Hace 18 años que Tito y Reina, matrimonio camagüeyano, vive en la comunidad costera de Surgidero de Batabanó. En todo ese tiempo, esta es la segunda ocasión que la familia de pescadores ve como el agua de mar llega hasta dentro de su casa, a pesar de vivir en una zona relativamente alta.
El Huracán Helene azotó la costa suroeste de Cuba desde la madrugada del pasado miércoles hasta la tarde noche del jueves. El fenómeno meteorológico afectó tierra cubana como tormenta tropical; sin embargo, los efectos del viento y la lluvia fueron notables. El poblado de Surgidero de Batabanó, una de las zonas más bajas del litoral sur de Cuba, tuvo inundaciones significativas.
De acuerdo con datos de la estación meteorológica municipal de Batabanó, los vientos sostenidos fueron de 35 a 40km/h con dirección este sur este, hubo rachas de hasta 81km/h y se registró un acumulado de lluvias de 85,1milímetros. El mar penetró considerablemente y todos los sistemas fluviales se desbordaron, el nivel del agua en las zonas más bajas alcanzó una altura de más de un metro.
“Nosotros organizamos algunas cosas el miércoles y el jueves temprano subimos todo por precaución. Teníamos la percepción de que el agua no subiría tanto como la vez anterior, cuando el huracán Ian. Subimos los muebles, el refrigerador, la moto de mi hijo y algunas pertenencias de amigos que viven en lugares más bajos”, contó Tito Arredondo, poblador de Surgidero.
Tito y su esposa Reina Morales viven con su hijo cerca del arco de la entrada al consejo popular, a casi un kilómetro del mar y por la carretera más alta de las dos principales que tiene el pueblo. Sin embargo, el agua bañó sus pies, lo que en esta ocasión solo subió unos pocos centímetros.
Desde que se conoció el lunes la posibilidad de que Helene afectara la costa sur y el golfo de Batabanó, se paralizó toda la actividad pesquera en el municipio. “Todos los barcos, así como las lanchas de pesca deportiva entraron a puerto por la amenza ciclónica. También se suspendió la navegación marítima de Batabanó a Gerona”, comentó Nedelys Delgado Felipe, presidenta de la Asamblea municipal del Poder Popular en Batabanó.
El consejo de defensa del municipio no reportó pérdidas de vidas humanas e informó que la Defensa Civil y la Cruz Roja Cubana evacuaron a 615 personas, de las cuales 8 son encamados, 12 embarazadas y 193 niños. El servicio eléctrico se mantiene interrumpido por precaución, debido a que el agua alcanza el cableado en algunos hogares y zonas del pueblo.
Surgidero de Batabanó y sus pobladores estuvieron inundados por más de 24 horas, con el agua por encima de las rodillas, los muebles y todas las pertenencias de las personas subidas a barbacoas o cualquier lugar lejos del alcance del agua.
La vida del pueblo no cesa a pesar de los intentos de Helene: canoas, balsas o cualquier superficie flotable se apodera de las calles llenas de agua. La gente sigue intentando salvar sus cosas. Hay perros que nadan y otros que buscan un punto alto huyendo del agua, un señor vende plátanos y aguacates que flotan encima de un plástico, y el agua no baja.
El impacto del cambio climático en la comunidad se hace más notorio cuando se trata estos fenómenos climatológicos. El mar sigue ganando terreno y la pérdida del ecosistema costero es cada vez más recurrente, lo que supone el riesgo de desaparición del asentamiento humano de Surgidero, a pesar de los intentos de organizaciones y proyectos medioambientales.
