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Fraudes científicos de este siglo (2): La arqueología “milagrosa” de Sinichi Fujimura

Arnaldo González Arias
01 octubre 2024 | 0 |
Sinichi Fujimura se arrepiente

Su habilidad para encontrar reliquias antiguas era tan extraordinaria que llegó a ser conocido como el arqueólogo “con manos divinas”.

Logró engañar a todos todo el tiempo (…o casi)

Rashomón, Shogún, El Último Samurái, Yojimbo (El Bravo), Zatoichi, Mifune, Kurosawa,… ¿Quién no ha visto alguno de estos filmes, o al menos escuchado alguna vez uno de estos nombres? Tanto la cinematografía japonesa como la norteamericana se han encargado de que estemos al tanto. Y también gracias a esos filmes nos hemos enterado de que la cultura japonesa, si no es la más respetuosa, es al menos la que más exterioriza el respeto hacia los demás.

El cine y los videos se han encargado de transmitirnos con bastante detalle los rituales japoneses de cortesía, que se mantienen incluso en las situaciones más tensas y confusas. Por eso resultó un tanto sorprendente – al menos para quien escribe – descubrir que también en Japón es posible encontrar no pocos personajes que se han dedicado a llevar a cabo grandes fraudes en nombre de la ciencia.

Algunos de ellos son muy recientes. Por ejemplo: en diciembre de 2014 la Universidad de Tokio reportó que de 165 artículos publicados por su Instituto de Biología Celular y Molecular, 33 eran fraudulentos. Cuando se iniciaron las investigaciones tras diversas denuncias, el director del Instituto, S. Kato, ordenó falsificar las notas originales de los experimentos para evitar que se descubriera el fraude. Aún peor, en otras instituciones japonesas entre 2013 y 2017, se detectaron numerosas falsificaciones, alteraciones y fabricación de datos en importantes ensayos clínicos.

Un caso de fraude que llegó al dominio público y tuvo muchas repercusiones fue el del arqueólogo aficionado Sinichi Fujimura, desenmascarado por dos periodistas en el año 2000. Al contrario de lo que dijo Lincoln, este personaje logró engañar a todos durante más de 20 años. “A todos” quiere decir a sus colegas arqueólogos profesionales, a los promotores que financiaban los trabajos de excavación, a unos cuantos políticos y a la prensa en general.

Sinichi Fujimura

La arqueología nipona de fines del siglo pasado y los “éxitos” de Fujimura

Antes de 1969 las excavaciones arqueológicas en Japón eran pequeñas y exploratorias, pero a partir de ese año se convirtieron en grandes operaciones a cielo abierto; se estima que hasta el 90 por ciento de toda la información existente sobre el paleolítico japonés se recopiló a partir de ese momento.

Fujimura comenzó sus excavaciones unos pocos años después, en 1976, justamente cuando la arqueología japonesa estaba llegando al clímax de ese gran impulso.

En unos pocos años encontró utensilios y herramientas en 186 diversos yacimientos del este de Japón, en excavaciones organizadas por los gobiernos locales y dos organizaciones japonesas no lucrativas. En su mayoría, los objetos eran utensilios de la cultura Jomon, la cual se extendió por todo el archipiélago nipón desde el 14 500 A.N.E. hasta el 300 A.N.E.; la cerámica de ese periodo se caracteriza por tener marcas de cuerdas y se considera uno de los elementos más característicos de la Edad de Piedra japonesa.

En 1981 ganó cierta fama con su aparente descubrimiento de alfarería de 40 mil años de antigüedad, la más antigua encontrada en Japón. Tras sus primeros éxitos, durante muchos años Fujimura siguió descubriendo objetos en unos 150 sitios arqueológicos en todo el país, que al parecer eran aún más viejos y ayudaban a articular la historia antigua japonesa. Su habilidad para encontrar reliquias antiguas era tan extraordinaria que le conocían como el arqueólogo “con manos divinas”.

El hallazgo por parte de Fujimura y su grupo de algunos de los artefactos más arcaicos jamás descubiertos en Japón, con indicios de una vivienda de 570 mil años de antigüedad – una de las evidencias de asentamiento humano más antigua encontrada en el mundo – promovió la ciudad de Tsukidate como destino turístico internacional. Los políticos de la ciudad adoptaron el lema: “La ciudad con los mismos cielos vistos por el hombre primitivo” y, entre otras atracciones, un comerciante introdujo la bebida “Hombre primitivo”.

Repercusiones en la ciencia y en la prensa

Muchos académicos utilizaron los resultados de Fujimura como testimonio de que la ocupación humana de Japón no comenzó 30 mil años atrás, como se creía en la década de 1970, sino medio millón de años antes. Todos consideraron ese resultado como una de las investigaciones arqueológicas más sensacionales y exitosas en el Japón de la posguerra. Un lote de esculturas encontrado por Fujimura hizo que se reevaluaran las habilidades mentales del Homo erectus, resultado que se incluyó en la nueva edición de un conocido texto de arqueología.

