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La influencia de la Luna en la formación de huracanes y tormentas tropicales

Raidel Sosa Armas
05 noviembre 2025 | 0 |

La idea de que la Luna influye en el estado del tiempo y en el clima terrestre ha formado parte durante siglos del folklore y la tradición popular. En varias ocasiones ha sido considerada como superstición, sin embargo, algunas investigaciones han revelado que nuestro satélite natural sí desempeña un papel significativo en la formación y timing de huracanes y tormentas tropicales, a través de mecanismos relacionados con sus ciclos orbitales.

Este artículo explora la evidencia científica que conecta los ciclos lunares con la generación de estos fenómenos meteorológicos extremos, examinando estudios clave que han iluminado esta fascinante relación entre la mecánica celeste y la dinámica atmosférica terrestre.

Formación de tormentas y ciclos lunares

Una nube de tormenta se forma cuando una masa de aire, en contacto directo con la superficie terrestre caliente, asciende y se expande gradualmente. Durante esta expansión, la parte de vapor de agua que contiene esta masa de aire comienza a condensarse y, si sigue ascendiendo, las gotitas de agua comienzan a congelarse. Llegado este punto, el ascenso puede continuar (aire muy inestable) hasta que se forma el llamado “yunque” (característica visual típica que nos ayuda a comprender que esta nube de tormenta ha alcanzado su estado de “madurez”).

El aire puede ascender de varias maneras:

  • – Por convección (la que anteriormente se explicó)
  • – Por contacto entre dos masas de aire a diferentes temperaturas (Proceso típico en la formación de frentes fríos y cálidos)
  • – Por ascenso orográfico (El viento choca contra una cadena montañosa y el único camino que le queda tomar es hacia arriba)
El esquema ilustra los diferentes tipos de ascensos de las masas de aire./Tomado del libro Hurricanes, de Michael Allaby

Pero: ¿y si hubiese “algo más” que ayudara a ascender a esta masa de aire? Esta misma pregunta se la han hecho muchas personas y la respuesta está en la Luna. Nuestro satélite natural tiene una influencia marcada sobre los océanos, sobre las masas continentales y sí, sobre la masa aérea que cubre la Tierra.

Un estudio seminal publicado en 1972 analizó datos de huracanes del Atlántico Norte durante un período de 59 años (1899-1958), revelando patrones estadísticamente significativos relacionados con el ciclo lunar. La investigación, conducida por Carpenter, Holle y Fernandez-Partagas, descubrió que la formación de huracanes seguía una variación de 29,53 días correspondiente al mes sinódico lunar (periodo entre fases lunares idénticas).

Los hallazgos mostraron que:

  • – Se formaban más tormentas cerca del momento de la sizigia (cuando la Luna está en fase nueva o llena)
  • – La formación ocurría en menor medida cerca de los puntos de cuadratura (cuando la Luna está en cuarto creciente o menguante)
  • – El efecto era consistente a lo largo de las seis décadas analizadas

Curiosamente, el estudio reveló que este patrón no era universal. Mientras en el Atlántico Norte las tormentas tendían a formarse durante la sicigia, en otras regiones como: el océano Índico suroccidental, la bahía de Bengala y el mar Arábigo, las tormentas tropicales severas mostraban una tendencia a formarse pocos días después de la sicigia (en las cuadraturas) durante un período de 75 años analizado.

¿Cómo la Luna influye en la formación de los huracanes?

La explicación principal reside en el efecto combinado de las mareas lunar y solar sobre la atmósfera terrestre. Durante la sicigia (Luna nueva y Luna llena), las fuerzas gravitatorias de la Luna y el Sol se alinean, produciendo:

  • – Mareas oceánicas más extremas (mareas vivas)
  • – Mareas atmosféricas amplificadas que afectan la presión barométrica
  • – Posibles efectos en la transferencia de energía entre el océano y la atmósfera

Estas condiciones podrían crear un ambiente más propicio para la iniciación de sistemas convectivos que eventualmente se desarrollan en tormentas tropicales y huracanes.

