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Fraudes científicos de este siglo (13): los hermanos Rodarmel y sus pulseras equilibrantes

Arnaldo González Arias
18 diciembre 2024 | 0 |

En 2007 los hermanos Joshua y Troy Rodarmel de Orange County, California,introdujeron en el mercado unas pulseras bajo la marca Power Balance que, según ellos, proporcionaba a los deportistas equilibrio, fuerza y flexibilidad.

Al parecer, la conexión de los Rodarmel con el deporte vino por parte de Joshua, quien fuera un excelente mariscal de campo (quaterback del futbol americano) en la escuela secundaria. A pesar de sus 1.85 metros de altura, no llegaba a los estándares usuales para esa posición, por lo que trató de compensarlo con un régimen feroz de entrenamiento, que finalmente lo llevó a una rotura de un cartílago en el hombro. De todos modos la universidad de Yale lo reclutó asumiendo que, si sanaba de su lesión, podría dominar la Ivy League, constituida por un grupo elitista de 8 universidades privadas del noreste de los EE.UU.

Sin embargo, su carrera deportiva en la universidad no fue más allá de cirugías y rehabilitaciones. Permaneció cuatro años en el equipo, pero su hombro no le permitió jugar en un solo partido. Finalmente dejó la universidad, graduado de español y ciencias políticas.

Un ‘invento’ muy productivo

Aficionados a practicar el surfing en las playas de Orange County, en California, los Rodarmel tuvieron la idea de diseñar una pulsera de silicona con dos hologramas y atribuirle propiedades “equilibrantes”. Junto a su padre fundaron la empresa Power Balance, y así nació lo que pronto se convertiría en un fenómeno global.

Surfing.

Las primeras 50 mil pulseras se distribuyeron en 2007 el “US Open of Surfing” de Huntington Beach, California, donde lograron captar la atención de los asistentes y generar interés. En unos pocos meses la pulsera se convirtió en una revelación que sedujo a atletas de élite y al público en general; muchos quedaron convencidos de que tenía el poder de mejorar su rendimiento físico.

Al poco tiempo la empresa abrió una sucursal en Alemania; después llegó a Italia y varios países asiáticos. En España financiaron a deportistas y concursantes de programas televisivos para que usaran las pulseras y las promocionaran. En 2010 un periódico español mostraba fotos y reportaba que “…las pulseras se agotan nada más llegar a las tiendas y el número de reservas [solicitudes] excede con creces las unidades que salen al mercado”. Se estima que en su máxima popularidad se vendieron unas 100 000 unidades diarias, a 35 euros la pulsera.

En sus inicios la pulsera se extendió con rapidez entre deportistas muy conocidos, tales como estrellas de la NBA (National Basketball Association) que las mostraban en sus tiros al aro ‒ una promoción más que excelente. Los futbolistas David Beckham y Cristiano Ronaldo también las usaron. Más tarde apareció en la muñeca de personajes famosos, como la infanta Elena en España y el actor Leonardo DiCaprio.

Leonardo di Caprio y Cristiano Ronaldo con sendas pulseras Power Balance.

Para demostrar los efectos benéficos de la Power Balance, los hermanos sugerían un conjunto de pruebas sencillas. En primer lugar, el interesado o interesada tenía que pararse en una pierna mientras alguien empujaba un brazo hacia abajo, forzando una pérdida de equilibrio. La segunda prueba consistía en que, de pie, otra persona intentara desestabilizar al sujeto presionando con su puño. Por último, había que girar el torso con el brazo extendido lo más lejos posible. La prueba consistía en repetir todo, pero esta vez con la pulsera puesta; si la persona era lo suficiente crédula, se convencía que podía mantenerse firme, equilibrada y ser capaz de girar mucho más que antes… o que lo lograría en el futuro.

¿Y la evidencia científica?

Las pulseras de los Rodarmel consistían en un aro de goma con dos hologramas incrustados, como los que pueden aparecer en cualquier tarjeta de crédito, en el papel moneda, en un pasaporte o en algunos sellos. Los hermanos afirmaban que todo tiene una frecuencia, al igual que los móviles, el wifi, las ondas de radio y cosas por el estilo, y que todas reaccionan entre sí; alegaban que algunas frecuencias reaccionan con el cuerpo de forma negativa, pero otras son positivas, y ellos habían descubierto cómo introducir las frecuencias positivas en un holograma. Lo importante era que, al poner el holograma en contacto con el cuerpo mediante la pulsera, este “ayudaba a equilibrar la energía natural del cuerpo”.

La publicidad alegaba que la Power Balance no tenía fuentes externas de energía sino, que eran “las energías bioeléctricas de cada uno las que cargan el holograma quantum, sintonizando con el biocampo y armonizando con tu chi interior”.En otro lugar aparece que Power Balance es una frecuencia en sí, almacenada en el holograma, que restaura el equilibrio electromagnético del cuerpo aislando a cada célula viva de los factores externos que le impiden funcionar al 100% de sus capacidades.

