Foto tomada de National Geographic
¿A quién no le gusta mirar al cielo? Lo hacemos todas las mañanas cual rito obligatorio antes de comenzar las tareas. Los amaneceres y los atardeceres son motivo de nuestro arte. Usamos el Sol para marcar los días, la Luna para marcar las semanas y las estrellas para marcar los meses. No obstante, muchas personas han pensado, y piensan, que el cielo es un ente inmutable que reside fuera de nuestra realidad. ¿Qué pasa cuando ven algún fenómeno que contradice sus creencias?
¡No les miento cuando digo que ignorar al firmamento ha sido motivo de la caída de imperios enteros! ¿Qué hubiese hecho usted si alguien le dice que va a desaparecer la Luna? Probablemente reiría. ¿Pero, y al caer la noche? ¿Cuál habría sido su reacción al comprobar la veracidad de la promesa?
Los aborígenes de Jamaica cumplieron las exigencias de Cristóbal Colón, cuando este “se llevó” la Luna de su cielo. Ellos no sabían qué era un eclipse de Luna y mucho menos cómo predecirlo. Seguramente has dilucidado lo siguiente: ¡Hoy hablaremos sobre los eclipses lunares!
Este tipo de fenómeno astronómico es el resultado de una simple alineación de tres cuerpos, pero a escala planetaria. Cuando buscamos una sombra bajo un árbol o al desplegar una sombrilla, realmente estamos tratando de ser eclipsados por estos. A diferencia de los eclipses de Sol, los eclipses de Luna (fig. 1) pueden ser vistos desde toda la región del planeta en la que la Luna llena sea visible en el momento de su paso por la proyección de la sombra de la Tierra.

Todos los años ocurren eclipses lunares en donde este satélite natural es “borrado” del firmamento, algunas veces en parte y otras por completo. Este año no será la excepción. El 14 de marzo y el 7 de septiembre ocurrirán sendos eventos, aunque solo el primero de estos será visto desde nuestro continente (fig. 2).

¿Realmente desaparece la Luna durante un eclipse?
Cuando observamos la sombra de un objeto sobre el suelo nos percatamos que sus bordes no están bien definidos. A la parte oscura de la silueta que se proyecta en el suelo se le denomina umbra (sombra) y a la parte más clara en los bordes se le denomina penumbra (casi sombra). Este fenómeno peculiar se debe a que la fuente de luz (Sol, Luna, o simplemente una lámpara) no es un objeto puntual.
Si, durante un eclipse de Luna, esta no pasa en su totalidad por la umbra de la Tierra, se dice que el eclipse es parcial. Si solo pasa por la penumbra de la Tierra, entonces se dice que el eclipse es penumbral (como el que ocurrió el 25 de marzo de 2024).
Si nuestro planeta careciera de atmósfera, la Luna sí desaparecería al entrar en la umbra de la Tierra. Lo que ocurre en la realidad es que parte de la luz que atraviesa la atmósfera terrestre es desviada (debido al fenómeno de refracción) hacia la zona de la umbra y la Luna, en consecuencia, nunca llega a desaparecer. ¿Es importante tener en cuenta este detalle? Por supuesto que sí. Resulta que la atmósfera de la Tierra contiene agua en diferentes estados (en forma de lluvia, nubes, cristales de hielo), polvo, polen, cenizas volcánicas (fig. 3): A veces está muy transparente y otras veces presenta una apariencia “más turbia”. El mismo fenómeno (dispersión de la luz) que hace que se vean rojos el Sol y la Luna cuando están cerca del horizonte, es el responsable de que veamos la Luna, durante cada eclipse, de un color diferente.

