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Desmontando mitos de la industria petrolera: “¡Con un buen pozo de petróleo se resuelven todos los problemas del país!”

Dr. Rafael Tenreyro Perez
06 octubre 2025 | 0 |

¿Quién no ha escuchado decir?: “Lo que Cuba necesita es un buen pozo de petróleo que resuelva todas las necesidades del país”. Tal vez, la idea de que un solo pozo puede producir todo lo que consume un país, proviene de los comienzos de la industria. En aquellos tiempos, en condiciones de un mercado limitado en sus volúmenes, un pozo gran productor de petróleo podía hacer la diferencia. En realidad, difícilmente un solo pozo puede llevar a todo un país a la autosuficiencia.

Analicemos lo que ocurre en la vida real: los pozos se proyectan de mayor a menor diámetro con la profundidad. Cada sección se perfora con un diámetro determinado y al final de la misma se baja y se cementa una tubería de acero llamada revestimiento.

Al llegar a la sección productora el caño puede tener hasta unos veinte centímetros de diámetro y con ese ancho se atraviesa una sección productora de hasta centenares (típicamente menos) de metros.

Si la presión de la capa inicial es lo suficientemente alta, el petróleo puede llegar a la superficie sin necesidad de bombeo. Esto se hace a través de una tubería de producción de menor diámetro, controlada por un sistema de válvulas que recibe el nombre de “árbol de navidad”.

Inmediatamente después de que comienza la producción, la presión del petróleo en la capa comienza a descender. Por tal razón se controla el volumen de flujo y, por lo tanto la presión en el fondo, para alargar la vida útil del pozo. Un flujo sin control pudiera llevar a daños irreversibles a la capa y un tiempo de producción ciertamente limitado. El volumen de flujo se determina por complejos cálculos y experimentos de laboratorios para maximizar la producción del pozo en el tiempo. La operación se realiza pozo a pozo.

La presión de la capa productora siempre baja porque se trata de un recurso no renovable. En un momento determinado, cuando la presión baja a un cierto nivel, el pozo deja de fluir. Entonces, es preciso bajar las llamadas bombas de profundidad situadas a varios centenares de metros bajo la superficie.

El régimen de trabajo de estas bombas también es controlado escrupulosamente por las mismas razones: evitar un rápido agotamiento de la capa saturada de petróleo. La instalación de medidores de presión en el fondo de los pozos es de gran ayuda para lograr una producción óptima. Finalmente, pasado varios años, el pozo se extingue totalmente y deja de producir. Esto es lo que se llama producción primaria del petróleo.

Esquema de un pozo preparado para la producción

Pero este no es el final del yacimiento del petróleo, porque todavía queda en la capa mucho petróleo atrapado, que no se mueve porque su presión es insuficiente. De hecho siempre queda más en el subsuelo del que se ha producido. Este es el momento de aplicar una serie de métodos  de estimulación y lavado de la formación para movilizar el hidrocarburo hasta la superficie. Es lo que se llama: recuperación secundaria, o sea, una “segunda vida” para el yacimiento.

¿Cuántos buenos pozos se necesitan para que Cuba deje de importar petróleo?

En Cuba, la producción inicial de los mejores pozos de la franja petrolífera Habana–Varadero pueden llegar a entre 1 500 y dos mil barriles diarios barriles diarios. Los pozos horizontales, que son capaces de navegar centenares de metro a lo largo de la formación productora, permiten incrementar la producción con respecto a los pozos verticales, en ocasiones, hasta diez veces.

De acuerdo con los números de la Oficina Nacional de Estadísticas, el consumo total de la Isla está por encima de los 160 mil barriles diarios, o sea, que se necesitan entre 80 y cien de estos pozos excelentes productores para lograr alcanzar el consumo total del país. A esto es preciso agregar, que como la producción de todos los pozos declina en el tiempo, se necesitarían unos veinte de ellos por año, solo para suplir esta declinación natural.

El número de pozos para alcanzar el consumo total del país pudiera ser menor en el caso de encontrar acumulaciones en reservorios de alta calidad con mayor producción diaria. Por último, la cantidad de pozos a perforar en un campo está limitada por su área total y el área de drenaje de cada pozo individual. En resumen, un buen pozo es insuficiente para alcanzar los niveles de consumo actuales. Se necesitan decenas de pozos en nuevos yacimientos.

La transición energética ayuda a alcanzar la autosuficiencia petrolera

Las emisiones de carbono en el mundo han continuado creciendo a un ritmo de aproximadamente 0,8 por ciento anuales en los últimos cuatro años, lo que significa que el límite de calentamiento global de 2 grados centígrados se podría alcanzar en a principios de los años 40 de este siglo.

Cuba, a pesar de no representar un impacto apreciable en el mundo (0,06 por ciento de las emisiones globales), está involucrada en una transición de su matriz energética; disminuyendo la dependencia de los combustibles fósiles y bajando las emisiones de CO2.

El programa, en ejecución desde hace más de veinte años, se ha estructurado de forma que evite poner en peligro la seguridad energética, que tiene dos direcciones: uno, el crecimiento de la producción nacional de portadores energéticos y de fuentes renovables y, dos, la mejora de la eficiencia energética y el secuestro del CO2 contenido en la atmosfera.

La fórmula es relativamente sencilla, pero no tanto su ejecución que pasa –en cualquiera de sus puntos– por millonarias inversiones. Un fenómeno adicional e inesperado se ha presentado en el mundo: la elevación de las temperaturas significa un aumento de los consumos de electricidad a causa de la refrigeración y el aire acondicionado.

Las previsiones de los organismos internacionales muestran que las demandas de energía deben continuar creciendo. Sin embargo, las demandas de combustibles fósiles en el mundo (en estos momentos cerca de cien millones de barriles diarios) van a decrecer a partir de este año 2025.

Queda aún por conocer con qué intensidad va a decrecer esta demanda, proceso que está relacionado con muchas variantes, incluyendo la voluntad y la disponibilidad de recursos para implementar los programas de descarbonización de la economía. Pero, incluso en los escenarios de mayor reducción de las emisiones, el aporte de los hidrocarburos (petróleo y gas) estará entre un 40 y un 55 por ciento de la mezcla energética global para el año 2050.

Todo parece indicar que el petróleo y el gas natural continuarán siendo esenciales para la economía, especialmente en la producción de plásticos, químicos y combustibles para la maquinaria pesada, indispensables todos para el desarrollo de la economía más allá del 2050.

Previsiones de la demanda de petróleo en el mundo hasta 2050. Los dos pronósticos reflejan la tendencia actual o el cumplimiento de los compromisos ambientales para lograr cero emisiones netas.

Cuba, carente de grandes ríos y otras fuentes clásicas de energía, basó su desarrollo económico a lo largo del siglo XX en el petróleo importado. Solo en los últimos treinta y cinco años la producción nacional ha tenido un peso sensible en el balance energético.

La acción combinada de proyectos basados en energías renovables, más la producción nacional, pueden llevar a la ansiada, desde hace muchos años, autosuficiencia energética. A pesar de que no hay un compromiso firme, Cuba pudiera convertirse en uno de los países que cumple con el compromiso global de zero emisiones netas para el 2050.

En esta meta no solo los petroleros y los eléctricos están involucrados.  Todos podemos ayudar porque podemos plantar un árbol y hacer un “clic” cuando hay un equipo encendido innecesariamente.

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