En la jornada de trabajo de este martes en la COP 29, se retomó el tema de la financiación climática. Sin embargo, fue notable el cambio de vocabulario, que empleó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), para dirigirse a los países ricos, a los mercados y a las empresas, según manifiesta el sitio www.porelclima.org.
Según esa plataforma, se habló de “llevar a cabo inversiones (en vez de destinar fondos) que evitarán costes mayores en el futuro, y de asegurar toda la cadena de valor, ya que la economía global está interconectada y los intereses tanto de los países como de las empresas se encuentran también ubicadas en otras naciones, que también deben proteger”.,
En esa misma tónica se planteó que “invertir en el bienestar de toda la población puede evitar las olas de desplazamientos motivadas por los desastres climáticos y las hambrunas, que se unen al efecto también producido por los conflictos bélicos”.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, exhortó a los líderes políticos, especialmente a los del G20, próximo a reunirse, a ejercer su liderazgo, sobre todo por ser “los mayores emisores, con las mayores capacidades y responsabilidades”.
Las Naciones Unidas apunta a la cooperación global como la única vía para dar respuesta a la grave emergencia climática. No obstante, durante las negociaciones para establecer un objetivo cuantitativo de financiación, ha surgido una incógnita ¿cómo hacerlo cuando hay países que pueden salir del Acuerdo de París (tal es el caso de los Estados Unidos) y cuya contribución debería ser destacada?
De igual forma, el secretario general de la ONU recordó que las naciones deberán presentar, en 2025, sus contribuciones nacionalmente determinadas (NDC) en línea para lograr reducir un nueve por ciento (anualmente) las emisiones globales, y alcanzar la disminución del 43 por ciento en 2030 con respecto a 2019, necesaria para mantener el 1,5 grado vivo.
Al respecto, Guterres reclamó a los “países desarrollados duplicar la financiación para la adaptación hasta, por lo menos, 40 mil millones de dólares al año para 2025, en un escenario actual en el que la brecha entre las necesidades de adaptación y los recursos destinados se está agrandando cada vez más”.
Durante este segundo día de la cumbre también se firmaron los documentos que ponen en funcionamiento operativo el Fondo de Pérdidas y Daños, a partir de enero de 2025.
Al referirse a los Bancos de Desarrollo, Guterres mencionó que en la COP pudiera haber un acuerdo para dotar a estos Bancos de una mayor capacidad financiera, de préstamo y una reformulación en su modelo para que puedan impulsar nuevas iniciativas.
“Los recursos disponibles pueden parecer insuficientes, pero podrían multiplicarse con un cambio significativo en la forma en que funciona el sistema multilateral. La financiación climática no es caridad, es una inversión”, subrayó.
Igualmente, en la jornada de este martes se habló sobre la necesidad de reducir el metano, que junto a otras emisiones de gases de efecto invernadero representan más de la mitad del calentamiento global actual.
El Secretario de Estado británico del Departamento de Seguridad Energética y Net Zero, Edward Miliband, refirió que “si reducir las emisiones de CO2 es una maratón, la reducción de metano debe ser un sprint”
La información publicada por www.porelclima.org asegura que “desde 2022 las emisiones de metano han aumentado hasta representar el diez por ciento de las globales, sumando desafíos ambientales, económicos y sanitarios a la cuenta ya elevada del cambio climático.
“El metano en particular contamina 80 veces más que el CO2, pero solo el dos por ciento del financiamiento para la reducción de emisiones se centra en él”.