La Feria de Innovación para el Desarrollo de La Habana es una especie de corazón dinámico del Congreso Iberoamericano de Gerencia de Ciencia y Tecnología, IBERGECYT 2025, que sesiona hasta el 7 de noviembre en el Palacio de las Convenciones. Bajo el lema “Un espacio para la innovación y el pensamiento gerencial” está orientada a resolver problemas prácticos.
La delegada del CITMA en La Habana, Osleydis Torres Valdespino, explicó que muchas de las innovaciones que se presentan están alineadas con sectores estratégicos priorizados, como la alimentación, la energía, el transporte y la construcción.
Este enfoque, dijo, permite orientar las políticas públicas para identificar en qué áreas es necesario intensificar el trabajo en materia de innovación, así como potenciar y articular estos esfuerzos con las funciones que actualmente desempeña el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
También comentó que no es posible hablar de innovación, resultados o desarrollo sin considerar aspectos esenciales como la propiedad industrial, la normalización, la metrología, la calidad, la protección del medio ambiente y la gestión documental y de archivo. Son precisamente estos resultados e innovaciones los que contribuirán a alcanzar la soberanía y la sostenibilidad en el desarrollo al que está enfocada la nación.
Yadira Carrillo Frías, directora de la Empresa de Gestión del Conocimiento y la Tecnología (GECYT), afirmó que “la innovación no conoce límites”, destacando que esta se construye desde la diversidad, el intercambio y la voluntad común de avanzar hacia un futuro sostenible.
Asimismo, señaló que desde IBERGECYT se renueva el compromiso con una gestión del conocimiento que sea abierta, colaborativa y orientada al impacto. Expresó la aspiración de seguir actuando como un puente entre la investigación y la práctica, así como entre la tecnología y el desarrollo, contribuyendo así al fortalecimiento del sistema de ciencia e innovación nacional.
Proyectos en desarrollo
Como parte de las propuestas de impacto presentadas en la Feria, estuvo el proyecto Talassia, del Instituto de Ciencias del Mar, cuya estrategia general de trabajo se sostiene sobre tres pilares fundamentales: conservar, rehabilitar e innovar.

El valor de Talassia reside en su origen, una planta marina que, una vez procesada, ha mostrado en los estudios un potencial efecto antitumoral y antimetastásico. Sus aplicaciones pueden ser amplias: como antiinflamatorio natural, un corticoide tópico para infecciones, hasta actuar como un antiviral y antibacteriano sistémico.
Por su parte el Instituto de Investigaciones para la Industria Alimentaria (IIIA) desarrolla proyectos de investigación dirigidos específicamente a comunidades vulnerables, según destacó Urselia Hernández López, su directora de Ciencias.
Entre las iniciativas actuales se encuentra el desarrollo de una línea de productos fortificados destinados a grupos de alto riesgo nutricional, como mujeres embarazadas y adultos mayores. Entre estos productos figuran un yogur y panes enriquecidos, así como un embutido a base de hígado, rico en ácido fólico.

Para abordar la anemia en las gestantes, se ha creado “Hemoglobina”, un alimento a base de sangre y miel de abeja, formulado para suplir las necesidades de hierro. Asimismo, para la población de mayor edad se ha diseñado un postre lácteo con una textura y estructura adaptadas a sus requerimientos.
La Agencia de Energía Nuclear y Tecnología de Avanzada exhibe tres desarrollos pioneros: un nanofértil en fase experimental, un kit de diagnóstico microbiológico y un sistema de extracción de ácidos nucleicos, una muestra del impacto transversal de la tecnología nuclear.

Agro 1.1 es un nanofértil de alta precisión que actúa directamente sobre el crecimiento de las raíces a nivel celular. Según explicaron sus desarrolladores, este producto en fase experimental utiliza tecnología nanoactiva para fortalecer las defensas naturales de los cultivos y ofrecer protección antibacteriana, adaptándose a diversas variedades agrícolas.
En el área de diagnóstico, la Agencia presenta MYCO KIT-HV, un sistema de detección de Mollicutes (conocidos tradicionalmente como micoplasmas) que ya cuenta con certificación regulatoria y protección patentada. Ello es resultado de la colaboración entre el Centro de Inmunología Molecular, el Instituto Finlay de Vacunas, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”.
Completa este portofolio de innovaciones el RNA 3.0, un sistema certificado por el CECMED para la extracción, purificación y concentración de ácidos nucleicos. La tecnología optimiza procesos en agricultura de precisión y diagnóstico molecular de infecciones humanas, diseñado para integrarse en laboratorios con diferentes niveles de automatización.
Gema Cossío Cárdenas, Directora de Gestión y Desarrollo Organizacional de la Empresa de Tecnologías de la Información (ETI), explicó que la compañía participa en esta feria con el objetivo de presentar las soluciones innovadoras desarrolladas dentro de su sistema de gestión de la innovación en cinco áreas de valor estratégico ciberseguridad, desarrollo de software, gestión organizacional, servicios y técnicos e infraestructura y comunicaciones.
En tanto la empresa EcoPlásticos Guerrero presentó su solución para dos problemas nacionales: la contaminación por plásticos y la necesidad de materiales de construcción. La compañía fabrica perfiles de “madera plástica” a partir de desechos postconsumo.
“Somos los únicos que utilizamos plástico postconsumo para crear estos perfiles de construcción”, explicó Emilio Enrique Guerrero, director de la empresa. “Recolectamos, clasificamos, lavamos y procesamos el plástico que la población desecha. El resultado son vigas, tablas y columnas resistentes”.
El material, compuesto en un 70 por ciento por polietileno y polipropileno y un 30 por ciento por otros plásticos como ABS de computadoras, no contiene aditivos, es resistente a los rayos UV, no se pudre y tiene una larga duración.
Más allá de exhibir soluciones pioneras, la Feria cumple con el objetivo de tejer las alianzas estratégicas necesarias para acelerar este progreso. Cada proyecto presentado es un componente vital en un esfuerzo colectivo que contribuye de manera tangible a la construcción de la soberanía tecnológica, alimentaria y energética, y al desarrollo sostenible de la nación.