Es oportuno comentar que los éxitos de Sinichi Fujimura se vieron condicionados por una serie de factores favorables. En Japón la arqueología siempre ha apuntado a estimular el aprendizaje práctico en lugar del que se obtiene a partir de los libros de texto. Es por eso que la capacidad de Fujimura para encontrar objetos era considerada como una verdadera habilidad arqueológica por los arqueólogos profesionales que trabajaron con él.

Los medios de comunicación japoneses también estuvieron muy involucrados con la arqueología de la posguerra. Los periódicos, las revistas y la televisión ayudaron a fomentar la popularidad de la arqueología como parte de la historia del Japón, asociada de alguna forma a la tradición cultural, la nacionalidad y la política.

El punto de vista de la arqueología como la historia del pueblo japonés ha tendido a desarrollar entre los ciudadanos un tinte nacionalista y de orgullo nacional. Por otra parte, ante el desarrollo económico masivo y la destrucción de sitios en la era de la posguerra, los arqueólogos japoneses utilizaron con frecuencia los medios de comunicación con el fin de buscar apoyo para resguardar los sitios arqueológicos.

Con las manos en la masa

El 5 de noviembre del año 2000, solo dos semanas después del último anuncio de más restos antiquísimos encontrados por Fujimura, dos periodistas del periódico Mainichi Shimbun mostraron en la portada fotos de Fujimura cavando huecos y ‘plantando’ piezas y utensilios que luego ‘encontró’.

Las fotos que expusieron el fraude de Fujimura.

Los utensilios habían sido recolectados antes por Fujimura en depósitos superficiales de yacimientos reales, y más tarde los enterró en sitios apropiados para ser ‘descubiertos’ por él. Al aparecer las fotos admitió el engaño, tratando de justificarse alegando que había sido “poseído por un deseo incontrolable”. Pero, como se comprobó después, el engaño se remontaba a toda su vida arqueológica.

Despojado de inmediato de su posición, las compañías de publicaciones reimprimieron sus textos arqueológicos omitiendo cualquier referencia a Sinichi Fujimura. La Asociación Arqueológica Japonesa (JAA) publicó en 2003 un informe final de 625 páginas sobre las investigaciones sobre el fraude. Las investigaciones detalladas que se realizaron después demostraron que ni uno solo de los objetos ‘encontrados’ por Fujimura tenía algún valor científico.

El ocaso de Fujimura

Tras descubrirse el engaño, Fujimura estuvo hospitalizado por más de dos años a causa de un trastorno psicológico no identificado.También se sabe que, después que su esposa se divorció de él, se cortó un dedo – tal como se ve en algunos filmes –, acto de contrición generalmente asociado con la yakuza o mafia japonesa. Aunque exculpó a todos sus colaboradores, Mitsuo Kagawa, de 78 años, se suicidó tras haber sido considerado cómplice por una revista.

Los motivos del comportamiento de Sinichi Fujimura permanecen en el misterio, tanto para aquellos que lo conocieron como para los que no lo conocían. A pesar de una serie de especulaciones posteriores, nadie ha podido dar una buena explicación de por qué había cometido un engaño tan elaborado durante tanto tiempo.

A falta de otros motivos, algunos piensan en una especie de necesidad de reconocimiento social. Sinichi Fujimura solo asistió a la escuela secundaria y no tenía entrenamiento formal en arqueología; de hecho, se ha dicho que su conocimiento general de la disciplina era extremadamente pobre. Sin embargo, que haya podido continuar con el engaño durante más de veinte años sugiere que tenía suficientes conocimientos de arqueología como para convencer de sus proposiciones a sus colegas profesionales. Al parecer era una persona muy ‘convincente’ – como lo han sido otros tantos timadores en diferentes épocas y lugares –; quienes dudaban al inicio, dejaron de hacerlo cuando lo conocieron personalmente.

El mayor daño en todo este asunto lo recibieron los arqueólogos profesionales que trabajaron con Fujimura pues, en el mejor de los casos, desperdiciaron más de veinte años de trabajo e investigación; en el peor, su carrera y credibilidad fueron destruidas por las acciones de este arqueólogo aficionado.


Bibliografía

http://mitosurbanosve.blogspot.com/2011/05/grandes-fraudes-el-engano-de-Shinichi-Fujimura.htm

Grahame Johnston, Shinichi Fujimura, Updated: 9 Oct 2017, http://www.archaeologyexpert.co.uk/FamousArchaeologistsCategory.html

Mark J. Hudson, For the people, by the people: postwar Japanese archaeology
and the Early Paleolithic hoax, ANTHROPOLOGICAL SCIENCE
Vol. 113, 131–139, 2005

Kiyomi HIRAYAMA et al. Scientific misconduct in sponsored clinical trials
in Japan: published cases are the “tip of the iceberg” Translat Regulat Sci. 4(2): 30–36, 2022; doi: 10.33611/trs.2022-003 Japanese scientific misconduct allegations. https://en.wikipedia.org/wiki/Japanese_scientific_misconduct_allegations

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