La Expo-Feria Joven Ciencia, celebrada por las Brigadas Técnicas Juveniles en homenaje a su sexagésimo aniversario, incluyó entre sus actividades el Ecojoven nacional.
El evento contó con la participación de una representación de jóvenes brigadistas de todo el país, cuyos trabajos representan aportes concretos a la economía, la salud o la producción de alimentos, entre otros.
En las modalidades de presentación de carteles y ponencias, el jurado, conformado por un grupo de expertos de varios ministerios e instituciones, decidió entregar ocho menciones y cuatros premios relevantes.
Entre los galardonados está Yusdany Rojas Pérez, productor independiente de la CCS Juan Verdecia del municipio Camajuaní en Villa Clara.
Para el joven brigadista este reconocimiento significa que su equipo de trabajo, conformado por 170 personas, ha logrado llevar a la práctica las ideas, sueños y conocimientos aprendidos, y eso tributa en beneficio de la población.
“Todos tienen formaciones diferentes y la ciencia necesita de un proceso continuo, que hay que respetar, si se quiere obtener resultados satisfactorios.
“Eso nos ha llevado un esfuerzo grande, pero he logrado trasmitirles la necesidad de disponer de un desarrollo productivo, desde su inicio hasta su destino final (venta a las personas), bonito en todas sus etapas. No es solo pensar en importación y comercialización sino en producir desde el país con lo que tenemos y cada día hacerlo mejor”, asegura.
El también miembro del recién creado Consejo de Innovación Juvenil, está al frente de la Cadena de Producción y Comercialización Diversificada D´YAR, del proyecto de desarrollo local El Níspero, en su municipio.
Y fue precisamente sobre eso que versó su presentación en el Ecojoven: qué están haciendo y cuáles los resultados obtenidos en cuanto a producción agropecuaria.
Aunque confiesa que nada de lo que hace es nuevo, el hecho de demostrar con la aplicación permanente de medios biológicos a los cultivos en sustitución de los químicos (en su mayoría), formas diferentes de cultivar las posturas (en el caso del tabaco tapado) hace que sea un ejemplo en su área.
“Hoy incursionamos en los cultivos varios, pese a que nuestro principal eslabón es la siembra de tabaco tapado y la obtención de alimentos para los animales, pues tenemos una extensa cría de cerdos”.
En este sentido, aclara Yusdany, que si bien la cantidad es insuficiente debido a la gran masa que posee, al menos logra un porciento para su mantenimiento, lo que le permite alimentarlos hasta que son entregados a la industria, para la elaboración de embutidos ahumados.
Asimismo, apunta que en la mini industria que poseen, como parte del proyecto, están experimentando con extensores de granos en la confección de estos embutidos.
“Los tenemos de todas las gamas, aquellos que tienen extensores y otros subproductos, y los que son ciento por ciento de carne de cerdo (gama más alta), pero este es altamente costoso”.
Pese a esto, manifiesta que los precios en los puntos de ventas son lo más módicos posible, para que el cárnico sea asequible a la población. Y aunque siguen siendo altos, en correspondencia con los salarios, resultan más bajos que en el resto de lugares.
“Es así porque nosotros partimos de nuestra propia cría de cerdo, además llevamos todo el proceso en las diferentes áreas productivas. De igual forma, hemos pactado precios que no sean especulativos con los equipos de cada sección”.
Al referirse al tabaco tapado, dijo que la técnica de los túneles de posturas, que emplean, garantiza que las plántulas estén mejor protegidas ante la llegada de fenómenos meteorológicos.
“Las condiciones que se les crean permiten que vayan desarrollándose a una velocidad considerable, y es una garantía de que cuando llegue el momento de plantarlas en el suelo ya estarán listas. Incluso ya tendrán incorporado nutrientes que la sostendrán por dos o tres días en lo que echan nuevas raíces”.