Con el propósito de abordar temas como el desarrollo bajo en carbono, la transición energética, las circunstancias nacionales, las capacidades y posibilidades de los países con respecto a Cuba, la ciencia, la tecnología, la innovación, la comunicación social, así como las bases para un desarrollo endógeno, nuestro país participó recientemente en el Foro Cuba como País invitado de Honor perteneciente al macroevento Foro Energético del Desarrollo Bajo en Carbono de Taiyuan 2025.
Durante su intervención, el ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Armando Rodríguez Batista, destacó que las tendencias ambientales y socioeconómicas en Cuba, relevantes para las políticas de descarbonización del país, reflejan una interacción compleja entre los urgentes desafíos climáticos, las limitaciones económicas y el fuerte compromiso gubernamental con el desarrollo sostenible.
En ese sentido se refirió a los principales cambios emprendidos desde el ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) que incluyen el perfeccionamiento de la política cubana de ciencia, tecnología e innovación; la reorganización funcional del sector y la actualización el marco jurídico en el que este se desenvuelve, resaltando el novedoso proceso de redacción del anteproyecto de Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Al tiempo que habló sobre la difícil situación que enfrenta el país en materia de generación de energía, de forma complementaria a los esfuerzos para reparar y modernizar las plantas termoeléctricas, que actualmente operan por debajo de su capacidad.

“Nuestro gobierno ha expresado su objetivo a corto plazo de aumentar la proporción de energía renovable del aproximadamente 4% actual al 17% para finales de 2026, y en nuestra Contribución Nacionalmente Determinada 3.0 se ha indicado como meta a mediano plazo generar al menos el 26 por ciento de la electricidad a partir de fuentes renovables para 2035”.
Rodríguez Batista también expresó la intención del país por expandir sus esfuerzos de mitigación del cambio climático, más allá de la energía renovable y la eficiencia energética, hacia sectores como el transporte y silvicultura: “Cuba planea introducir más de 55,000 vehículos eléctricos e instalar cerca de 25 mil estaciones de carga para el 2030”.
En cuanto al financiamiento internacional asociado a estos compromisos, aseguró que Cuba dispone de las capacidades para abordar todas las fuentes públicas o privadas internacionales, bancarias o empresariales para el fortalecimiento de la energía renovable, la eficiencia energética, la estabilidad de la red, el almacenamiento de energía, la modernización de la infraestructura y la experiencia tecnológica,
Asimismo, en su presentación, el titular del CITMA resaltó la importancia de la cooperación bilateral con países como China, quien ha sabido conducirse rápidamente por el camino del crecimiento económico y los avances tecnológicos.
Rodríguez Batista dio a conocer que ya había sido propuesto por nuestro Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, para su presentación ante el Ministerio de Comercio chino, la realización en el 2026 de un Curso Bilateral sobre “Desarrollo Resiliente y Bajo en Emisiones con énfasis en sectores de energía, agroalimentario y residuos” de cara a la superación profesional del personal cubano en estas áreas y la búsqueda de nuevas oportunidades.
Energía y cambio climático
El sector energético además de ser clave para el desarrollo de nuestro país es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera (con el 71 por ciento de las emisiones totales), por lo que las acciones en pos de mitigar su impacto constituyen una prioridad para la lucha contra el cambio climático, explicó la ingeniera Mayte Mazorra, Directora de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente del Ministerio de Energía y Minas, en otro momento del Foro Cuba como País invitado de Honor.
A propósito de este tema, la experta cubana expuso que nuestra nación, como parte del proceso nacional de transición energética, ha emprendido “un camino multifacético para transformar su matriz eléctrica”. En ese sentido se trabaja actualmente “en la expansión de fuentes renovables de energía y se prevé llegar a más de 2000 MW de generación fotovoltaica en todo el país”, dijo.
Según su presentación “Cuba sostenible. Trazando la ruta hacia un desarrollo bajo en emisiones de carbono”, lo antes expuesto se traduce en suficiencia, soberanía, bajos costos y calidad del suministro eléctrico; así como la sostenibilidad de dicho suministro con 24 por ciento de penetración FRE, 1,3 t/año combustible fósil evitado y 4,2 millones de tCO2 evitadas cada año.

Para esto el Ministerio de Energía y Minas está enfocado en tres áreas esenciales. Una de ellas relativa a la energía eólica, con varios parques ya en operación; la otra tiene que ver con la eficiencia energética directamente proporcional a la modernización de procesos industriales; y la última dirigida al uso de Gas Natural nacional que permite sustituir combustibles líquidos más contaminantes y costosos (dígase diésel y fueloil) en la generación eléctrica.
Sin embargo, Mazorra dejó claro que “no se trata de elegir entre petróleo, sol o el uso de minerales críticos sino de una transición inteligente con soluciones innovadoras donde cada fuente desempeñe su propio rol”.
Hasta la fecha, los principales desafíos para un sector energético bajo en emisiones se ubican el déficit de la capacidad actual instalada con relación al enorme potencial que dispone Cuba en energía solar y eólica; la falta de acceso a créditos blandos y a mercados financieros internacionales; la dependencia de la importación de tecnología, componentes y repuestos, el estado de la infraestructura de la red y la inversión extranjera.