En la foto: Rudy Montero Mata, viceministro primero de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y Pedro Luis Pedroso, subdirector general de la Dirección de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores
Cuba está presente en la COP30, en Belém, Brasil, con una representación de proyectos como AdaptaHabana y Mi costa, organismos, e instituciones diversas, como la Fundación Iris, bajo el liderazgo del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, todos los cuales trabajan para el cumplimiento de los compromisos ambientales del país.
Nuestro país participa en la cumbre del clima desde una perspectiva de compromiso con la ciencia, la sostenibilidad, la equidad, la responsabilidad, la cooperación Sur-Sur y la justicia climática, con las personas en el centro de las soluciones, como se ha vivido en estos días ante el impacto del Hurcán Melissa.
Días atrás el vice primer ministro cubano, Dr. C. Eduardo Martínez, en su discurso en el segmento de líderes reclamó el acceso y ampliación de financiamiento, en especial para los pequeños estados insulares.
Durante su estancia en Belem, Martínez sostuvo un encuentro con el Ministro de Ecología y Medio Ambiente de China para incluir en el acuerdo de cooperación acciones relacionadas con el mercado de carbono, la gestión de los residuos sólidos, la protección a manglares, entre otras.
También con la ministra de medio Ambiente de México, Alicia Bárcenas, con quien se acordó incorporar en el convenio de colaboración entre los dos países, temas relacionados con los residuos urbanos, economía circular y el mercado de carbono, según publicó el vice primer ministro en su perfil en X.
Igualmente dialogó con directivos de Syctom, organización francesa especializada en la gestión de residuos sólidos urbanos, con el propósito de colaborar . Acordamos colaborar en un proyecto para aplicar tecnologías y métodos de gestión de los residuos urbanos en nuestro país.
Debates en desarrollo
Uno de los temas de mayor interés de los participantes en estas sesiones iniciales de la COP 30 es el del combate al hambre y la pobreza. Así, justo al empezar el evento se debatió sobre la “Declaración de Belém sobre el Hambre, la Pobreza y la Acción Climática Centrada en las Personas”, un documento ratificado por 44 países.
Este texto recomienda que los países prioricen la adaptación a las consecuencias del cambio climático, con soluciones y medidas pensadas en las personas, “como la protección social, los seguros agrícolas y otros instrumentos que promuevan la resiliencia de las poblaciones.”
Durante las sesiones, el ministro de Desarrollo Social de Brasil, Wellington Dias, dio que “la crisis climática no solo es medioambiental, sino también humana, económica, social, además de profundamente desigual”.
Sobre cómo incidir en esa situación Dias precisó: “el financiamiento climático debe llegar a las personas, a los territorios, a la agricultura familiar y a la economía de la sociodiversidad. Al mismo tiempo, insta a los países signatarios a actuar y a los actores internacionales —entre los que se encuentran los sistemas de las Naciones Unidas, los fondos climáticos y los bancos multilaterales— a apoyar esta implementación y a monitorear los avances y resultados”.



Otro momento importante fue el diálogo de los representantes de los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD).
Según noticias llegadas de Belem, el secretario general adjunto para la Acción Climática de las Naciones Unidas, Selwin Hart, dijo “que los países en desarrollo necesitan atención prioritaria de los bancos multilaterales y de los gobiernos para garantizar financiamiento climático con rapidez y escala. Necesitamos el liderazgo de los bancos multilaterales más que nunca para implementar la Hoja de Ruta de Bakú a Belém”.
