Por Giraldo Alayón García, Fundación Ariguanabo. (Foto tomada de zin.ru)
En el número anterior de la revista Cocuyo (2004: 14: 32-33), nos regocijamos por los 100 años de vida de Ernst Mayr, el insigne investigador y profesor del Museo de Zoología Comparativa de la Universidad de Harvard. Lamentablemente hoy escribimos su obituario. El distinguido científico y naturalista falleció en su apartamento de Bedford, Massachussets el 3 de Febrero pasado, después de una breve enfermedad.
Escribía Mayr en la revista Science (Julio 2, 2004, vol. 14: 47) que él era el último superviviente de los protagonistas de la edad de oro de la Síntesis Evolucionaria. Aquella gesta científica que interpretó, a la luz de los hallazgos genéticos y taxonómicos, las teorías evolucionarias expuestas por Charles Darwin, casi, 80 años atrás.
Sintetizar las contribuciones de Mayr es muy difícil: más de 600 artículos científicos y 25 libros amén de una constante obra profesoral; por ello quiero referirme en este artículo a dos de sus contribuciones que más me han impactado: el artículo publicado en 1954, como parte del libro “La evolución como proceso” , intitulado: “Cambio del medio genético y evolución”; curiosamente este artículo era el preferido de Mayr (así se lo expresó, en una de sus últimas entrevistas con la periodista Christine Bahls ) y a su contribución a la epistemología expresada en varios de sus libros sobre las características de los eventos únicos en los procesos biológicos ( en otras palabras el valor de la “narración historica” como herramienta científico-conceptual).

Uno de los problemas que no habían sido abordados por Darwin ni por consiguientes autores fue la correspondencia entre el registro fósil y los mecanismos probables de la especiación en pequeñas poblaciones aisladas, los aparentes “saltos” en las secuencias evolutivas, los desiguales ritmos evolutivos1 y la aparición de nuevos “tipos” (nuevos taxones).
Según Mayr estas poblaciones aisladas y pequeñas no eran objeto de la atención de los taxónomos (por la dificultad de acceder a ellas y por constituir los extremos de poblaciones mayores), pero que en éstas operaban los procesos de reconstrucción genética y de reajustes ecológicos tales como para iniciar una fuerte divergencia de sus ancestros y ocupar nuevos horizontes adaptativos que los diferenciaban en diferentes grados, sólo en ese momento eran objeto de la atención o es que comenzaban a aparecer sus fósiles respectivos; encontrando el paleontólogo una población numerosa y extendida que ha sido reemplazada por otra igualmente numerosa y extendida y bien diferente a la primera.
Según el modelo propuesto por Mayr en su trabajo de 1954, la evolución avanza con lentitud en las poblaciones muy grandes y los cambios evolutivos más rápidos se dan en las poblaciones pequeñas y aisladas periféricamente (que son las fundadoras). Expresado en otros términos, esto parece indicar que las especies con poblaciones grandes son estables, y que las poblaciones fundadoras, pequeñas pueden carecer de esta estabilidad, lo que les permite cambiar rápidamente su fenotipo mediante una rápida reestructuración genética. Eldredge y Gould (1972) que introdujeron el concepto de “equilibrio puntuado”, aceptaron este modelo y propusieron que el estatismo de las especies populosas puede mantenerse por millones de años.
Este modelo de especiación geográfica fue, más tarde llamado, por el propio Mayr (1982) como “especiación peripátrica”, porque se desarrolla en la periferia de los límites distribucionales de las especies parentales con grandes poblaciones (los fundadores provienen de la periferia de la especie parental). La revolución genética que se produce durante la especiación peripátrica sería, en palabras de Mayr, -“un proceso poblacional gradual aunque enormemente acelerado”-. Presumiblemente, el evento más importante que ocurre en muchos casos de especiación peripátrica es la destrucción de la cohesión previamente existente en el genotipo y su reemplazo por un nuevo sistema balanceado. Igualmente es muy probable que la adquisición de un nuevo sistema homeostático facilite nuevos cambios evolutivos y explique el origen de nuevos taxones superiores y de novedades evolutivas.
Esta explicación, basada en el pensamiento poblacional introducido por Mayr y Dobzshansky da al traste con las explicaciones tipológicas (basadas en el esencialismo platoniano: que desechan la variación por lo que los miembros de una población se consideran réplicas del “tipo”) de R. B. Goldschmidt (1940) y seguidores que argüían el concepto de macrogénesis y de mutación sistémica con los llamados “monstruos esperanzadores”, al tratar de explicar la discontinuidad en el registro fósil y las diferencias en los procesos micro y macro evolucionarios.