La investigación comparó la influencia de dos ciclos lunares diferentes:

  1. 1. Mes sinódico (29.53 días): Tiempo entre fases lunares idénticas
  2. 2. Mes anomalístico (27.55 días): Período entre perigeos lunares sucesivos (cuando la Luna está más cerca de la Tierra)

Los resultados mostraron que:

  • – El mes sinódico tenía mayor efecto en la formación de tormentas
  • – El mes anomalístico no mostró períodos específicos con marcadamente mayor formación de tormentas
  • – La combinación de ambos ciclos podría afectar la magnitud de las tormentas

Los investigadores concluyeron que el mes sinódico lunar explica el timing de los máximos de marea, mientras que el mes anomalístico afecta fuertemente la magnitud.

Investigaciones contemporáneas y confirmaciones

Investigaciones más recientes han continuado explorando la conexión entre fenómenos hidrometeorológicos extremos y las fases lunares. Prueba de ello es el estudio de 2013 publicado en la revista Geophysical Research Letters, donde se encontraron correlaciones entre las fases lunares y la precipitación extrema, así que las zonas de grandes precipitaciones, aunque sin desarrollo ciclónico, también pueden estar relacionadas con las fases lunares en las que las mareas son más elevadas (Luna nueva y Luna llena)

Hagamos un poco de números con huracanes “más familiares”

Resulta que, al analizar la fecha de formación de los huracanes más destructivos que han azotado a nuestro país en los últimos 50 años, el autor de estas líneas elaboró la siguiente tabla:

Relación entre las fechas de formación de los huracanes más intensos que azotaron Cuba en los últimos 50 años y la fase lunar en esa fecha

En esta se resume lo siguiente:

  • – Se analizó un total de 28 huracanes y/o tormentas tropicales a lo largo de los últimos 50 años
  • – Del total analizado, 19 huracanes se formaron cerca de la sizigia, lo que representó el 67,9 por ciento (en rojo se señalan los huracanes en los que no se encontró relación entre su fecha de formación y la sizigia)
  • – De estos, 13 huracanes se formaron durante o cerca de la fase de Luna nueva, lo que representó un 68,4 por ciento. Este último resultado corrobora la mayor intensidad de las mareas atmosféricas durante la Luna nueva que durante la Luna llena
  • – No se encontró relación entre la fecha de formación de estos huracanes y el mes anomalístico

Limitaciones y complejidades

No obstante, amable lector, es crucial reconocer que la Luna es solo un factor entre muchos que influyen en la formación de huracanes. Las condiciones oceánicas (temperatura, corrientes), la cizalladura del viento y otros factores atmosférico y la variabilidad natural del sistema climático desempeñan roles, igual o más importantes en la generación de estos fenómenos. La sizigia es solo una de esas variables a tener en cuenta.

Así que ya saben: cuando los pronósticos indiquen la formación futura de un sistema tropical, no solo “miraron” hacia la atmósfera, también lo hicieron hacia el cielo.


Referencias:

1. Allaby, M. (2003). Hurricanes. New York: Facts On File, Inc.

2. Carpenter, T. H., Holle, R. L., & Fernandez-Partagas, J. J. (1972). “Observed Relationships Between Lunar Tidal Cycles and Formation of Hurricanes and Tropical Storms”. Monthly Weather Review, 100(6), 451-460.

3. Cerveny, R. S., & Shaffer, J. A. (2001). “The Moon and Galileo”. Bulletin of the American Meteorological Society, 82(5), 1017-1023.

4. Garfinkle, R. A. (2020). Luna Cognita. A Comprehensive Observer´s Handbook of the Known Moon. New Jersey: Springer.

5. Li, C., & Zeng, G. (2013). “A study of the influence of the lunar cycle on global tropical cyclone precipitation”. Geophysical Research Letters, 40(17), 4624-4629.

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