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Esta vez no hablaremos del símbolo religioso utilizado por los españoles en la etapa de conquista y colonización, sino que voltearemos nuestras miradas hacia el cielo primaveral.
Un pequeño grupo de estrellas destaca por su forma única y su profundo significado cultural y científico: la Cruz del Sur (Crux). Esta constelación, la más pequeña de las 88 reconocidas por la astronomía moderna, ha guiado a navegantes, inspirado mitos y revelado secretos cósmicos y en nuestros campos, esta figura ha indicado a los campesinos la llegada del período lluvioso.
¿De dónde viene entonces el nombre Cruz de Mayo? ¿La podemos observar desde Cuba? En este artículo, exploraremos su historia, su relevancia científica y su legado en las culturas humanas.
Identificando la Cruz del Sur
La Cruz del Sur (Fig. 1) está compuesta por cinco estrellas principales que forman una cruz casi perfecta:
- Acrux (α Crucis): La estrella más brillante, un sistema triple situado a 320 años luz.
- Mimosa (β Crucis): Una gigante azul 34,000 veces más luminosa que el Sol.
- Gacrux (γ Crucis): Una gigante roja, inusual por su color en una constelación dominada por estrellas azules.
- Delta Crucis: Una variable pulsante azul.
- Épsilon Crucis: Completa el brazo inferior de la cruz.
Su forma distintiva la hace fácil de reconocer, aunque a menudo se confunde con la “Falsa Cruz”, un asterismo cercano. Para localizarla, basta seguir la “Vía Láctea Austral”, que atraviesa la región, o usar las estrellas Alfa y Beta Centauri como guías.
La brújula de los cielos
Antes de los sistemas GPS, la Cruz del Sur era una herramienta vital para la navegación. Al trazar una línea imaginaria desde Gacrux hasta Acrux y extenderla 4,5 veces su longitud, se llega al polo sur celeste, el punto alrededor del cual gira el cielo austral.
Este método, utilizado por exploradores europeos como Fernando de Magallanes en el siglo XVI, permitió trazar rutas marítimas en aguas desconocidas. Sin embargo, su uso no fue exclusivo de los europeos. Los pueblos indígenas de Australia, como los Wurundjeri, veían en la Cruz del Sur a Bunya, un espíritu ancestral (también nombran así a un árbol del género de las coníferas), mientras que en los Andes, los incas la asociaban con la fertilidad y la lluvia.
Cultura y simbolismo
La Cruz del Sur trasciende la astronomía. En países como Australia, Nueva Zelanda, Brasil y Papúa Nueva Guinea, forma parte de sus banderas nacionales, simbolizando identidad y herencia sureña. En la literatura, el poeta chileno Pablo Neruda la inmortalizó en su obra Alturas de Macchu Picchu, describiéndola como “una flor de luz en el vacío”.
Para los maoríes de Nueva Zelanda, la constelación se llama Te Punga (“El Ancla”), representando el vínculo entre la Tierra y el cielo. En Australia, Brasil, Nueva Zelanda y demás naciones u organizaciones tienen a esta constelación como principal distintivo adornando sus banderas (Fig. 3).
¿Joyas astronómicas en la Cruz?
La Cruz del Sur alberga maravillas cósmicas:
- 1. El Saco de Carbón (Coalsack): Una nebulosa oscura visible a simple vista, compuesta de polvo y gas que bloquea la luz de estrellas traseras. Para los pueblos australianos, este objeto era un “emu celeste”.
- 2. Cúmulo estelar NGC 4755 (La Caja de Joyas): Un cúmulo abierto con estrellas de diversos colores, descubierto por Nicolas Louis de Lacaille en 1752. Su nombre proviene de la variedad cromática de sus estrellas, que recuerdan gemas brillantes.
- 3. Estrellas jóvenes y masivas: Mimosa y Acrux son estrellas calientes y masivas que consumen su combustible rápidamente, destinadas a explotar como supernovas en unos millones de años.
¿Dónde y cuándo observar la Cruz de Mayo?
La mejor época para verla, desde Cuba, es durante la primavera y el verano. Una vez que se establece el crepúsculo astronómico (cielo totalmente oscuro) durante el mes de mayo es posible observar esta constelación muy baja en el horizonte sur.
Los campesinos cubanos le llamaron así por el parecido entre este asterismo de estrellas y el símbolo más importante del cristianismo. En países como Argentina o Sudáfrica ocurre que esta figura jamás se oculta bajo el horizonte.
Observar el cielo desde otro hemisferio, aunque seamos observadores experimentados, debe sentirse como verlo desde otro planeta. Creo que todos deberíamos vivir una experiencia semejante.
Nuestra compañera primaveral
La Cruz del Sur o Cruz de Mayo es un puente entre la ciencia y la humanidad. Desde guiar a los navegantes hasta inspirar mitos, su presencia en el firmamento nos recuerda nuestra conexión con el cosmos.
En un mundo moderno, sigue siendo un símbolo de exploración, tanto terrestre como intelectual, invitándonos a mirar hacia arriba y reflexionar sobre nuestro lugar en el universo.