Entre la versión remasterizada (izquierda) y el remake (derecha) de The Last Of Us hay diferencias notables. (Foto: Kotaku.)
Es tendencia en la industria del entretenimiento (cine, televisión y también videojuegos) realizar nuevas versiones de productos clásicos que son queridos por generaciones de fanáticos de esos formatos.
En los últimos años, han aparecido remakes de animados como El Libro de la Selva o El Rey León, se está preparando una adaptación de Harry Potter y juegos como Silent Hill, Crash o Final Fantasy también han tenido entregas actualizadas para las nuevas generaciones de consolas.
Uno de los principales factores de la moda de rehacer estos materiales, en el caso del videojuego, es que los dispositivos para los que fueron creados originalmente han quedado obsoletos y han sido sustituidos por otros más avanzados, como la PS4 o PS5 y la Xbox Series X|S.
Además del factor económico, crear una remasterización de estos clásicos permite a las generaciones de gamers disfrutar de una entrega optimizada. Y hay un factor nostálgico de volver a iniciar un juego que te haya gustado especialmente, algo que tanto la industria como el cine y la TV intentan explotar.
La franquicia más reciente en anunciar que está trabajando en reediciones de sus videojuegos es Assassin´s Creed, una saga de videojuegos que continúa un ritmo de estrenos nuevos y quiere rescatar esos clásicos que, a decir verdad, necesitan una versión que aproveche todas las prestaciones de las últimas generaciones de consolas.
“En primer lugar, los jugadores pueden estar entusiasmados con algunos remakes, que nos permitirán revisar algunos de los juegos que hemos creado en el pasado y modernizarlos. Hay mundos en algunos de nuestros juegos más antiguos de Assassin’s Creed que todavía son extremadamente ricos”, dijo Yves Guillemot, director ejecutivo de Ubisoft.
La trilogía de Ezio ya ha recibido una remasterización para PlayStation 4, que incluyó los tres juegos que la componen (Assassin´s Creed II, Brotherhood y Revelations). Assassin´s Creed III, Liberation y Rogue también han tenido versiones actualizadas. Sin dudas el primer videojuego de la saga y el mítico Black Flag están en la nueva estrategia de Ubisoft.
En ambos casos, la idea de un remake es defendible. Traer una versión optimizada Assassin´s Creed I a las generaciones actuales de consolas parece una buena jugada: es el título que inició todo el recorrido, sus mecánicas han quedado algo obsoletas y podría mejorar muchísimo. Quizás lograrían algo similar al reciente Mirage.
Por otra parte, Black Flag es elogiado como una de las mejores entregas de la saga, por sus personajes, su ubicación geográfica (el Caribe) y el periodo histórico (la Edad de Oro de la Piratería, coincidente con la colonización del continente americano por las potencias europeas).
Los otros títulos de la saga ya tienen versiones para la pasada generación de consolas y su impacto dentro de la comunidad de seguidores no es comparable a la de los ya mencionados. En esos casos, el éxito de un remake no está nada asegurado para Ubisoft.
Sobre todo, porque el seguidor de la franquicia está ávido de nuevos historias. El capítulo mitológico (Origins, Odissey, Valhalla) no estuvo compuesto por malos juegos, pero se alejaron de lo que ha sido Assassin´s Creed desde sus comienzos: títulos más enfocados en hechos históricos reales con mapas no muy grandes y énfasis en el sigilo.
El cuestionamiento viene en que para que un remake sea considerado como necesario debe introducir mejores, y no simplemente rehacer un juego con mejores gráficos. Tiene que actualizar la jugabilidad y hacer sentir al público que de verdad estamos ante una versión mejorada. ¿Pagar por básicamente lo mismo que ya se hizo?
El otro punto caliente es que la moda de rehacer puede ser indicio de que los creativos se están quedando sin ideas, algo que preocupa a los gamers. ¿Por qué necesitas rescatar clásicos si todavía hay muchas historias por contar?