Foto: tomada de Misión Productiva
Avances científicos fundamentales y su transición hacia aplicaciones comerciales confirman que 2025 ha sido testigo de una aceleración importante en innovación climática. Guiados por las páginas de revistas como Nature, Science, New Scientist y SciTechDaily, estos son algunos de los principales hitos mundiales en cuestión de tecnologías verdes.
Según reporta Science, este es el “año del plasma caliente”. El reactor JT-60SA en Japón, el tokamak superconductor más grande del mundo, ha logrado un récord sostenido de temperatura y confinamiento, un paso crucial hacia la ignición. Paralelamente, varios proyectos privados (como Commonwealth Fusion Systems y TAE Technologies) han anunciado hitos clave en confinamiento magnético y enfoques de campo inverso, acortando los plazos previstos para la demostración de energía neta.
Tras años en laboratorios, las células solares de perovskita en tándem con silicio están entrando en producción comercial masiva. Nature Energy reporta que empresas como Oxford PV y Swift Solar han iniciado la entrega de módulos con eficiencias certificadas superiores al 28-30%, significativamente por encima del límite del silicio puro (~24%). Su integración en granjas solares y edificios comenzará a impactar la generación global a finales de la década.
Por otra parte, más allá del litio, 2025 vio la construcción de las primeras plantas a escala de gigavatio-hora (GWh) de tecnologías como baterías de hierro-aire, almacenamiento térmico en arena y baterías de flujo de electrolitos orgánicos. SciTechDaily destaca su rol crítico para estabilizar redes con alta penetración renovable.
Un punto de inflexión en la ingeniería climática fue la planta “Mammoth” de Climeworks en Islandia, la más grande del mundo, la cual captura de manera verificada 36 mil toneladas de CO₂ anuales para su almacenamiento geológico permanente.
Con el mandato de la Unión Europea para mezclas de combustible de aviación sostenible (SAF), 2025 vio la puesta en marcha de las primeras “refinerías verdes” a escala comercial. Según refiere SciTechDaily, la planta Haru Oni en Chile, usando hidrógeno verde y CO₂ capturado, produce e-gasolina y e-keroseno. La eficiencia del proceso ha superado el 60 p or ciento en las nuevas instalaciones.
La electrólisis de óxido sólido (SOEC) y la fotoelectrólisis directa (usando luz solar para partir el agua) han alcanzado eficiencias récord superiores al 20 por ciento en condiciones reales, según publicaciones en Science. Esto promete abaratar drásticamente el hidrógeno verde, acercándolo a la paridad con el hidrógeno derivado de fósiles.
En otro orden de información, sobre sistemas de Inteligencia Artificial entrenados específicamente en datos climáticos, meteorológicos y de materiales que están revolucionando las tecnologías verdes, sobresale “Climatic-GPT” y algunos modelos similares que permiten la predicción de producción eólica/solar con semanas de antelación; el descubrimiento acelerado de nuevos materiales para baterías y catálisis; y la gestión autónoma y resiliente de microrredes complejas.
Investigadores del MIT y de la UE, reportados en Science, presentaron los primeros prototipos de turbinas eólicas con palas de resina termoplástica, completamente reciclables al final de su vida útil. Simultáneamente, avances en electrónica transitoria están reduciendo la basura electrónica de dispositivos de IoT.
Por último, el proceso de electrólisis directa de mineral de hierro y los altos hornos alimentados con hidrógeno verde (proyecto HYBRIT) han pasado de la fase piloto a las primeras plantas de demostración comercial en Suecia y Alemania, con una reducción de emisiones de CO₂ de hasta el 95%.
En resumen, 2025 se caracteriza por la convergencia y maduración de tecnologías que antes eran prototipos. La fusión avanza, la fotovoltaica salta a una nueva generación, la captura de carbono se industrializa y la IA se convierte en un cerebro operativo de la transición. Por lo que la carrera climática es, cada vez más, una carrera de innovación científica y de velocidad de implementación.
Leyes, infraestructura y financiamiento: claves de la agenda ecológica cubana
Desde nuevas leyes hasta la inauguración de infraestructuras y la obtención de financiamiento internacional, la agenda ecológica de nuestro país gana forma y velocidad. Cuba ha registrado avances significativos en su estrategia de tecnologías verdes, impulsando proyectos concretos en medio de su urgente transición energética.
En el contexto de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2025), desarrollada el pasado mes de noviembre, el Ministerio de Energía y Minas presentó la hoja de ruta nacional para la transición energética, destacando innovaciones como paneles solares híbridos y estaciones de carga para vehículos eléctricos. Un hito clave fue la aprobación del Fondo de Fomento para la Transición Energética, herramienta financiera creada este año para movilizar recursos.
En infraestructura, se inauguró la primera tienda minorista de la empresa china Hainergy y avanzaron las obras de nuevos parques fotovoltaicos. Además, se lanzó la convocatoria para la Cuarta Feria Internacional de Energía Renovable, a celebrarse en septiembre de 2026.
Este año Cuba concretó varias alianzas internacionales. Entre ellas, Italia y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), se aprobó el proyecto “Promoviendo la asociación para una transición hacia una economía circular en Cuba”, que establecerá una red de laboratorios para desarrollar y apoyar iniciativas de economía circular y un Centro Regional, con el mismo fin, en Sancti Spíritus. Paralelamente, la recién creada Unidad Técnica de Mercados de Carbono presentó su proyecto para insertar al país en este mercado global, una iniciativa dada a conocer en la COP30.
El proyecto “Mi Costa”, financiado por el Fondo Verde del Clima, fue verificado exitosamente por una misión del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) este año. Uno de sus méritos, la rehabilitación de ecosistemas costeros y el compromiso de las comunidades participantes. Por su parte, el trabajo científico del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros (CIEC) destacó por su liderazgo regional en adaptación basada en ecosistemas.
También culminó la primera fase del proyecto “Transición Ecológica hacia un Municipio Sostenible” en ocho municipios del país, con apoyo de la Unión Europea, el PNUD e Italia, sentando las bases para economías verdes locales.
En el ámbito digital, los congresos “Cibersociedad 2025” y “Sigestic 2025” pusieron el foco en la sostenibilidad tecnológica con temas como ciudades inteligentes, software libre y el uso de fuentes renovables en telecomunicaciones.
Un paso institucional de gran connotación para Cuba fue la reciente aprobación, por la Asamblea Nacional, de la Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación que sienta las bases jurídicas para priorizar y desarrollar el potencial científico nuestro, lo que incluye de manera explícita el campo de las tecnologías verdes.