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Fraudes científicos de este siglo (18): los Czerkas y el falso Arqueoraptor

Arnaldo González Arias
30 enero 2025 | 0 |

Jugada de engaño

En la década de los 90 la ciudad de Chaoyang, provincia de Liaoning, China, se convirtió en un lugar de gran interés para los paleontólogos; muchos fósiles nuevos y únicos se encontraron en esta región. Hallazgos asociados a esa ciudad son, por ejemplo, el Microraptor, el Shenzhouraptor y quizás el más famoso de todos, el Chaoyangsaurus, que vivió hace unos 150 millones de años, nombrado precisamente en honor a esa ciudad. Con este telón de fondo, los naturales del lugar se habituaron a excavar en yacimientos de arcilla comprimida en busca de fósiles, que luego vendían a comerciantes clandestinos por unos pocos yuanes. Aunque la práctica no es legal, aún parece ser bastante común.

Se cree que el autor principal de este fraude fue un campesino de Xiasanjiazi, un lugar cercano a Chaoyang, quien de seguro nunca supuso que su ‘iniciativa’ llegaría a convertirse en un tema de interés para tanta gente. Todo indica que, en 1997, encontró un raro fósil de un ave con dientes, incluso con impresiones de sus plumas, que se fragmentó cuando intentó extraerlo del yacimiento. Al parecer, también encontró patas y una cola en el mismo lugar y, con el fin de ganarse algún dinero extra, utilizó algún tipo de cemento para unir las piezas fragmentadas y tratar de recobrar la forma original de la pieza. Al año siguiente la vendió a un negociante, que debe haberla pasado de contrabando a los EE.UU., pues en China la salida de fósiles del país es ilegal. Expuesta en una feria de artículos valiosos en Tucson, Arizona, la pieza arqueológica recibió el nombre de Arqueoraptor.

Por otra parte, Stephen A. Czerkas (1951-2015) y su esposa Sylvia, grandes entusiastas de los dinosaurios, en 1999 administraban el Museo del Dinosaurio en Blanding, una pequeña ciudad del condado de San Juan, en Utah, con una población de poco más de 3000 habitantes. Allí finalmente fue a parar la muestra arqueológica de Xiasanjiazi. El entusiasmo de los Czerkas fue tal que lograron obtener 80 000 dólares de sus patrocinadores para comprar un fósil ‒ desconocido hasta el momento ‒ sin que hubiera sido validado por la ciencia.

Ni corto ni perezoso, Stephen construyó un modelo de la muestra y lo expuso en su museo, con un rótulo que decía que éste era el único modelo del Arqueoraptor en exhibición en el mundo, aunque advertía que la cola del original del fósil era de un dinosaurio y no de un pájaro. (Más tarde, cuando surgieron los primeros indicios de fraude, y presionados por sus propias acciones, los Czerkas ocultaron las evidencias; no llevaron a cabo una investigación exhaustiva hasta que no les quedó más remedio, al seguir apareciendo más críticos escépticos en escena).

Escondiendo la bola

El Arqueoraptor ganó publicidad a finales de 1999, a partir de una conferencia de prensa organizada por la revista National Geographic como antesala a la aparición del número de noviembre, donde se describía el hallazgo. El presentador Christopher P. Sloan, un editor de la National Geographic, presentó el fósil como un “eslabón perdido”, y dijo que posiblemente fuera la mejor evidencia de que las aves habían evolucionado a partir de ciertos tipos de dinosaurios carnívoros. La evidencia anterior más sugerente databa del hallazgo del archaeopteryx en 1880, en Alemania.

Tras adquirir el fósil – ojo, no antes – los Czerkas contactaron al paleontólogo Phil Currie, quien a su vez contactó a la National Geographic Society. Currie estuvo de acuerdo en estudiar el fósil con la condición de que después regresara a China, lo que fue aceptado por los Czerkas. Una vez aclarados los términos, Currie se puso en contacto con el Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados en Beijing, y la National Geographic invitó al paleontólogo Xu Xing a ser parte del “equipo” arqueoraptor.

