Parece que la ambición de Elon no conoce límites. Luego de SpaceX, Tesla, Neuralink, xAI y la compra de la entonces red social Twitter, ahora el empresario estadounidense busca insertarse en la industria del videojuego. Y por supuesto, a su forma.
Musk recurrió a su red social X para compartir la opinión de Shibetoshi Nakamoto (seudónimo de Billy Marcus, cofundador de la criptomoneda Dogecoin), de que “los desarrolladores y periodistas de videojuegos han quedado atrapados ideológicamente”. Y añadió que abriría su propio estudio creativo.
Elon ha criticado el énfasis excesivo en la diversidad, equidad e inclusión en proyectos de la industria del entretenimiento. Conocido en Internet como contenido woke, es blanco de críticas por sectores de la sociedad que critican la “inclusión forzada” en series, películas y juegos.
Para Musk, los videojuegos deberían ofrecer una experiencia inmersiva basada en narrativa sólida y una jugabilidad excepcional. Citando el fracaso de Concord, criticado por priorizar mensajes sociales sobre el gameplay, señaló que los videojuegos se han convertido en “sermones disfrazados de entretenimiento”.
El empresario no dudó en hacer referencia al lema de campaña de su socio Donald Trump, prometiendo hacer los videojuegos grandes otra vez. De ahí que su intención sea apartarse de esas tendencias no apoyadas por sectores radicales y que han generado intensas discusiones en redes sociales.
Además, señaló que demasiados grandes estudios son poseídos por corporaciones masivas, precisamente lo que es su compañía. El proyecto está en fase inicial, y todavía no queda claro qué rol jugará la IA en el mismo. Esa tecnología lleva décadas de uso en la industria, principalmente con personajes no jugables.
El empleo de IA generativa es uno de los puntos candentes para las industrias creativas. Los actores de videojuegos continúan protestando por la necesidad de regular su uso. Si hay un rechazo de los sindicatos, ¿cómo funcionará un estudio impulsado en su mayoría por IA?
Queda por ver cómo será el futuro del estudio de Elon Musk, si logra hacerse hueco entre compañías ya consolidadas y cómo empleará la inteligencia artificial. O si es solo otro capricho del empresario.