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¡A la Luna!

Raidel Sosa Armas
05 marzo 2025 | 0 |

Las ansias de explorar lo desconocido son el motor impulsor de la especie humana para desarrollar su tecnología. La óptica, las comunicaciones a través de ondas hertzianas, la medicina, el transporte… La lista sería demasiado larga como para recogerlas en este pequeño artículo. Aún no habíamos descubierto muchos lugares en nuestro propio planeta y ya teníamos la vista en el cielo.

Apenas dos años después de que la humanidad pusiera un objeto en la órbita de la Tierra, ya se tomó a la Luna como el siguiente objetivo a explorar. Aunque ya dos naves han salido del Sistema Solar, todavía nuestro propio satélite natural es un objetivo de máxima prioridad para la exploración humana.

Durante finales de los 50 y toda la década de los 60, se entabló una competencia entre los Estados Unidos y la Unión Soviética para alcanzar la Luna. Apartándonos del interés político, creo que la competencia ha sido una práctica favorable para alcanzar un mejor desarrollo en cualquier ámbito y, la industria aeroespacial, no es la excepción. En la actualidad son varios los países que compiten por alcanzar la Luna y los antiguos contrincantes ya no están solos en esta empresa. China es quien parece tomar la delantera en esta nueva carrera por la Luna, aunque la India, Japón e Israel han tenido logros significativos en este sentido.

Hace apenas cuatro días, el 2 de marzo de 2025, se materializó un nuevo hito en la exploración lunar: por primera vez una misión privada enviada a la Luna logra un alunizaje perfecto en el Mar de las Crisis (fig.2).

Figura 2: Mapa de la Luna con la marca del lugar de alunizaje de la nave Blue Ghost. (Imagen tomada del libro Atlas of the Moon)

La empresa Firefly Aerospace, emplazada en Texas, ofrece servicios de lanzamiento lunares y en órbita. Está centrada en brindar acceso rápido al espacio y tiene la ambición de ser confiable y accesible para clientes gubernamentales y comerciales Los vehículos de lanzamiento de pequeña a mediana elevación, los módulos de aterrizaje lunar y los vehículos orbitales de Firefly proporcionan a la industria aeroespacial una fuente única para misiones desde la órbita terrestre baja, hasta la superficie de la Luna y más allá.

¡Comienza la aventura!   

El 15 de enero de 2025, a bordo de un cohete Falcon 9 de la empresa Space X  la nave Blue Ghost (fig. 3) partió hacia la Luna en una misión de 60 días, de los cuales 14 los va a pasar sobre la superficie de nuestro satélite natural. Este artefacto de dos metros de altura y 3,5 m de ancho tiene una forma muy parecida a los “landers” que llevaron a las misiones humanas a la Luna.

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Figura 3: Infografía que resume la cronología de la misión. (Imagen cortesía de Frirefly Aerospace)

Lleva a bordo diez instrumentos diseñados por varias empresas estatales y privadas, con el fin de allanar el camino para las futuras misiones humanas. Estos son:

