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Hallan evidencia de superdepredador sebecido en las Antillas Mayores

Raul Abreu Martin
25 mayo 2025 | 0 |

El hallazgo en República Dominicana de fósiles de un cocodriliforme sebecido, un grupo de depredadores ápice terrestres originarios de América del Sur, supone un cambio en la visión de que las Antillas Mayores carecían de grupos animales de ese tipo.

El paradigma anterior postulaba que la ausencia de grandes depredadores terrestres llevó a la evolución de superdepredadores secundarios endémicos, como aves, serpientes y cocodrilos; un patrón bien documentado en comunidades terrestres modernas y cuaternarias en las Antillas Mayores.

El descubrimiento del sebecido, un miembro extinto de una familia de reptiles prehistóricos que pertenecía al grupo de los cocodrilos terrestres, sugiere que los ecosistemas caribeños de hace millones de años se parecían más a las localidades contemporáneas en América del Sur que a las actuales.

Los fósiles provienen de una localidad del Neógeno tardío en el norte de La Española, cuyos sedimentos tienen una edad estimada de finales del Mioceno a principios del Plioceno, con un rango entre 7,14 y 4,57 millones de años.

Diente de sebecido

 Los restos descubiertos, correspondientes a especímenes adultos, incluyen una posible tercera vértebra cervical, una vértebra caudal anterior y un diente aislado, y son la primera evidencia inequívoca de un sebecido fuera de América del Sur durante el Cenozoico, según defienden los autores del artículo “Un sebecido sudamericano del mioceno en La Española documenta la presencia de depredadores ápice en ecosistemas de las Indias Occidentales”.

Para el estudio de las piezas halladas, se utilizaron escaneos de micro-tomografía computarizada (micro-CT) de las vértebras y el diente de La Española, así como de otros dos dientes de Cuba y uno Puerto Rico, explicaron en el artículo los autores Lázaro W. Viñola López, Jorge Velez-Juarbe, Philippe Münch, Juan N. Almonte Milan, Pierre-Olivier Antoine, Laurent Marivaux, Osvaldo Jimenez-Vasquez y Jonathan Bloch. 

El estudio es el resultado de una colaboración internacional entre investigadores de Cuba, Republica Dominicana, Puerto Rico, Estados Unidos, y Francia.

El viaje del sebecido: de América del Sur al Caribe

Los sebecidos eran cocodriliformes que formaban parte de un clado conocido como notosuchios, los cuales  poseían adaptaciones a un estilo de vida terrestre. Estos depredadores también contaban con dientes ziphodontos, comprimidos lateralmente y aserrados similar a la de dinosaurios carnívoros, así como una morfología postcraneal adaptada para una postura erguida y evidencia de que la adquisición de sus presas ocurría en tierra.

Anteriormente se habían recuperado dientes de este grupo en Cuba (Mioceno temprano, entre~17,5-18,5 millones de años atrás) y Puerto Rico (Oligoceno temprano, ~32-27,3  millones de años atrás). Su atribución taxonómica inicial fue difícil debido a que este tipo de dientes ziphodontos evolucionó independientemente en varios grupos de cocodriliformes, incluyendo en un grupo del Paleógeno del Norteamérica, Europa y Asia, y en otro grupo del Quaternario de Australia.

Sin embargo, la morfología de las vértebras descubiertas en  La Española muestra que los fósiles eran de un sebecido insular y por tanto sugiere que los especímenes cubanos y puertorriqueños también pertenecen a este grupo.

Vértebras halladas

La forma en que el grupo colonizó las Antillas Mayores es incierta, aunque posiblemente llegaron del norte de América del Sur. La dispersión pudo ser facilitada por conexiones terrestres efímeras o cadenas de islas como GAARlandia entre el Eoceno tardío y el Oligoceno temprano (35-32 millones de años atrás) .

Patrones de colonización temporal y espacial similares se han documentado para otros grupos con afinidades sudamericanas en el Caribe, como perezosos, roedores caviomorfos y anuros.

Los sebecidos probablemente fueron depredadores ápice en ecosistemas terrestres del Caribe durante más de 22 millones de años, y persistieron en las Antillas Mayores al menos cinco millones de años después de su extinción en América del Sur, asociada con cambios climáticos y de hábitat.

La extinción del sebecido

La presencia de sebecidos en La Española hasta finales del Mioceno o principios del Plioceno (entre 7,14 millones y 4,57 millones de años atrás) documenta no solo el último sebecido conocido, sino también la última aparición en el registro fósil del clado Notosuchia, un grupo extinto de cocodriliformes, muchos de ellos adaptados a la vida terrestre y con características muy diferentes a las de los cocodrilos modernos.

El aislamiento de la especie en el grupo de las Antillas Mayores probablemente los protegió de cambios macroecológicos que afectaron a sus parientes del continente. Su presencia junto a la de otros grupos de cocodriliformes, tortugas, roedores y perezosos, sugiere que la fauna de vertebrados cenozoicos en las islas se parecía más a la de América del Sur de lo antes pensado.

El declive y la extinción de estos macropredadores probablemente allanaron el camino para la estructura trófica observada en el Cuaternario tardío y la actualidad en el Caribe, incluyendo fenómenos como la liberación de mesodepredadores y adaptaciones como la pérdida secundaria de la capacidad de vuelo en aves.

Este descubrimiento fundamental redefine nuestra comprensión de la historia ecológica y biogeográfica del Caribe, mostrando que la dinámica insular en el pasado incluyó la presencia de grandes carnívoros terrestres como los sebecidos durante millones de años.

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