Su quehacer científico fue notable en los estudios ictiológicos. Además, fue fundador de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y de la Sociedad de Entomología de Francia.
Tanto en la Real Academia como en la Sociedad Antropológica abogó por el estudio de las riquezas naturales cubanas, y tomó parte en las discusiones científicas más interesantes que se produjeron.
En 1842 con la secularización de la enseñanza, y la fundación de la Real y Literaria Universidad de La Habana, impartió las asignaturas de Zoología y Anatomía Comparada, cuya cátedra creó, y las de Botánica y Mineralogía, con nociones de Geología, para las cuales escribió algunos manuales y libros de texto