  1. La Instrumentación lunar para la exploración térmica de subsuelo con rapidez (LISTER), perteneciente a la empresa privada Blue Origin, caracterizará el flujo de calor proveniente desde el interior de la Luna, midiendo el gradiente térmico y la conductividad del mismo. Para esto hará perforaciones con un taladro neumático hasta profundidades de dos a tres metros.
  2. La Lunar PlanetVac, perteneciente también a Blue Origin, probará un nuevo método de recolección y análisis de muestras de regolito lunar (suelo), el cual consistirá en disparar un chorro de gas a alta presión contra la superficie y levantar polvo para su posterior análisis mediante cámaras (visualmente). Esta solución promete ser más eficiente y más barata.
  3. El Retrorreflector Lunar de Próxima Generación (NGLR), perteneciente a la Universidad de Maryland, contribuirá a determinar la distancia entre la Tierra y la Luna. Esto se consigue a partir de la reflexión de pulsos láseres muy cortos desde los observatorios de medición hasta la propia nave. Si la luz tiene una velocidad aproximada de 300 000 km/s, entonces lo que se medirá es el tiempo que demora en recibir los pulsos laser de vuelta a la Tierra. Recordemos que los últimos espejos se colocaron durante la misión humana a la Luna Apollo 15 en el año 1971 y durante la misión del robot soviético autopropulsado Lunajod 2 en 1973.
  4. La Caracterización de la adherencia del regolito (RAC), perteneciente a la empresa Aegis Aerospace, determinará cómo se adhiere el regolito lunar a una variedad de materiales expuestos al entorno de la Luna durante el día lunar. RAC medirá la tasa de acumulación del regolito sobre varias superficies (células solares, sistemas ópticos, revestimientos y sensores) a través de imágenes para determinar su capacidad para repeler o desprender polvo lunar. Esto permitirá realizar un diseño más óptimo de trajes espaciales, hábitats, etc.
  5. La Computadora Tolerante a la Radiación (RadPC), perteneciente a la Universidad de Montana, demostrará que una computadora puede recuperarse de fallas causadas por la radiación ionizante. Hasta ahora se han probado varios prototipos sobre la Estación Espacial Internacional y otros satélites artificiales, pero esta será la prueba más grande hasta el momento en demostrar la capacidad de una computadora en soportar los impactos de la radiación ionizante en su viaje hacia la Luna y durante su estancia en la superficie lunar.
  6. El Escudo Electrodinámico contra el Polvo (EDS), perteneciente al Centro Espacial Kennedy de la NASA, es una tecnología de mitigación activa del polvo que utiliza campos eléctricos para retirar el polvo de las superficies y evitar su acumulación en ellas. Esta tecnología demostrará, por primera vez, la viabilidad de superficies de vidrio y radiadores térmicos autolimpiantes.
  7. El Sensor de Imágenes en RX del Medio Ambiente Lunar (LEXI), perteneciente a la Universidad Johns Hopkins, capturará una serie de imágenes de rayos X para estudiar la interacción del viento solar con el campo magnético de la Tierra, provocando perturbaciones y tormentas geomagnéticas. Este instrumento proporcionará las primeras imágenes globales que muestran el borde del campo magnético de la Tierra, para obtener información de cómo el clima espacial interactúa con nuestro planeta.
  8. La Sonda Magnetotelúrica Lunar (LMS), perteneciente al Instituto de Investigaciones del Suroeste de los EEUU, caracterizará la estructura y la composición del manto lunar, midiendo los campos eléctricos y magnéticos. Esta investigación ayudará a determinar la estructura de la temperatura de la Luna y la evolución térmica, para entender cómo se ha enfriado y diferenciado químicamente nuestro satélite natural desde que se formó.
  9. El Experimento del receptor GNSS Lunar (LuGRE), perteneciente a la Agencia Espacial Italiana, recibirá las señales de las constelaciones de satélites de navegación GPS y Galileo durante el tránsito de la Tierra a la Luna y durante un día lunar sobre la superficie de esta. Esta demostración ayudará a caracterizar y extender la navegación y el cronometraje basados en el Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), proporcionando a las naves espaciales lunares datos precisos sobre posición, velocidad, y tiempo de forma autónoma, a bordo y en tiempo real.
  10. La Cámara Estereoscópica para Estudios de la Superficie de la Columna Lunar (SCALPSS), perteneciente al Centro de Investigación Langley de la NASA, utilizará fotogrametría de imágenes estereoscópicas para capturar el impacto de la columna de humo del cohete sobre el regolito lunar, a medida que el módulo de aterrizaje desciende sobre la superficie de la Luna. Las imágenes estereoscópicas de alta resolución ayudarán a predecir la erosión del regolito lunar, una tarea importante a medida que se envían cargas útiles más grandes y pesadas muy cerca unas de otras. Hay que recordar que sobre la superficie de la Luna hay pocos lugares en los que se ha posado un objeto, por lo que el regolito no estará compacto. Esta investigación ayudará a evaluar el riesgo latente de que una nave se voltee al aterrizar sobre la superficie lunar y, en todo caso a evitar que esto ocurra.

A las 5:15 del 2 de febrero de 2025, la nave Blue Ghost tomó la primera imagen del horizonte lunar (fig. 4). Así mismo desplegó su antena de banda X, que le permitirá efectuar enviar imágenes y videos de alta resolución de la superficie lunar

¡Mientras nosotros, aquí en la Tierra, observaremos un eclipse lunar, la nave observará un eclipse solar! Así como lo oye. Los eclipses son solo cuestión de la posición relativa que tengan tres objetos. En este caso, si se observa desde la Luna, la Tierra ocultará al Sol en lo que sería un evento cósmico que durará lo mismo que la totalidad del eclipse lunar visto desde la Tierra. ¡Estaremos esperando las imágenes de este evento! Otro de los experimentos que se llevará a cabo durante crepúsculo vespertino lunar será la elevación del polvo, observado documentado por Eugene Cernan durante la misión Apollo 17. Después de que el sol caiga sobre el horizonte, la nave continuará trabajando varias horas durante la noche lunar. Esperemos que sobreviva hasta el próximo día lunar, aunque la duración de la misión se estimó hasta los 60 días.

¿Qué nos depara el futuro?

Realmente es incierto. La misión Artemis 2 se retrasa por deficiencias en el cohete portador. No obstante, misiones como esta que acaba de comenzar arrojarán mucha luz sobre este asunto, permitiendo que conozcamos mucho mejor el medio ambiente al que se tendrán que enfrentar los astronautas de las diferentes naciones que tienen a la Luna como objetivo prioritario. Algún día veremos los viajes a la Luna como algo rutinario, de la misma manera que vemos hoy el traslado en automóvil, barcos o aviones. ¡Siguiente parada, Marte!

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