Dentro del juego de poder inherente al sistema sexo-género, las masculinidades diferentes a lo hegemónico terminan siendo blanco de discriminaciones por salirse del molde.
En el tablero de ese “juego”, las mujeres, los homosexuales, los transexuales, los hombres que lloran, los hombres que no pelean, que no proveen, están destinados a sufri violencia, como regla, por una masculinidad dominante que jerárquicamente gana porque es el propio juez.
El patriarcado afecta a hombres y mujeres, con estereotipos marcados y reproducidos por siglos, roles rígidos de género, a rellenar desde que se nace y la violencia que implica no seguir sus patrones
Desde la galería interina del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) la comisión de género de esta institución presentó una propuesta educativa sólida para formar masculinidades liberadoras.
Dayma Echeverría, profesora e investigadora del Centro de Estudios de la Economía Cubana, explicó que la propuesta parte desde los estudios de género y, en particular, de la teoría de las masculinidades.
“Fue una motivación de un grupo de 11 mujeres feministas; entre ellas, investigadoras, educadoras, académicas, periodistas y jóvenes universitarias”.
“El objetivo de la metodología es dar herramientas para que los hombres obtuvieran su masculinidad liberadora y no la impuesta por la sociedad. También, motivarlos a su participación en los talleres’ alegó Echeverría.
“Hicimos dos talleres de validación de la propuesta con grupos de hombres, diversos por su orientación sexual e identidad de género, color de la piel, residencia, estudios, edad, ocupaciones…” añadió la profesora.
Respecto a estos talleres y su efectividad, Frank Rodríguez Ruiz, ex participante de los ejercicios y ahora profesor de la metodología, afirmó que los hombres son también objetos de violencia y víctimas del patriarcado.
“La marcha del poder es el ejercicio inicial, donde se le asignan roles a los participantes y se van colocando en su posición correspondiente, más cerca o más lejos de la línea de los derechos. Así, se inician, apreciando la desigualdad”.
“En el segundo día, a pesar de la diversidad de hombres y masculinidades que hay, a todos se nos ponen encima las mismas cargas, tabúes y estereotipos. Anónimamente lo anotamos en un papel y nos lo intercambiamos para así sentirnos identificados desde nuestras diferencias.
“El día tres del taller está destinado a tratar las cargas emocionales que afectan directamente a nuestras masculinidades. Nos preguntamos frente al espejo ¿Qué somos como hombres? ¿Qué sentimos siéndolo? y tratamos de comprendernos” alegó Rodríguez. “También, hay un espacio para dialogar acerca de Salud y Sexualidad donde exponemos datos estadísticos del hombre, lo cual es sumamente importante para conocerte en la piel de otros”.
Entre los temas a destacar de los talleres se encuentran las relaciones de poder; la identidad (que incluye subtemas como relaciones sexo-afectivas, comunicación autoestima, cuidado, autocuidados, salud sexual y reproductiva y violencia de género.
Dayma Echeverría afirmó que para el progreso y los resultados de la propuesta se necesitaba primero intentar cambiar un sector poblacional pequeño y después lograr cambios sociales a gran escala porque desaprender cuesta.
A su vez, informó sobre cómo sería la extensión del taller a comunidades alejadas y de difícil entrada: “El próximo se desarrollará en noviembre en Los Palacios, Pinar del Río, donde la atención será especializada por la interseccionalidad”.“ La propuesta formativa Masculinidades Liberadoras es pública y es viva, se puede enriquecer día a día” expresó Echeverría.