Cuál es el papel de la universidad en el modelo de gobernanza de ciencia, tecnología e innovación (CTI) en Cuba, y cómo se desarrolla el vínculo de esta institución con las empresas, fueron dos de los temas más importantes debatidos durante las jornadas del 14 Congreso Internacional de Educación Superior “Universidad 2024”, recién finalizado.
En entrevista con el Dr. Armando Rodríguez Batista, viceministro del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), este comentó a Juventud Técnica que “el modelo de gobernanza hoy está cambiando y la universidad tiene que desempeñar un papel cada vez más protagónico en ese sentido”.
Afirmó que, para hablar sobre estas cuestiones, “hay tres preguntas que debemos responder. ¿Está ocurriendo una transformación del sistema de ciencia, tecnología e innovación (SCTI) en Cuba como parte de la actualización del modelo de desarrollo económico y social?, ¿si hay nuevas políticas, conexiones y actores, estamos en presencia de una nueva gobernanza de la CTI? y, ¿cuál sería el rol de la universidad cubana en ese contexto de transformación del SCTI y en la gobernanza de la CTI?”.
Lo primero que advierte el Dr. Batista es que resulta necesario precisar que “el sistema de innovación en la Isla está cambiando como parte del modelo económico.
“Hoy tenemos políticas muy claras que promueven la innovación, pero no se quedan únicamente en la norma, sino existen también instrumentos tratando de conducir, a partir de ellas, los cambios que queremos en nuestro sistema para tener un mayor impacto en lo que hacemos.
“Igualmente hay actores recientes, como las mipymes privadas, que desempeñan un rol en la innovación. Antes eso era invisible para el SCTI, no obstante, hoy se está reconociendo. Por tanto, como mismo tenemos políticas para la universidad y la empresa estatal socialista, debemos trabajar en políticas para el sector privado que, en algunos casos como las TIC, poseen resultados importantes en la transformación del país”.
El viceministro del CITMA señaló que, en Cuba, el sistema de innovación es inclusivo y no existen actores menores. Todos tienen la misma importancia, sea la universidad, un centro de investigación, un hospital, una escuela, una empresa estatal socialista, una cooperativa o un actor privado.
“Eso nos permite decir que en la actualidad existe un modelo de gobernanza diferente a lo que teníamos hace cuatro o cinco años, y eso estamos viéndolo en cómo se aprueba una política pública”.
Pero, ¿cuál es el papel de la universidad? “Hay varios aspectos clave en este sentido─ destacó el Dr. Rodríguez. La universidad como formadora y capacitadora, y también como creadora de competencias y habilidades que permitan entender esa innovación y cómo trabajarla.
“La gestión de proyectos es un ejemplo. Hoy esa gestión se convierte en una limitante en muchas instituciones que son excelentes en investigación, sin embargo, carecen de esa pericia. Y en el contexto actual, para decir que podemos hacer innovación hay que incluir algunas competencias que en otros ámbitos hubieran estado un poco desplazadas”.
Otro de los roles claves, subrayó el viceministro del CITMA, está vinculado a la academia vista, no solo como productor de conocimiento sino capaz de establecer conexiones.
“Asimismo es importante el desarrollo de habilidades que permitan incidir en la incubación de nuevos proyectos tecnológicos o empresas, agregarle valor al producto que salga.
“Eso no significa que estemos engendrando proyectos para el sector privado, o por lo menos, no únicamente. Estos pueden pasar también a la empresa estatal socialista o a otra institución con la capacidad para llevarlos a cabo.
“Y, por último, hay un aspecto muy relevante relacionado con la formación técnica, ética y humanista que en nuestra universidad se irradia en nuestro potencial y no únicamente en el estudiante de pregrado sino los de posgrado, y aquellos que interactúan con ella”.
Al referirse al vínculo universidad-empresa, la Dra. Alicia Alonso Becerra, viceministra del Ministerio de Educación Superior (MES), aseguró que este siempre ha existido.
“Ahora, esas empresas están impulsando la introducción de los resultados de la ciencia y la tecnología, en la práctica de la producción y los servicios. Y ese es el objetivo fundamental, lograr eso para obtener más eficiencia en los procesos, mayor productividad y calidad en la industria.
“Por supuesto, también permite conseguir ingresos para financiar esos proyectos que están contratados y financiar otras actividades de la ciencia, además de remunerar a los profesores, estudiantes y trabajadores asociados a esos programas”, reveló a JT.
En cuanto a cómo se comporta la solicitud de conocimiento científico del sector empresarial y productivo hacia las universidades, la viceministra del MES precisó que “en el desarrollo de determinadas actividades de la ciencia siempre ha habido demanda.
“Sin embargo, la creación de las empresas de interfaz, realmente, han estimulado el interés de las de producción y los servicios en su vínculo con las universidades, a través de contratos formales, de la comercialización de estos resultados de la ciencia”.