participación juvenil en la protección del medio ambiente.
“Siempre me ha parecido que las conferencias sobre cambio climático y, en general este tipo de negociaciones, son vistas desde una perspectiva lejana. Como si lo que estuviéramos hablando ahí fuera nada más interés de especialistas. Sin embargo, en la medida en que democraticemos la participación en estos espacios y pongamos en ellos los elementos cruciales para el desarrollo de nuestro país, estamos contribuyendo a que realmente haya un impacto no solamente en el desarrollo de hoy, sino en el futuro.
“Creo que para cualquier joven debe convertirse en una gran preocupación qué tipo de futuro estamos construyendo para ellos y para las generaciones venideras. Entonces hay que participar, tratar de aportar desde diferentes dimensiones.
“En lo particular, la experiencia cubana, aunque a veces la vemos cotidianamente y nos puede parecer más de lo mismo, es distintiva. El hecho de que en la comunidad científica tengamos gente preocupada por estudiar nuestro ecosistema, por estudiar nuestra biodiversidad, por ver cómo protegemos lo que tenemos y que a la par sea capaz de, a partir de ese conocimiento, hacer accesible financiamiento es un elemento que puede distinguir nuestra experiencia. Porque hay financiamientos que están diseñados para complicar el acceso. Y sin embargo en Cuba tenemos gente con la preparación y la capacidad para que ese conocimiento se aproveche internamente.
“Cuando formamos a un joven en manglares, en gestión de proyectos, cuando tenemos un joven estudiando los procesos de negociación internacional para acceder, por ejemplo, a los fondos de pérdidas y daños ambientales, estamos también construyendo una capacidad nacional para desarrollarnos”.
El titular del CITMA es un convencido de que las nuevas políticas de innovación que se están impulsando en Cuba, así como las políticas ambientales, tienen una gran capacidad de ser aprovechadas por los jóvenes.
“Hemos visto que para un joven es más atractivo estar en una Fundación, en un Parque Científico Tecnológico o en una empresa de interfaz, que en otro tipo de centro. Eso podría ser paradójico, pero la vida lo está demostrando. Por qué, porque en esos espacios se están incluyendo otros incentivos para la participación.
“Y quiero relacionar esto con lo ambiental. Preguntémonos por qué no podríamos tener en Cuba un bioparque, un parque científico tecnológico con una salida ambiental, que también sean una oportunidad de trabajo para los jóvenes. Pero eso lleva también estar en espacios como esta COP, donde eres capaz de contactar con las mejores experiencias internacionales, con las buenas prácticas de otros países.
“Las alianzas que se promueven en espacios como este son de utilidad para todo nuestro potencial científico. Pero en particular a los jóvenes porque son mucho más dispuestos a incorporar visiones asociadas al emprendedurismo, tienen un pensamiento más fresco, mayor permeabilidad, mayor “disruptibilidad”; una mejor capacidad de adaptarse a contextos nuevos y aprovecharlos al máximo.
“Entonces, participar en estos espacios también es parte del camino a tener mayores capacidades en gestión de proyectos, en gestión de innovación, en gestión del potencial humano que nos conduzca a que la gente se capacite y se forme con estas nuevas alternativas, herramientas y visiones”.




