Bienvenidos a este viaje express por 60 años de divulgación científica y Diseño gráfico, donde tendrán la oportunidad de asomarse a las 15 ventanas que ofrece nuestra máquina del tiempo: cada una de ellas es un vistazo a un momento del pasado; donde la forma, el color y la tipografía nos hablan de la visualidad de una época, pero también de cómo cada instancia temporal de la sociedad cubana imaginó la ciencia y la tecnología de avanzada, del contexto histórico que la engendró y de la tecnología con que se produjo.
Nuestro viaje empieza en 1967, a dos años de fundada la revista, con la visión desdibujada de un laboratorio. El cabezal, la expresión visual del nombre en toda publicación periódica, se ubica con discreción sobre un rectángulo negro e imita la escritura manual.
En nuestra siguiente parada, 1984, se intenta poner brazos de repuesto a la Venus de Milo, el cabezal ya ha mutado en un diseño que recuerda a un sello postal y los llamados revelan algo del contenido del número.

Para la parada siguiente, el cabezal ya tomó su ubicación definitiva en la zona superior de la portada. Es de resaltar que en los ejemplares del siglo XX predomina la ilustración figurativa y el uso de campos rectangulares para separar la imagen del texto.


Así llegamos a los 90 con una portada del aniversario 25.

Y a partir de aquí la visualidad cambia, revela el advenimiento del siglo XXI y de la era digital: la imagen ya no queda delimitada por un recuadro, su fondo parece expandirse a toda la portada y convivir sin fronteras con el cabezal, que, sin embargo, hereda en sus primeras instancias la tridimensión y el efectismos de las décadas precedentes.
La imagen tiene un estilo marcadamente fotográfico, incluso cuando se trata de ilustraciones digitales, los motivos también cambian: máscaras de gas para hablar de contaminación, ciborgs, la ciencia y la tecnología se representan con un vocabulario ciberpunk.


A partir del 2007 la tipografía se despoja de efectos tridimensionales, optando por identificarse mediante la personalización del diseño de las letras en el logotipo, en este periodo Juventud Ténica tiene su visualidad más minimalista. Han llegado los tiempos de flat design, el mundo que se crea en una pantalla ya no necesita imitar al mundo físico.

A partir del 2015 tenemos el cabezal en su diseño actual. En esta década predominan las fotografías editadas, los montajes y, a partir de 2017, las imágenes modeladas en 3D.


Ya para el 2020, fácil de identificar por la referencia a la pandemia, hay un regreso a la ilustración, pero esta vez es la ilustración digital en su versión más estilizada, que no intenta ser el sustituto de la fotografía, sino tener una expresión propia que la otra no puede imitar ni superar.


La inteligencia artificial generativa, nuevo hito de la tecnología, también está presente como motivo y como herramienta de producción de imágenes.


Ahora es su turno, asómense a cada ventana de esta máquina del tiempo y descubran por sí mismos, los secretos que guarda cada instante de historia recogida en el diseño de estas 15 portadas.