Xu Xing ha dado nombre a más especies de dinosaurios que cualquier otra persona en el mundo ‒ alrededor de 80 ‒ y se considera uno de los paleontólogos más productivos de todas las épocas.

Ya durante el examen inicial del fósil, en marzo de 1999, había quedado claro para Currie que las patas izquierda y derecha eran un reflejo perfecto una de la otra, y que el fósil se había completado usando partes tomadas de otro lugar. También había notado que no existía conexión entre la cola y el cuerpo. En julio del mismo año el fósil se analizó mediante rayos X de alta resolución en la universidad de Austin, Texas. El especialista, Dr. Timothy Rowe, determinó que los fragmentos que mostraban la cola y las patas traseras eran diferentes al resto del fósil, e informó a los dueños de que posiblemente todo el asunto era un fraude.

Sin embargo, los Czerkas le pidieron a Rowe que mantuviera sus dudas en privado y no informara a la National Geographic. Además, el preparador de muestras del museo de los Czerkas, al intentar preparar las muestras para su mejor estudio, llego a la conclusión de que la pieza estaba compuesta de al menos 3 partes diferentes, posiblemente hasta 5. Los Czerkas tampoco aceptaron este veredicto ni informaron a la National Geographic.

En agosto de 1999 el equipo formado por S. Czerkas, Currie, Rowe y Xu envió un artículo a la revista Nature, titulado “Una nueva ave dentada con una cola tipo dromaeosáurido” que incluye una figura, y menciona que una de las patas y el rabo son partes añadidas a la parte principal. La revista rechazó el artículo, alegando poco tiempo para lograr una revisión por pares para su publicación inmediata. Entonces el grupo remitió el artículo a la revista Science, que también lo rechazó alegando que el espécimen había sido sacado de China ilegalmente y que se había manipulado para incrementar su valor.

Al parecer, el Sr. Czerkas tampoco informó a la National Geographic de los dos rechazos. El ejemplar de noviembre de la revistaya estaba listo para impresión y salió a la luz con un artículo que describía el “hallazgo”, sin que el reporte hubiera sido sometido previamente a revisión por pares en alguna revista científica reconocida.

Movimiento en el bullpen

Tras la salida del número de noviembre de 1999 de la National Geographic, S. L. Olson, un curador de aves del Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano, publicó una carta abierta donde indicaba que el espécimen en cuestión había entrado al país ilegalmente y criticaba la hipótesis de que las aves habían evolucionado a partir de los dinosaurios. También se quejaba de que el conferencista Sloan, un periodista, había usurpado el proceso de la nomenclatura científica al bautizar un espécimen en la prensa popular. Sloan había bautizado al arqueoraptor como “Archaeoraptor liaoningensis“. Según Olson…“esta es la peor pesadilla de muchos zoólogos; que su oportunidad de dar nombre a un nuevo organismo sea publicada primero, al descuido, por algún periodista poco inteligente”.

En octubre de ese mismo año, Xu Xing notó que la cola del arqueoraptor se parecía notablemente a la de un dinosaurio de la rama manirraptora, aún sin nombrar, que él estaba estudiando (reconocido más tarde como un nuevo fósil y nombrado Microraptor zhaoianus). El arqueólogo regresó a China, viajó a Liaoning, inspeccionó el yacimiento original y contactó a varios comerciantes de fósiles. Eventualmente encontró un fósil completo en buen estado de un pequeño Dromaeosaurio, con una cola que correspondía tan exactamente a la del Arqueoraptor que tenía que ser su tapa o cubierta de piedra (tenía incluso dos pequeñas manchas de óxido que coincidían con la correspondiente pieza base del arqueoraptor).

La decisión de los árbitros

En diciembre de 1999 Xu Xing se puso en contacto con Sloan, de la National Geographic, y con los coautores del artículo rechazado, comunicándoles su certeza de que el arqueoraptor era un fraude, pues era obvio que los huesos de un ave primitiva se habían combinado con los de un Dromaeosario no volador.

