La labor de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA) como autoridad reguladora, “no siempre se entiende y a veces se tiende a confundir con un cuerpo de inspección y hay una diferencia importante”, dijo en conferencia de prensa Antonio Casanova Guilarte, director general de esa entidad adscrita al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
“El objetivo es regular y controlar el cumplimiento de las leyes y demás disposiciones jurídicas y técnicas en materia de protección del medio ambiente, seguridad química, biológica y nuclear, considerando las prioridades del desarrollo económico y social.
“Asimismo, debe velar por el cumplimiento de los compromisos internacionales contraídos por el Estado cubano en todas las esferas de su competencia”, explicó el directivo.
Antonio Casanova apuntó que la ORSA tiene la responsabilidad de abordar diferentes temas, entre los que se encuentran la seguridad biológica, química, nuclear, radiológica y la protección del medio ambiente contra la contaminación.

En este sentido, hizo mención a lo que él llamó “un campo de atención importante: productos críticos de uso industrial, desechos peligrosos y transferencia de tecnología asociadas a estos.
“En el país existe un mecanismo de control sobre los desechos peligrosos, fundamentalmente para aquellos generadores prioritarios, pero en este aspecto falta mucha comunicación, pues muchos dicen que no generan estos residuos dañinos.
“Es muy difícil que una entidad no los produzca porque todas, al menos, poseen un vehículo y luminarias en sus oficinas. Cuando se cambia el aceite a un auto esa sustancia es un desecho peligroso, lo mismo sucede con las baterías y lo que contienen dentro.
“En el caso de las lámparas sucede igual una vez dejan de funcionar, porque dentro tienen mercurio y mezcla de metales y tierras raras, altos contaminantes.
“Por ende, la institución más simple está en capacidad de generar residuos dañinos. ¿Qué los convierte en objeto de control por parte de la autoridad reguladora?, los volúmenes o las características de esos desechos”.
Al respecto, el director general de la ORSA apuntó que, sin importar la cantidad que se produzca (mayor o menor), “todos están en la obligación de cumplir con la legislación ambiental vigente”.
Otro tema del que habló fue del mercurio, producto químico que representa un gran riesgo para la salud. En este caso dijo que en la actualidad, Cuba no tiene fuentes importantes de este metal, y explicó que la industria principal era la planta de cloro sosa de Villa Clara, pero a partir de la reconversión tecnológica que tuvo, hoy no consume mercurio en su producción de cloro.
“Hay otros escenarios vinculados a amalgamas dentales, aunque se ha estado trabajando de conjunto con el Ministerio de Salud Pública, sobre todo en la atención estomatológica y su futuro”.
