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Fraudes científicos de este siglo (32):el gran engaño cardiaco de Piero Anversa y Annarosa Leri

Arnaldo González Arias
10 agosto 2025 | 0 |

Piero Anversa, nacido en Parma en 1938, se licenció en Anatomía Patológica en 1965 en su ciudad natal y más tarde llegó a ser profesor titular de Patología y Medicina en la Universidad de Parma. A finales de la década de 1970 se trasladó al New York Medical College en Valhalla, un pequeño poblado del condado de Westchester, en Nueva York, donde ejerció como profesor, vicepresidente de la Facultad de Medicina y director del Instituto de Investigaciones Cardiovasculares.

En 2003 la American Heart Association le entregó el premio de ‘Científico Distinguido’ por su trabajo destacado en temas cardiacos. Naturalizado en EE.UU., pasó a ser profesor de la Harvard Medical School en 2007. También investigador en el Brigham and Women’s Hospital de Boston ‒ una filial de la Harvard Medical ‒ hasta 2015.

El Dr. Piero Anversa en las décadas de 1980-1990 era ya un reconocido experto en la supervivencia y muerte de los músculos del corazón. Alcanzó fama en el campo de las investigaciones cardiacas por sus hallazgos de que las células madre adultas tenían capacidades especiales para curar enfermedades cardíacas, e incluso para regenerar corazones, y publicó artículos en revistas de impacto que le valieron financiaciones de millones de dólares para sus investigaciones.

La médico Annarosa Leri, ex profesora asociada de la Universidad de Harvard, era la responsable del laboratorio de investigaciones del Brigham and Women’s y la principal colaboradora de Anversa en prácticamente todas sus investigaciones. En algún lugar se menciona como esposa de Anversa sin más datos, lo que no fue posible comprobar en otras fuentes.

El tema de las células madre lo tratamos en detalle con anterioridad en dos artículos sobre células madre pluripotentes y clonaciones. Allí se puede encontrar información general con figuras ilustrativas sobre las células madre, sus diferentes tipos, y cómo se obtienen en el laboratorio mediante ingeniería genética.

El comienzo del fin

En abril de 2001 apareció un artículo en Nature con Annarosa Leri y Piero Anversa al final de la lista de autores y un subordinado como primer autor. Como es usual, quien hace el trabajo de campo aparece al inicio de la lista de autores, y quienes orientan o supervisan al final. En agosto del mismo año otro artículo muy similar se publicó en los Proceedings of the National Academy of Siences of the United States of America (ver figura).

Allí se reportaba que en un estudio en ratones un tipo de células madre adultas, derivadas de la médula ósea y conocidas como células madre c-kit positivas, eran capaces de regenerar el tejido cardíaco dañado de los roedores. A los 27 días de aplicar el tratamiento la mortalidad de los ratones se redujo en 68%, y la extensión de los daños en el corazón en un 40%.

Aunque la investigación estaba muy lejos de ser extendida a las personas, este hallazgo generó atención inmediata, pues los problemas cardiacos son la principal causa de muerte en EE.UU. Fuera o no casualidad, pasados cinco meses se restringió la investigación sobre células madre embrionarias.

A diferencia de las adultas, las embrionarias se obtienen a partir de la formación inicial del feto ‒ que resulta desechado en el procedimiento (ver artículo anterior) ‒ y existía mucha presión por parte de grupos opuestos al aborto sobre este tipo de investigación. El apoyo económico fue a parar a las investigaciones con las células adultas, que el presidente del momento en EE.UU consideró una ‘alternativa prometedora’.

A partir de la primera publicación de 2001 siguieron muchas más ‒ referidas ya a humanos ‒ donde se reportaba que inyectar en el corazón células madre de la medula ósea del paciente reparaba los daños de un infarto. En uno de esos artículos explican que un diez por ciento de las células nuevas en los trasplantes provenían del propio receptor, lo que supuestamente demostraba la capacidad regenerativa del corazón, algo contrario a lo que se pensaba hasta el momento.

Otra publicación expresaba que dentro del propio corazón existía un depósito o reservorio de células madre similares a las existentes en la médula ósea, con la proteína c-kit, que también podían regenerar los músculos dañados. Según el artículo, las células c-kit extraídas del corazón se podían re-inyectar tras un ataque cardiaco y reparaban los daños en más de un 50 por ciento.

Dudas, controversias e investigaciones

Sin embargo, al cabo de cuatro años, el artículo de los ratones había dado lugar a no menos de diez ensayos clínicos en humanos, pero con solo uno de ellos aportando algún modesto resultado positivo. Y dos grupos de investigación, en la Universidad de Washington y en la de Stanford, no habían podido reproducir los resultados del artículo de los roedores; según ellos, las células madre de la médula ósea de los ratones no se transformaban en tejido cardiaco, sino en células sanguíneas.

Por su parte, el Dr. Anversa repitió el experimento con los ratones y reportó los mismos resultados que en 2011; según él, sus críticos no habían podido reproducir su trabajo por no seguir sus pasos de forma correcta. El nuevo reporte ‒ hoy retractado ‒ fue publicado en la revista Circulation Research.

M. Ricciardi, un biólogo molecular italiano, pasó a trabajar en el grupo de investigación de Anversa en 2011. Tras un año de trabajo, al no poder reproducir los hallazgos fundamentales de su célebre jefe, él y varios colegas tuvieron la impresión de que los datos y las imágenes de las células en los artículos habían sido manipulados.