Hasta el presente se mantienen candentes discusiones acerca de la completa certeza de este modelo, ya que aún se desconocen muchos procesos que se desarrollan en las poblaciones silvestres que afectan sus propios ritmos evolutivos, como para afirmar la completa identidad entre macro y micro evolución; además de que éste no es el único mecanismo plausible para explicar la especiación, pero, sin dudas, fue Mayr (1954) el primer autor que elaboró un modelo detallado de la conección entre especiación, ritmos evolutivos y macroevolución.
En muchos de sus libros y ensayos, incluso en su último libro (Mayr, 2004), Ernst trató los aspectos únicos de los fenómenos biológicos criticando las aproximaciones reduccionistas que provenían de la física, y los enfoques ultra-axiomáticos provenientes de la sistemática filogenética, insistiendo en la total independencia de la biología como ciencia (vea “Así es a biología” de Mayr, 1998, primera edición en español, editorial Debate, Pensamiento, 326 pp.). Escribiá Mayr lo siguiente:
“- Cuando un biólogo trata de responder a una pregunta acerca de un fenómeno único, como, ¿por qué no hay colibríes en el Viejo Mundo? O ¿Dónde se originó la especie Homo sapiens?, no puede basarse en leyes universales. El biólogo tiene que estudiar todos los datos conocidos que tengan que ver con el problema en cuestión, inferir toda clase de consecuencias a partir de combinaciones de factores reconstruidos, y después intentar elaborar un argumento que explique los hechos observados del caso particular. En otras palabras elabora una narración histórica”-.
La naturaleza de este enfoque difiere notablemente de las explicaciones causa-efecto, que los filósofos clásicos de la ciencia (procedentes de la lógica, las matemáticas y la física) lo consideraron totalmente inadmisible. A pesar de ello, autores recientes han rechazado la estrechez de la opinión clásica, planteando no sólo que este enfoque histórico-narrativo es válido sino que es probablemente el único capaz de explicar, científica y filosóficamente, los fenómenos únicos, vease Goudge (1961), Hull, (1975) y Nitecki & Nitecki (1972).
Otros dos aspectos que tienen que ver con la epistemología desarrollada en los trabajos filosóficos de Mayr es la fortaleza del método científico inductivo (en las propias narraciones históricas), fuertemente criticado por la escuela popperiana (esencialmente hipotética-deductiva) y el falsacionismo (como garantía para la aceptación científica de cualquier teoría); este último principio parece tener muchos problemas al comprobar las teorías probabilísticas (así son casi todas las teorías biológicas); el surgimiento de excepciones a una teoría probabilística no la refuta necesariamente….
Ernst Mayr ha muerto, como reza en el título de este modesto obituario, pero su obra, laboriosidad académica y sus ideas, permanecerán por mucho tiempo en todas las universidades, instituciones y eventos en los cuales se discutan los aspectos fundamentales de la evolución, las especies y la naturaleza de la investigación biológica.
Literatura citada.
Eldredge N. & S.J. Gould (1972): In (T.J. Schopf Ed.). Models in Paleobiology. San Francisco: Freeman, Cooper, pp. 305-332.
Goldschmidt, R.B. (1940): The material basis of Evolution. Yale Univ. Press, New Haven.
Goudge, T.A. (1961): The ascent of life. Toronto: University of Toronto Press.
Hull, D.L. (1975): Central subjects and historical narratives. History and Theory 14: 253-274.
Mayr, E. (1954): Change of genetic environment and evolution. In J. Huxley, A.C. Hardy and E.B. Ford, eds., Evolution as a Process. Londres: Allen & Uwin, pp. 157-180.
————(1982): In Mechanism os speciation (Rome Symposium, 1982). New York: Allan R. Liss, pp. 1-19.
————-(2004): What Makes Biology Unique? Considerations on the autonomy of a scientific discipline. Cambridge University Press, New York.
Simpson (1944, Tempo and Mode in Evolution): estableció la evolución cuántica, fenómeno vertical (temporal) considerada dentro de su definición de especie evolucionaria.
El Principio del Fundador estipula que los fundadores de una nueva colonia (o población) sólo contienen una pequeña fracción de la variación genética total dela población ( o especie) parental.
Macrogénesis: creación de nuevos tipos por “saltos”.
Mutación sistémica: es la que reorganizaría el plasma germinal y diera origen a tipos completamente nuevos de organismos.