La 29 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 29), aunque contempla más de 52 puntos de agenda entre los que se encuentran la situación de los océanos, el uso de energías renovables, temas de género, entre otros, es la adopción de una nueva meta financiera el más relevante.
Al respecto, el Dr. Orlando Rey Santos, asesor del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) sobre cambio climático, quien forma parte de la delegación cubana que participa en esta reunión anual, señaló, en entrevista exclusiva para Juventud Técnica que esta debe tomar como base las necesidades de los países en desarrollo. “Y eso es muy importante porque la anterior COP no estaba concebida en ese sentido”.
El especialista aclaró que no solo es fundamental que esto suceda, sino que, además, esa meta debe ser superior a la actual, de cien mil millones de dólares anuales a proporcionar por los países desarrollados.
Sin embargo, parte del problema radica, indica el Dr. Rey Santos “en que no hay una definición clara de qué cosa es finanzas climáticas. Más grave aún, es que ese dinero que alegan haber entregado los países desarrollados, como contribución a la meta de los cien mil millones, según diversos análisis, -sobre todo cuando se descuentan y separan los préstamos de las donaciones-, se convierte en apenas la tercera parte de ese número de finanzas.
“Entonces el número real es menor porque, en definitiva, los préstamos regresan al que los realizó. Para colmo, muchas de esas prestaciones son en condiciones de mercado, con lo cual están contribuyendo al endeudamiento de los países. Y ese es uno de los temas más recurrentes en esta COP, sobre todo abordados por los pequeños estados insulares en desarrollo”.
Al referirse a cómo se encuentran esas negociaciones, el asesor del CITMA sobre cambio climático dijo que “están en un punto muy complicado y el problema no es solo ese aspecto, sino que todo lo acordado, antes y después, tenga que ver con las contribuciones nacionalmente determinadas, con los planes nacionales de adaptación, lo pactado en la conferencia pasada sobre la transición más allá de los combustibles fósiles, y eso depende de los recursos financieros.
“Los países en desarrollo no pueden avanzar metas ambiciosas de adaptación y mitigación si no reciben lo que se llama medios de implementación, y eso va un poquito más allá de las finanzas porque incluye también la creación de capacidades y la transferencia de tecnologías”, subrayó.
El Dr. Orlando Rey comentó que, en la reunión sostenida por los líderes de los países insulares en desarrollo, se mencionó que estos “habían pagado dieciocho veces más en servicios de la deuda que lo recibido en financiación climática.
“Las necesidades de las naciones en desarrollo están cuantificadas en el orden de los trillones de dólares (millones de millones). Eso significa, que cualquier meta que vaya a responder a ellas tiene que estar en ese orden. No obstante, no hay una voluntad de los países desarrollados de proporcionar esa financiación.
“Hay que tener en cuenta que la meta de los cien mil millones anuales adoptada en 2010, debía cumplirse en el 2020 y no se hizo. Tampoco en el 2021 ni el 2022. Ahora, alegan haberla ejecutado en el 2023, pero hay diferentes contabilidades de ese resultado, por lo que esta es una de las cuestiones más complejas que está enfrentando la negociación de los nuevos compromisos financieros.
“Si esa meta tomó más de diez años para cumplirse y todavía está hoy la duda de si realmente fue satisfecha, en términos que puedan ser reconocidos, o si es mucho más falsa en su contenido de lo que se declara, es de suponer que una de un trillón o incluso de 700 u 800 billones es infinitamente más compleja de alcanzar”.
Orlando Rey advierte que “los países desarrollados han tratado de evadir un compromiso de esa magnitud en todas las formas posibles, entre otras cuestiones, alegando que eso excede la capacidad de ellos desde el punto de vista de la financiación pública, y que las diferentes fuentes tienen que venir del capital privado.
“El problema del capital privado es que se mueve siguiendo las utilidades no las necesidades. Es posible bajo ciertas condiciones obtener capital privado para la mitigación, pero en el caso de la adaptación es realmente muy complejo”.
En cuanto a la participación de Cuba en la COP 29, apuntó que, como siempre, apoya las demandas de los países en desarrollo, de los Estados insulares y del Grupo de los 77 y China, aunque igualmente muestra su agenda nacional y da un avance de los objetivos a cumplir en el futuro.
“El año próximo termina el actual periodo de implementación de las proyecciones de la Tarea Vida y empieza un nuevo diseño para un siguiente ciclo de implementación. Como parte de esa etapa se están incluyendo las medidas para desarrollar un plan nacional de adaptación, pues las que están hoy necesitan ser mucho más precisas, definidas con el tiempo en el que se van a ejecutar, quién es el responsable, cuál es el costo de la medida.
“Es decir, lo que hoy está en las proyecciones de la Tarea Vida requiere mayor planificación, y una serie de consideraciones económicas que hoy no tenemos desarrolladas”.
Excelente reflexión y análisis del profesor. Es la realidad sobre el tema y los más afectados son los países en vías de desarrollo..