“Una cuenca es un ecosistema bien complejo que va desde el parteagua hasta la costa, incluyéndola en esa área geográfica cuyo eje conductor, aglutinador es el agua superficial”, explicó el Dr. Jorge Mario García Rodríguez, durante su conferencia magistral sobre cuencas hidrográficas, en la XV Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que sesiona hasta el cinco de julio en el Palacio de Convenciones de La Habana.
“Ahí está presente el suelo, el bosque, toda la diversidad biológica que tenemos en el país, las ciudades, los órganos investigativos y de gestión. Y en función de ese grupo de ecosistemas que tienen un comportamiento dinámico, interactivo, lo que se haga en una de sus zonas se manifiesta en cualquiera de las otras (alta, media o baja). Y es esa la complejidad de la gestión integral de estos espacios”.
Si bien en Cuba está institucionalizado el trabajo con las cuencas hidrográficas desde 1997, y la intención era abordarlo desde un punto de vista integral y sistemático, el especialista refirió que no pudo alcanzarse ese objetivo.
“Por muchos resultados que tuvo el Consejo Nacional de Cuenca o los provinciales y municipales, nunca llegaron a ese enfoque porque el Consejo no sustituía las responsabilidades legales e institucionales de cada una de las partes que lo componen.
“Y aunque creo que continúa siendo un logro contar con esas comisiones y hay que seguir desarrollándolas por dentro y por fuera. Pensar y cambiar algunas referencias sobre cómo enfocar estos asuntos.
“El agua es un recurso integrador, pero hay retos complicados: integralidad, evitar evaluaciones segregadas y parciales. Eso es un trabajo permanente que se pretende hacer y que es muy difícil”, apuntó el Dr. García Rodríguez.

La Isla y sus recursos hídricos
En Cuba, las condiciones existentes hacen que sea necesario analizar en profundidad las actividades a realizar para resolver los problemas creados por el cambio climático.
Datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) refieren que el archipiélago posee un área total de 109 mil 884,01 kilómetros cuadrados (km2) y una longitud de costas de cinco mil 746 km.
En ella, al decir del Dr. Jorge Mario, el 85 por ciento de nuestros ríos tienen una extensión inferior a 40 km y un área de cuenca no mayor que 200 km2. De las 642 cuencas superficiales, 117 (18 por ciento) se encuentran reguladas. Estas se relacionan con más de cien unidades hidrogeológicas subterráneas principales.
“En una isla tan particular como la nuestra, estrecha y alargada, tenemos que enfocar los problemas de otra manera. No debemos quedarnos en el plano superficial sino ver las interacciones con las aguas subterráneas, la zona costera.
“Dado el contexto cubano, los retos actuales para la gestión de cuencas hidrográficas requieren de un enfoque integral y evitar evaluaciones segregadas y limitadas de los fenómenos interrelacionados que ocurren.
“Hay que despojarse de los estrechos vínculos de la pertenencia, para pensar y actuar de manera integral, sin fronteras subjetivas entre instituciones, ecosistemas particulares, entre la ’costa‘ y la ‘tierra firme’, las montañas, bahías u otros”.
En cuanto a los daños que ocasionan los eventos extremos como la sequía, huracanes, inundaciones costeras, el experto hizo alusión al libro Impacto del cambio climático y medidas de adaptación en Cuba del Instituto de Meteorología, donde se muestran resultados científicos que hablan de incremento de la influencia anticiclónica, de la temperatura superficial del aire, disminución de las precipitaciones en la región oriental del país, entre otros.
“Es importante entender cuál es nuestra realidad actual y por dónde tenemos que seguir caminando, y el texto nos brinda una panorámica al respecto. En él está claro lo que dice la ciencia.
“Y estos efectos se van a manifestar en el país entero, no en un área específica, con la interacción de todos los ecosistemas: cayos, bosques, costa, las cuencas. Entonces hay que enfrentarlo de forma integral, que será el camino más exitoso”.
Jorge Mario García manifestó que, según la ciencia cubana, cada vez vamos a tener menos aguas captadas en las cuencas, van a disminuir los recursos renovables anuales y no podemos seguir con nuestro paradigma de desarrollo sostenible, repitiendo lo mismo que hacíamos hace 70, 80 o 90 años.
“Cualquiera sean los escenarios actual y futuro con respecto a las aguas terrestres, las cuencas, el cambio climático, la resiliencia y la sostenibilidad, habrá que, entre otras: incrementar la eficiencia en el uso de las aguas terrestres, tanto en la economía, sociedad y para la protección del medio ambiente, emplear fuentes de energías renovables en el bombeo y manejo de grandes, medianos y pequeños caudales de agua, reusar las aguas residuales adecuadamente tratadas”, aseguró.