Participantes y ponentes del Taller por el día internacional de la niña y la mujer científica.
En pleno 2024, la brecha de género en los campos de la ciencia y la tecnología continúa siendo un desafío, con mujeres encontrando obstáculos que les impiden involucrarse completamente en carreras científicas.
No obstante, Cuba destaca de manera notable en comparación con otros países de la región e incluso a nivel global en términos de participación de las mujeres en el ámbito científico. Las mujeres cubanas no solo están presentes, sino que constituyen una mayoría en este campo.
Datos proporcionados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) hasta 2022 revelan que las mujeres representaban el 53,8 por ciento de la fuerza laboral dedicada a actividades científicas y tecnológicas en Cuba. Esta representación tan significativa refleja un avance positivo hacia la equidad de género en un sector crucial para el desarrollo y la innovación.
Sin embargo, a pesar de estos avances, las mujeres cubanas en la ciencia enfrentan una presión desproporcionada debido al desequilibrio entre la jornada laboral y las responsabilidades de trabajo no remunerado, que recaen con mayor frecuencia sobre ellas.
Estadísticas presentadas por la MsC. Laura Azor Hernández en el Taller por el Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, convocado por el Instituto de Cibernética, Matemática y Física (ICIMAF), muestran que las mujeres llevan a cabo aproximadamente 2,5 veces más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en comparación con los hombres, lo cual puede limitar su participación plena en el ámbito científico.
Además de estas responsabilidades adicionales, las mujeres en la ciencia también deben enfrentarse a estereotipos arraigados y roles de género asociados a las vocaciones profesionales.
La persistente creencia cultural de que las mujeres carecen de habilidades innatas para las ciencias duras, así como los sesgos inconscientes presentes en procesos como la contratación, promoción y distribución de recursos, representan importantes obstáculos en el avance profesional de las mujeres en estos campos.
En este contexto, las palabras de la Dra. Lídice Vaillant resuenan con fuerza al subrayar la importancia de promover el interés por las ciencias desde edades tempranas para fomentar cambios significativos en la percepción y la mentalidad de la sociedad hacia las mujeres en la ciencia. Igualmente crucial es la necesidad de desarrollar métodos de enseñanza inclusivos que garanticen un acceso equitativo a la educación científica para todos, sin importar el género.
Durante el evento, se hizo hincapié en la necesidad de presentar nuevos y renovados modelos de referencia femeninos en la ciencia para inspirar a las generaciones futuras.
Históricamente, el papel de la mujer científica ha sido minimizado, con escasos ejemplos destacados en la historia de la ciencia. Figuras como Marie Curie o Rosalind Franklin son distantes para las participantes del evento, la historia de la ciencia está llena de contribuciones significativas de mujeres que a menudo no reciben el reconocimiento merecido. Es esencial destacar y celebrar a estas figuras femeninas para motivar e inspirar a las nuevas generaciones a seguir sus pasos y perseguir carreras científicas sin limitaciones de género.
El taller demostró que aunque Cuba ha logrado avances significativos en la inclusión de mujeres en la ciencia, aún persisten desafíos importantes que deben abordarse para garantizar la igualdad de oportunidades y la plena participación de las mujeres en estos campos fundamentales para el progreso y la innovación.
Continuar promoviendo la equidad de género, eliminando estereotipos, y fomentando un entorno que apoye el crecimiento y desarrollo de todas las personas, independientemente de su género, será clave para cerrar la brecha de género en la ciencia y la tecnología en Cuba y en todo el mundo.