El astrónomo francés André-Louis Danjon (1890-1967) ideó un método para conocer el estado de nuestra atmósfera a partir de la coloración y el brillo de la Luna durante el máximo de la totalidad de un eclipse lunar. Acá le mostramos la escala que ideó:
- – L=0 Eclipse muy oscuro (Luna casi invisible durante el máximo de la totalidad)
- – L=1 Eclipse oscuro, con un color gris o carmelita (Detalles de la Luna distinguibles, pero con gran dificultad)
- – L=2 Eclipse de color rojo intenso o color óxido (Muy oscuro en el centro, mientras que en los bordes de la umbra es relativamente brillante)
- – L=3 Eclipse color ladrillo (el borde de la umbra presenta un color rojo brillante o amarillo)
- – L=4 Eclipse muy brillante de color rojo cobrizo o naranja (El borde de la umbra tiene un color azulado)
Mientras que, una luna oscura durante el máximo de la totalidad (L=0) representa una atmósfera cargada de aerosoles (antes expuestos), una luna muy brillante (L=4) será consecuencia de una atmósfera “transparente” en el momento del eclipse.
Aunque en la actualidad existen otros métodos más sofisticados y automatizados para determinar la coloración de la Luna durante un eclipse, este es un trabajo que puede hacer usted con bastante seriedad. Lo recomendable es disponer de un pequeño telescopio o unos prismáticos, pero esta labor se puede realizar a ojo desnudo, de ahí que no supone ningún impedimento para usted, amable lector.
Es importante que se realice esta observación antes, durante y después de la máxima totalidad y así evaluar el color de la umbra en cada una de sus partes. Es recomendable que cada nota que tome esté acompañada por la hora exacta a la que realizó el apunte.
¿Se pueden hacer más observaciones durante un eclipse lunar?
En 1702, el astrónomo francés Philippe de La Hire (1640-1719) notó algo interesante: Los eclipses lunares duraban un poco más que lo que predecía la geometría. Había que extender el radio de la sombra de la Tierra alrededor de 1% para que encajara con las observaciones.
Esto se debe a que el grosor de la atmósfera terrestre se tiene que tomar en cuenta a la hora de realizar las predicciones. Si hay algo curioso aquí es que cada vez que ocurre un eclipse lunar y se hacen las mediciones pertinentes, la atmósfera terrestre tiene un grosor diferente. Una vez más se pone de manifiesto el carácter dinámico de nuestro planeta.
¿Cómo hizo de La Hire sus observaciones? Estas consistían en registrar el momento exacto en que el borde de la umbra tocaba un accidente lunar determinado como un cráter, por ejemplo.
Los astrónomos amateurs y profesionales realizan estas observaciones y sus reportes son enviados a Sky and Telescope una de las revistas sobre astronomía más prestigiosas en todo el mundo.
¿Podrá usted hacer dicha observación? Con unos prismáticos, como mínimo, sin duda alguna. Con un mapa adecuado (fig. 4) y una tabla como guía (fig.5), no tendrá problema alguno.


Vale la aclaración del siguiente detalle para evitar confusiones: La hora UTC es la correspondiente al Meridiano 00 o Meridiano de Greenwich. Usted solo debe restarle 4 horas (ara el horario normal) para obtener la estándar de Cuba.
Ejemplo: Al consultar la figura 2 donde dice “Eclipse Contacts” veremos que la Luna entra en la umbra de la Tierra a las 05:09:25 UTC del día 14 de marzo del 2025. Si a esta hora usted le resta 4 horas obtendrá las 00:09:25 de Cuba del propio día (para el horario normal). Si realiza esta conversión con los horarios de comienzo y final del evento, no tendrá problemas para prepararse para realizar su observación.
Una vez consultados el mapa y la tabla, usted necesita un reloj con la hora exacta. No le va a servir sincronizarlo con la emisora Radio Reloj o con algún sitio web de tiempo universal, dado que existe un pequeño desfasaje de tiempo, que puede incluso ser variable durante el día. Lo que se suele hacer en estos casos es, con un radio receptor de onda corta, sintonizar la emisora norteamericana WWV (2500 MHz, 5000MHZ, 10000MHz, ó 150000MHz), la cual transmite constantemente la hora exacta en UTC (Tiempo Universal Coordinado). Si usted tiene un radio receptor antiguo en casa, no tendrá ningún problema para cumplir este último requisito.
¡Manos a la obra!
¿Había sentido usted tanta emoción al conocer que puede convertirse en un astrónomo (a) si colabora con estas dos sencillas observaciones? ¡Quien escribe estas líneas se siente muy emocionado porque sabe que ha podido contribuir con la materialización de su sueño!
Si usted vive en La Habana, puede acercarse a la Facultad de Matemáticas de la Universidad de la Habana, donde sin duda alguna se realizará la observación de este evento astronómico desde el Observatorio de dicha universidad. Si vive lejos de la capital, puede unirse a la iniciativa cubana ProAstronomía, la cual tiene un espacio de intercambio muy ameno en la plataforma Telegram. No importa el lugar de su ubicación, el reporte de sus observaciones será muy necesario. ¡Si usted es un entusiasta del conocimiento, acá necesitamos de su valiosa aportación!
Referencias
Danjon, A.-L. (1951). Les éclipses de Lune par la pénombre en 1951. L´Astronomie, 65 , 51-53.
NASA. (s.f.). NASA Eclipse Web Site. Recuperado el 24 de 2 de 2025, https://eclipses.gsfc.nasa.gov
Royal Astronomical Society of Canada. (2025). Observers Handbook . Toronto: James S. Edgard.
Rükl, A. (2004). Atlas of the Moon. Praga: Sky Publishing Corp.
Estimado lector:
En el párrafo donde se hace la aclaración de la conversión de la hora (UTC) a la hora de verano en Cuba hay un error. Dice que la Luna entra a las 05:09:25 UTC y debe decir “…05:09:33”
Otro detalle es que cuando se le restan 4 horas para obtener la hora de verano dice 00:09:25 y debe decir 01:09:33
El autor les ofrece disculpas por esta errata