El futuro de la IA podría ser convulso ante el mandato de Donald Trump (Foto: Le Progrès)
Donald Trump será el próximo presidente de Estados Unidos y entre las muchas predicciones sobre su gestión existe una que interesa a esta columna.
Se trata de cómo será la inteligencia artificial cuando uno de los países más poderosos del mundo, cuna de grandes innovaciones en el campo, esté bajo el dominio de una persona tan polémica como impredecible. De momento, Trump ha contado con un aliado clave.
Elon Musk no solo es uno de los innovadores de mayor alcance a día de hoy, sino que él mismo ha desarrollado sus propias soluciones de IA y salió como un apoyo clave en la campaña del político.
Recordemos que Musk devolvió la cuenta de Twittter (ahora X) a Donald Trump tras un tiempo baneado de ese entorno.
También se hizo viral por sus actitudes durante los rallies del futuro presidente, y es bien sabida la rivalidad que posee con Sam Altman y Open AI.
Algunos analistas vislumbran a Musk como probable consejero de IA para el gobierno de Trump, a pesar de que habría un conflicto de intereses.
Sin embargo, Donald no es el político más limitado a la ética que conocemos, y es capaz de aferrarse a la ayuda de Elon, quien ha visto engordada su fortuna tras la victoria Republicana.
Tengamos en cuenta que la investigación sobre IA fue un elemento de la política tecnológica del gobierno de Biden. Bajo su mandato hubo iniciativas como el Instituto de Seguridad de la IA de EE.UU. adscrito al Departamento de Comercio.
Este sitio se creó a raíz de la orden ejecutiva del actual presidente emitida el año pasado, para aprovechar los beneficios de la tecnología y gestionar sus riesgos. Aunque todavía no está en el poder, ya se conoce que Trump planea derogar la orden.
Esto lo supimos desde el mes de julio, cuando la plataforma política del Partido Republicano, publicó que esta iniciativa obstaculiza la innovación. Según dijeron, “impone ideas de izquierda radical al desarrollo de esta tecnología”, y los republicanos apoyan la IA basada en la libertad de expresión y el florecimiento humano.
Si analizamos más de cerca lo propuesto por Biden, se establecieron nuevas normas de seguridad para el gobierno federal y las empresas con los sistemas de IA más potentes, entre otras directivas.
Otro asunto de interés es la constante hostilidad de Trump con China, que podría conducir a una situación similar a la carrera espacial de EE.UU. con Rusia, pero enfocada en el desarrollo de la inteligencia artificial.
Recordemos lo que representaron las agresivas políticas de Trump para empresas como el gigante tecnológico Huawei, que perdió su relevancia internacional y ahora está superado por competidores como Apple, Samsung o Xiaomi.
Asimismo, el polémico Project 2025 tenía entre sus puntos fundamentales abrazar la inteligencia artificial.
Aunque Trump aseguró no saber nada del mismo, los opositores a su poítica aseguran que será una estrategia clave durante el próximo mandato del presidente electo.
Entre las preguntas para las que aún no existen respuestas claras están cuestiones como el rumbo en temas como el Open Source.
Hace poco se difundió que desarrolladores chinos podrían haber utilizado el modelo Llama, de Meta, para propósitos militares. En este punto, todo se hace más impredecible al tenerse evidencias de que JD Vance apoyara en el pasado estos modelos abiertos.
De momento no tenemos muy claro cómo será el futuro de la IA, sobre todo ante este giro en los vientos políticos y económicos que llegará cuando, en enero de 2025, Donald Trump regrese a la Casa Blanca.