Foto: tomada de uab.cat
La seda de araña ha fascinado a científicos, ingenieros y biólogos durante décadas. Su resistencia, elasticidad y ligereza la convierten en uno de los materiales naturales más extraordinarios conocidos. A pesar de su apariencia delicada, la seda de araña puede ser más resistente que el acero y más elástica que el nailon. Aquí exploramos en profundidad la estructura molecular de la seda de araña, centrándose en su composición proteica, la organización jerárquica de sus componentes, y las implicaciones biomiméticas de su estudio.
La seda de araña está compuesta principalmente por proteínas llamadas espidroínas, que son sintetizadas en las glándulas sericígenas de las arañas. Las espidroínas más estudiadas son las producidas por la glándula ampulácea mayor, responsables del hilo estructural de la telaraña y del hilo de arrastre.
Tipos de espidroínas
Las espidroínas se clasifican según la glándula que las produce. Las más importantes son:
- – MaSp1 (Major Ampullate Spidroin 1): rica en alanina y glicina, forma estructuras cristalinas β-lámina.
- – MaSp2 (Major Ampullate Spidroin 2): contiene prolina, lo que le confiere mayor elasticidad.
- – Flagelina (Flag): usada para construir el núcleo de las fibras.
- – Piriforme y aciniforme: utilizadas para la construcción de estructuras adhesivas y envoltorios de huevos.
Estas proteínas tienen una estructura modular, con dominios repetitivos que se alternan entre regiones cristalinas y amorfas.
La resistencia y elasticidad de la seda de araña provienen de su estructura jerárquica. A nivel molecular, las espidroínas presentan una organización en dos tipos de dominios:
Dominios cristalinos
Formados por secuencias repetitivas ricas en alanina (como (Ala)n o (GA)n), estas regiones se pliegan en estructuras β-lámina antiparalelas. Estas láminas se agrupan en nanocristales que proporcionan rigidez y resistencia a la tracción.
Dominios amorfos
Compuestos por secuencias ricas en glicina y prolina, como GPGXX o GGX, estas regiones son más desordenadas y permiten la extensibilidad de la fibra. Actúan como resortes moleculares que se estiran bajo tensión.
La combinación de dominios rígidos y elásticos da lugar a una fibra con propiedades mecánicas excepcionales. Esta arquitectura modular permite que la seda absorba grandes cantidades de energía antes de romperse.
La conversión de espidroínas solubles en fibras sólidas ocurre en el conducto de hilado de la araña. Este proceso implica cambios en pH, concentración iónica y fuerzas de cizallamiento.
Las espidroínas se almacenan en solución altamente concentrada (hasta 50% p/p) en las glándulas. A pesar de esta concentración, no precipitan gracias a su estructura terminal que evita la agregación prematura.
Durante el paso por el conducto de hilado, el pH disminuye y se incrementa la concentración de iones como el fosfato. Esto induce la formación de enlaces de hidrógeno y la reorganización de las proteínas en estructuras β-lámina.
El flujo laminar y las fuerzas de cizallamiento alinean las proteínas, facilitando la formación de nanocristales y la orientación de las cadenas polipeptídicas. El resultado es una fibra con una estructura jerárquica altamente ordenada.
La seda de araña combina varias propiedades mecánicas deseables:
- – Alta resistencia a la tracción: comparable al acero.
- – Gran elasticidad: puede estirarse hasta cinco veces su longitud original.
- – Tenacidad: absorbe más energía antes de romperse que cualquier otro material natural o sintético.
Estas propiedades derivan directamente de la organización molecular descrita: los dominios cristalinos aportan resistencia, mientras que los amorfos permiten la deformación reversible.
No todas las sedas de araña son iguales. Existen al menos siete tipos de seda, cada una con una función específica:
- – Seda de arrastre (dragline): la más resistente, usada como cuerda de seguridad.
- – Seda de captura: pegajosa y elástica, para atrapar presas.
- – Seda de envoltura: más flexible, para envolver huevos o presas.

Cada tipo presenta una composición distinta de espidroínas, lo que modifica su estructura molecular y propiedades físicas.
El estudio de la seda de araña ha inspirado el desarrollo de materiales sintéticos avanzados:
- – Biomateriales médicos: suturas, andamios para ingeniería de tejidos.
- – Textiles de alto rendimiento: chalecos antibalas, ropa deportiva.
- – Materiales biodegradables: alternativas sostenibles al plástico.
La producción industrial de seda de araña ha sido un reto debido a la dificultad de criar arañas en masa. Sin embargo, se han desarrollado métodos de producción recombinante en bacterias, levaduras, plantas e incluso cabras transgénicas.
La seda de araña es un ejemplo sobresaliente de cómo la evolución ha perfeccionado materiales con propiedades mecánicas excepcionales. Su estructura molecular, basada en espidroínas con dominios cristalinos y amorfos, permite una combinación única de resistencia y elasticidad. Comprender esta estructura no solo es fascinante desde el punto de vista biológico, sino que también abre la puerta a innovaciones tecnológicas en múltiples campos. A medida que la biotecnología avanza, la posibilidad de replicar o incluso mejorar la seda de araña se convierte en una realidad cada vez más cercana.
