Foto: Jean-Marc Bouju/Tomada de El mundo
Jane Goodall es una figura emblemática en la historia de la ciencia, la conservación y el activismo ambiental. Su nombre evoca imágenes de selvas africanas, chimpancés en libertad y una mujer incansable que desafió las normas establecidas para transformar nuestra comprensión del comportamiento animal y nuestra relación con la naturaleza. Este escrito explora su vida, obra científica, impacto filosófico y legado educativo, con el objetivo de mostrar cómo su trayectoria encarna una intersección entre ciencia, ética y esperanza.
Nacida el 3 de abril de 1934 en Londres, Jane Goodall creció en Bournemouth, Inglaterra. Desde pequeña mostró una curiosidad inusual por los animales. A los cuatro años, desapareció durante horas para observar cómo una gallina ponía huevos, lo que reveló su temprana inclinación por la observación paciente y el respeto por la vida animal. Su infancia estuvo marcada por lecturas como El libro de la selva de Kipling, que alimentaron su sueño de vivir en África y estudiar animales salvajes.
Sin formación universitaria en biología, Goodall estudió secretariado y trabajó en una productora de documentales. En 1957, a los 23 años, viajó a Kenia, donde conoció al antropólogo Louis Leakey. Leakey reconoció su talento innato para la observación y la contrató como asistente, llevándola a la garganta de Olduvai y luego enviándola al Parque Nacional de Gombe, en Tanzania, para estudiar chimpancés.
En julio de 1960, Jane Goodall comenzó su trabajo en Gombe. A diferencia de los métodos científicos tradicionales, su enfoque era empático y paciente. Observaba sin intervenir, permitiendo que los chimpancés se acostumbraran a su presencia. Este método le permitió descubrir comportamientos que desafiaban el consenso científico de la época:
- – Los chimpancés usaban herramientas, como ramas modificadas para extraer termitas, lo que obligó a redefinir la noción de “herramienta” como exclusiva del ser humano.
- – Practicaban la caza y el consumo de carne, lo que contradecía la idea de que eran estrictamente vegetarianos.
- – Exhibían emociones complejas, vínculos sociales profundos y conductas altruistas y agresivas.
Estos hallazgos transformaron la etología y la antropología, y llevaron a Goodall a obtener un doctorado honorario en la Universidad de Cambridge, a pesar de no haber cursado estudios universitarios previos.
Goodall desafió el paradigma positivista que dominaba la ciencia del comportamiento animal. En lugar de tratar a los chimpancés como objetos de estudio, los consideraba sujetos con emociones, intenciones y dignidad. Les daba nombres, no números, y reconocía su individualidad. Esta postura fue criticada inicialmente por la comunidad científica, pero con el tiempo se convirtió en un modelo de investigación respetuosa y ética.
Su enfoque encarna una filosofía pluralista y no antropocéntrica. Al mostrar que los chimpancés comparten con los humanos herramientas, cultura y emociones, Goodall contribuyó a descentrar la noción de excepcionalismo humano. Su trabajo invita a repensar la frontera entre “naturaleza” y “cultura”, y a reconocer la continuidad evolutiva entre especies.
A medida que los bosques africanos comenzaron a desaparecer y las poblaciones de chimpancés se redujeron drásticamente, Goodall se convirtió en una activista ambiental. Fundó el Instituto Jane Goodall en 1977, dedicado a la investigación, educación y conservación. Su programa Roots & Shoots involucra a jóvenes en proyectos de sostenibilidad y protección animal en más de cien países.
Goodall ha denunciado la deforestación, la experimentación con animales, el tráfico ilegal de fauna y la indiferencia política ante la crisis ambiental. En entrevistas recientes, ha criticado el modelo de desarrollo que sacrifica la biodiversidad por ganancias económicas, y ha llamado a una transformación ética y espiritual de nuestra relación con el planeta.
Además de sus contribuciones científicas, Goodall ha escrito más de 70 artículos y numerosos libros, incluyendo obras infantiles. Entre sus títulos más destacados en español están:
- – En la senda del hombre (1986)
- – Los chimpancés de Gombe (1986)
- – A través de la ventana (1994)
- – Gracias a la vida (2002)
Su estilo combina rigor científico con sensibilidad narrativa, lo que ha permitido que sus ideas lleguen a públicos diversos. Ha participado en documentales, conferencias y campañas educativas, convirtiéndose en una figura mediática que inspira respeto y ternura.
Jane Goodall ha recibido múltiples distinciones, entre ellas el Premio Templeton en 2021, que reconoce a quienes integran ciencia y espiritualidad. Fue nombrada Mensajera de la Paz por la ONU, recibió la Legión de Honor de Francia y la Medalla Presidencial por la Libertad del presidente Joe Biden y ha sido homenajeada por universidades, gobiernos y organizaciones ambientales.
Su legado no se limita a la ciencia. Representa una forma de vida basada en la compasión, la perseverancia y la esperanza. Su historia demuestra que la pasión, la curiosidad y el compromiso pueden cambiar el mundo, incluso cuando se desafían las normas establecidas.
La vida de Jane Goodall es una lección de humildad epistemológica, ética ecológica y pedagogía transformadora. En un mundo marcado por la crisis ambiental y la desconexión con la naturaleza, su ejemplo nos recuerda que la ciencia puede ser una herramienta de reconciliación entre humanos y no humanos.
Goodall no solo estudió chimpancés; los escuchó, los comprendió y los defendió. Su obra nos invita a mirar más allá de nuestras fronteras cognitivas y afectivas, y a construir una cultura del cuidado que abrace la diversidad de la vida.