Desde luego, la evidencia científica que apoyara todas estas afirmaciones brillaba por su ausencia. De hecho, un breve análisis sobre la base de la ciencia conocida permite concluir fácilmente que lo anterior no es más que palabrería sin sentido;se combinan palabras de significado real como frecuencia, sintonía y holograma con otras inventadas, tergiversadas, ficticias ode contenido semirreligioso o esotérico como chi (Qi) obiocampo.

Obviamente, se copiaba un patrón similar al de otros timos del mismo corte, insertando palabras conocidas por el gran público cuyo verdadero significado sólo es manejado por los especialistas.

Una frecuencia es un número que representa un concepto, no un objeto tangible. Cuando los promotores hablan de almacenar frecuencias están hablando de almacenar un concepto abstracto, no de almacenar un objeto.Como la frecuencia se mide en segundos inversos (1/seg), su afirmación prácticamente equivale a que las pulseras eran capaces de almacenar el tiempo para utilizarlo después.

Sintonizar la radio es un término común, pero solo los especialistassaben que sintonía se refiere la resonancia de una señal específica, en un circuito electrónico adecuado, de las muchas que nos rodean provenientes de las emisoras de diversos lugares; algunas del otro lado del planeta o incluso del espacio exterior.

Ensayos negativos y desenlace no concluyente

Un ensayo informal llevado a cabo en 2009 en la TV australiana mostró que, si las pulseras causaban algún efecto, era demasiado pequeño comparado al de las pulseras placebo usadas en un grupo de control, que no contenían el aditamento holográfico.

En 2010 un grupo independiente de investigación llevó a cabo un experimento a la doble ciega usando un brazalete real y 3 con el holograma removido, todos envueltos con cinta. Ni los participantes ni los investigadores sabían cuál era el real; los resultados también fueron negativos.

Finalmente, en 2011, investigadores de la Escuela de Ciencias de la Salud del Royal Melbourne Institute of Technology hicieron públicos los resultados de un ensayo clínico doble-ciego aleatorizado, que no encontró diferencias de equilibrio entre las personas que usaban una pulsera holográfica y una pulsera sin el aditamento holográfico. Hubo ensayos adicionales en la Universidad de Wisconsin y por parte de la revista Skeptical Inquirer, con resultados similares.

En enero de ese mismo año un grupo de consumidores norteamericanos, disgustados con la obvia estafa a que habían sido expuestos, presentaron una demanda en los tribunales contra los hermanos Rodarmel. Éstos, ante el desastre inminente, llegaron a un acuerdo con los demandantes por el monto de 57 millones de dólares.

Además, se vieron forzados a hacer una declaración afirmando que no existía evidencia científica alguna para sus afirmaciones. Sin embargo, a finales de 2011, su compañía solicitó la declaración de bancarrota a causa de la gran cantidad de demandas que tenían que satisfacer, pero no cerraron el negocio; éste pasó a manos de nuevos promotores bajo el nombre de Power Balance Technologies, que aún comercializa pulseras bajo otras premisas.

 Sin embargo, la promoción que aparece en la WEB, aparte de las numerosas fotos de pulseras, resulta bastante confusa; por ejemplo, en un sitio de la Power Balance Technologies aparece lo siguiente: “PRO-ION 2en1 – Tecnología Ion + Holograma”. Y más abajo: “Crezca y alcance su mejor desarrollo personal con Tecnología de Rendimiento hecha por el atleta para el atleta; empoderando a cada atleta, en cualquier lugar, para alcanzar su mejor desarrollo personal”.

Lo anterior obviamente no arroja luz alguna acerca de la supuesta tecnología PRO-ION 2en1, y por tanto nadie podrá acusar al sitio de falsa promoción, aunque ion + holograma sugiere una mezcla de las antiguas pulseras ionizadas de Que T. Park, sancionadas por los tribunales, con los hologramas de los hermanos Rodarmel.

Pulsera Power Balance modernizada.

Troy Rodarmel salió del negocio en diciembre de 2011, y trabaja desde entonces en una compañía fundada por él, de la que es director general. Josh dejó las pulseras en febrero de 2012. Tras varios intentos empresariales pasó a ser presidente de una agencia de publicidad enfocada al crecimiento del comercio electrónico; es jefe de inversión en una empresa de formación profesional, y también CEO en un holding de inversión que reúne empresas varias.


Bibliografía

  • Brice SR, Jarosz BS, Ames RA, Baglin J, Da Costa C (2011). “The effect of close proximity holographic wristbands on human balance and limits of stability: A randomised, placebo-controlled trial”. J Bodyw Mov Ther. 15 (3): 298–303. doi:10.1016/j.jbmt.2011.01.020. PMID 21665105.
  • Morales, Daniel. “Power Balance bands don’t live up to claims”. The State Hornet. Archived from the original on December 28, 2011. Retrieved November 11, 2011.
  • “Power Bracelets a Bust”. Skeptical Inquirer. January 2012. Retrieved November 12, 2012.

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