Nuevitas. (Foto de referencia: tomada de cienciadecuba.files.wordpress.com, publicada 18/01/2028
«La contaminación atmosférica sigue siendo un tema de altísima prioridad para el sistema meteorológico nacional», confirmó el Dr. Celso Pazos, direcctor del Instituto de Meteorología, durante la última sesión de la 6ta Reunión Nacional de Contaminación Atmosférica, que se celebró en La Habana del 12 al 15 de marzo.
«Debemos desarrollar la mayor cantidad posible de alianzas estratégicas con todas las instituciones, entidades y dependencias que existan en cualquier provincia, para fortalecer los sistemas de monitoreo, de vigilancia, las investigaciones y los resultados», agregó el experto, al abordar también la necesidad de capacitar a los profesionales que trabajan en los Centros Metereológicos Provinciales.
«Con el objetivo de aportar mucho más de estos resultados al desarrollo económico y social y a los planes de medidas de mitigación y adaptación, que hay que seguir fortaleciendo en cada uno de los territorios, con vistas a cumplir lo que está escrito en el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea vida)», recalcó.
La Dra. Rosemary López, jefa del Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera del Insmet, señaló por su parte que durante el encuentro se les han facilitado a los participantes diversas herramientas para que puedan desarrollar proyectos de investigación, crear alianzas con otras entidades, y, por supuesto, aplicar lo aprendido.
«Asimismo hemos identificado las potencialidades que tenemos en cada uno de los centros meteorológicos, para establecer esas colaboraciones con aquellas instituciones que tengan equipos de medición, pues las investigaciones de contaminación atmosférica son muy costosas».
Al referirse a la importancia de llevar a cabo estudios de contaminación atmosférica, la también investigadora y profesora titular de la Universidad de La Habana observó que esta tiene «un efecto directo en la salud de las personas e influencia en los cultivos», lo cual es relevante para la calidad y cantidad de la alimentación.
«La contaminación es silente. El agua contaminada puede identificarse y la gente decidir no tomarla, lo mismo con determinado producto que esté en malas condiciones, pero no podemos dejar de respirar. Entonces, si se respira un aire contaminado se tienes más probabilidades de padecer enfermedades agudas o crónicas».
La especialista también aclaró que en Cuba están bien identificadas aquellas zonas más propensas a tener problemas con la calidad del aire.
«Las de mayor industrialización son las más dificultades presentan. Históricamente tenemos a Moa en Holguín, Nuevitas en Camagüey, Mariel en Artemisa y La Habana».