En 2001 se publicaron los resultados del análisis de la losa base del Arqueoraptor mediante tomografía de rayos X de alta resolución. Se elaboraron modelos generados por computadora para estudiar la superficie de la muestra, y también en profundidad mediante cortes tomográficos. Así se determinó, sin lugar a dudas, la naturaleza y alcance de la falsificación (ver bibliografía para más detalles).

Incluso fue posible determinar cómo se había construido la muestra. Había tres capas bien diferenciadas; la más profunda era de roca sedimentaria, usada como soporte. La superior era una mezcla heterogénea donde se mezclaban huesos de diferentes tipos de aves. Entre ambas había una capa de algún tipo de cemento, usado para mantener las piezas añadidas en su lugar y rellenar los huecos. Las patas pertenecían a un solo lado (base y cubierta, tipo sándwich); habían sido posicionadas como si fueran la parte derecha e izquierda del ave. Además, la cola utilizada de Dromaeosaurio estaba en conflicto con las características ornitológicas del esqueleto de un ave.

Modelos generados por computadora de la losa base del Arqueoraptor. (a): esquema 3D generado a partir de cortes tomográficos superpuestos; (b) mapa de la superficie, codificado por colores

El juego no termina hasta que se termina

Sin embargo, aunque ya en 2002 se conocía el origen fraudulento de la pieza, Czerkas publicó el libro Dinosurios emplumados y el origen del vuelo, donde apoya la hipótesis de la evolución de las aves a partir de los dinosaurios. Es oportuno señalar que publicaciones más recientes apuntan a la existencia de barreras anatómicas importantes en contra de la hipótesis de la evolución dinosaurio-ave.

En resumen, en todo el asunto del Arqueoraptor hubo al menos tres cosas que se hicieron mal. La primera fue la credulidad de pagar 80 000 dólares por una supuesta pieza arqueológicaque no había sido validada por especialistas; el comprador, Stephen A. Czerkas, era un artista, no un científico. La segunda fue hacer oídos sordos a los primeros cuestionamientos sobre la legitimidad de la pieza (lo que por mucho tiempo acarreó dudas sobre la ética de los Czerkas en el campo de la arqueología). Lo tercero mal hecho – esta vez por el editor de la National Geographic Sloan, tampoco un científico– fue dar publicidad a un ‘descubrimiento’ que no había sido avalado previamente por los árbitros de alguna revista científica reconocida.

En junio del 2000 el fósil se devolvió a China.


Bibliografía

Wikipedia. Chaoyang, https://es.wikipedia.org/wiki/Chaoyang

Two feathered dinosaurs from northeastern China. NATURE | VOL 393 | 25 JUNE 1998 |. https://www.researchgate.net/publication/32013491_Two_feathered_dinosaurs_from_Northeastern_China

Archaeoraptor: Feathered Dinosaur from National Geographic Doesn't Fly | The Institute for Creation Research, https://www.icr.org/article/archaeoraptor-feathered-dinosaur-from-national-geo

C. P. Sloan, “Feathers for T. rex? New birdlike fossils are missing links in dinosaur evolution.” National Geographic 196:98-107, November 1999. https://www.icr.org/article/464/Archaeoraptor

Forensic palaeontology. The Archaeoraptor forgery NATURE | VOL 410 | 29 MARCH 2001 |, accessible en https://www.researchgate.net/publication/12053009_Forensic_palaeontology_The_Archaeoraptor_forgery

Thomas, B. Second Look Causes Scientist to Reverse Dino-Bird Claim, (http://www.icr.org/article/second-look-causes-scientistreverse/ ). Creation Science Update. Posted on ICR.org July 18, 2014, accessed July 5, 2016.

Thomas, B. Fixed Bird Thigh Nixes Dino-to-bird Development. http://www.icr.org/article/fixed-bird-thigh-nixes-dino-birddevelopment/ . Creation Science Update. Posted on ICR.org June 22, 2009, accessed July 14, 2014.

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