Viajero del espacio interior / tu aliento va opacar mi dolor
buen hombre que vos todo lo ves / contame si el mundo está al revés.
Has visto esa vez / a las niñas llorar / y reír a la vez.
Viajero de aquí a la eternidad / tus marcas con nosotros están
los ellos morirán de dolor / y el cielo cantará tu canción.
Has visto esa vez / a las niñas jugar / y pelear a la vez
Letra de “A H.G.O”, de la banda Excursiones Polares
Al pensar en el mundo de la historieta, pocas veces el público general es capaz de ver más allá de las grandes transnacionales como DC, Marvel, Image, verdaderos “monstruos” mediáticos que acaparan la atención de gran parte del planeta con sus personajes e historias.
A pesar de ello, trascienden a este fenómeno varios ejemplos de la “periferia”, productos totalmente fuera de la cultura de masas que han logrado, gracias a la solidez de sus historias y la profundidad de sus contenidos, insertarse en la élite del panorama “comiquero”, y por ello trascender como joyas del género.
Desde el sur de nuestro continente americano, hacia finales de la década del 50 del pasado siglo, apareció un personaje que actualmente es considerado por los especialistas como un icono cultural. Se trata de Juan Salvo, para todos conocido como “El Eternauta”, protagonista de una saga de ciencia ficción que toma a Buenos Aires como el centro de una invasión alienígena, la cual pretende, mediante una nube tóxica, aniquilar a la mayor parte de las personas.

Ataviado con su traje, que emula al de un buzo con botas, Salvo y sus compañeros de la resistencia ─reparto coral que se convierte en verdadero protagonista de la obra─, deberán arreglárselas para entrar a la base de los invasores, donde él mismo activa un dispositivo que le permite desde ese instante viajar por el tiempo y espacio, con el único objetivo de rescatar al planeta de la obliteración de que es víctima.
Pasada la parte superheroica y épica, “El Eternauta” cuenta con mucha más sustancia de la que resulta evidente al leerlo. Para muchos, traspasando lo evidente, puede catalogarse como una historieta política, cargada de constantes referencias a la situación que vivió Argentina a lo largo del tiempo en que apareció, pues las tres versiones publicadas por el autor, Hector Germán Oesterheld, coincidieron con los gobiernos golpistas de Pedro Eugenio Aramburu, Juan Carlos Onganía y finalmente con la dictadura, llamada eufemísticamente “Proceso de Reorganización Nacional” , encabezada por Jorge Rafael Videla.

Curioso resulta también que el mismo Oesterheld como autor, se transforme en un personaje importante para la historia, pues es él a quien Juan Salvo le relata todas sus aventuras, luego de aparecérsele súbitamente en su casa.
Otro tema que también han señalado los analistas, es que a diferencia de los villanos denominados como los “Ellos”, quienes jamás aparecen físicamente, el resto de los agresores del espacio exterior no son en sí malvados, sino que se convierten en marionetas al servicio de aquellos con poder. De acuerdo con Fernando García en su texto “El Eternauta, 50 años”, todo lo anterior es una alegoría a la lucha de clases y una crítica al concepto de la guerra.
Como resultado del impacto de estas historias, además de su militancia en los Montoneros, Oesterheld fue perseguido y tuvo que entrar en la clandestinidad, desde donde logró terminar los guiones de algunas historias, entre ellas “El Eternauta II”. En abril de 1977 fue “abducido” por las fuerzas militares en La Plata, luego de que sus cuatro hijas hubieran sido asesinadas. Aunque se desconocen las circunstancias o la fecha exacta de su deceso, los investigadores afirman que pudo haber sido en 1978.

Los homenajes a su legado continuaron años después. Muestras de su obra, filmes, pancartas y sitios nombrados en su honor son algunos ejemplos, entre los que destaca la instauración del 4 de septiembre como el Día de la Historieta Argentina, fecha de 1957 en que viera la luz el primer número de la revista Hora Cero Semanal, en cuyas páginas debutaron grandes personajes y creaciones suyos, entre los cuales estuvo “El Eternauta”.
Y es que, más allá de todo reconocimiento, las viñetas de este autor argentino ─muchas veces acompañado en sus “aventuras” por el dibujante Francisco Solano López ─, significan un retrato de la realidad desde el “más allá”, lejos de estandartes archiconocidos y trillados. Los cuentos de Juan Salvo son todavía de gran vigencia en estos días, en donde sin tanta niebla ni naves espaciales, el planeta sigue en constante amenaza de invasión, con el agravante de que aquí, los intrusos ni siquiera vienen del espacio.
JT publicó este texto originalmente el 25 de octubre de 2017 en Medium