Al cuestionar a Anversa y a Annarosa no recibieron respuestas satisfactorias, por lo que llevaron sus inquietudes a los directivos del Brigham. Esto trajo como consecuencia una investigación que duró seis años, al cabo de los cuales Brigham y Harvard emitieron una declaración donde decían haber encontrado datos fabricados o falsificados en nada menos que 31 publicaciones de Anversa, y solicitaron la retractación de las mismas. Una demanda impuesta por Anversa y Annarosa en contra del hospital, alegando daños a su reputación e intentando culpar a otros del engaño, fue desestimada.

Consecuencias del engaño

Ante esta situación, en 2015 Anversa abandonó la Harvard Medical y el Brigham and Women’s; otra referencia indica que fue despedido en 2017. Hubo algún que otro comentario de que pasó a trabajar al Cardiocentro Ticino y Universidad de Zurich, pero los email enviados a su dirección rebotaban.

En diciembre de 2018 se habían retractado 14 de sus artículos, que ascendieron a 18 en octubre de 2019. De los artículos retractados, al menos uno de ellos fue a pedido de un grupo de coautores, alegando que los datos que aparecían en el artículo no eran los que ellos habían aportado, lo que acabó por convencer a todos de la mala conducta científica de ambos médicos.

Aunque desde marzo de 2013 el gobierno federal ya había sido informado de las acusaciones contra Anversa y de las claras evidencias de fraude, los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. aún concedieron más de 249 millones de dólares a diversos grupos para investigaciones de células madre en el corazón ‒ un 43 por ciento del monto total invertido. A partir de 2001 se gastaron al menos 588 millones de dólares en ese tema.

En abril de 2017 el Departamento de Justicia de Estados Unidos, sobre la base de que se habían obtenido fondos federales de manera fraudulenta, concluyó un acuerdo civil con el Brigham and Women’s por diez millones de dólares.

La reclamación sostenía que el ‘Dr. Anversa, junto a la Dra. Annarosa Leri y el Dr. Jan Kajstura, o sabían, o debían haber sabido, que su laboratorio promulgaba y se basaba en información manipulada y falsificada, que incluían imágenes de microscopía confocal y datos de edad mediante carbono-14 en las solicitudes enviadas al NIH para solicitar fondos, en relación a la supuesta habilidad de las células madre para reparar daños en el corazón’.

Según el acuerdo, el laboratorio del Brigham and Women’s se basó en ‘la invención de datos e imágenes’ para buscar subvenciones gubernamentales y participó en ‘un mantenimiento de registros imprudente o deliberadamente engañoso’.

Ni Anversa ni Annarosa Leri participaron en el acuerdo. Ambos siempre delegaban en algún investigador subordinado para solicitar fondos y publicar datos, por lo que no se pudo demostrar su participación directa en el fraude, o que ellos estuvieran al tanto en el momento de cometerse; por tanto, no fue posible aplicarles algún tipo de sanción legal. Desde este punto de vista, cometieron el crimen perfecto.

No aparece información reciente sobre Anversa o Annarosa. En octubre de 2023 se desconocía el paradero de Anversa o si participaba en alguna investigación. En cuanto a Annarosa, lo último que aparece es que trabajaba como profesora de cardiología en la Universidad de Milano-Bicocca (Italia) y que aún dirigía investigaciones cardiacas, lo que no pudo ser verificado. Al parecer, tras la multa de diez millones al hospital ambos intentaron curarse en salud ‒ al menos en la que les quedaba ‒ se aconsejaron y trataron de emular aquel viejísimo refrán latino de ‘cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar’. Como se dice en la jerga teatral, hicieron mutis por el foro.


Bibliografía

Cardiovascular News, Volume 108 Number 22 December 2, 2003, https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/01.CIR.0000110481.96097.90

Mobilized bone marrow cells repair the infarcted heart, improving function and survival, Proceedings of the National Academy of Siences of the United States of America, August 14, 2001| 98 (18) 10344-10349 | https://doi.org/10.1073/pnas.181177898

Bone marrow cells regenerate infarcted myocardium, Nature volume 410, pages 701–705 (2001), https://www.nature.com/articles/35070587

The Next Regeneration, https://thenextregeneration.wordpress.com/category/fraud/

Tracking the Uncertain Science of Growing Heart Cells, https://www.nytimes.com/2005/03/14/health/tracking-the-uncertain-science-of-growing-heart-cells.html

Harvard and the Brigham call for more than 30 retractions of cardiac stem cell research, https://www.statnews.com/2018/10/14/harvard-brigham-retractions-stem-cell/

Anversa cardiac stem cell lab earns 13 retractions, https://retractionwatch.com/2018/12/13/anversa-cardiac-stem-cell-lab-earns-13-retractions/

Drip, drip: Former Harvard stem cell researcher up to 18 retractions, https://retractionwatch.com/2019/10/03/drip-drip-former-harvard-stem-cell-researcher-up-to-18-retractions/

Years after Brigham-Harvard scandal, U.S. pours millions into tainted stem-cell field, https://www.reuters.com/investigates/special-report/health-hearts-stem-cells/

Partners Healthcare and Brigham and Women’s Hospital Agree to Pay $10 Million to Resolve Research Fraud Allegations, https://www.justice.gov/usao-ma/pr/partners-healthcare-and-brigham-and-women-s-hospital-agree-pay-10-million-resolve

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