(Foto tomada de Otitelecom.)
El pasado 29 de mayo en reunión del Consejo de Ministros fue aprobada la Política para la Transformación Digital y la Agenda Digital Cubana, así como la Estrategia para el desarrollo y uso de la Inteligencia Artificial en el país.
Para llegar a este proceso, según refirieron autoridades del Ministerio de Comunicaciones (Mincom) ante los diputados reunidos en el más reciente periodo ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se creó un grupo de trabajo liderado por el propio organismo e integrado por expertos y funcionarios de diversos sectores.
Y es que desde hace algunos años manejamos el concepto de transformación digital como una etapa superior a la informatización de la sociedad, un proceso que debe conducir a un mejor aprovechamiento de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Según reconoce la Política, el propósito principal es la prosperidad y sostenibilidad de la sociedad para el bienestar de los cubanos, por lo que debe estar centrada en las personas como los beneficiarios principales y protagonistas de la transformación.
Para ello, se diseñaron ocho ejes estratégicos: marco normativo; infraestructura tecnológica, conectividad y acceso digital; economía digital, educación y cultura digital; gobierno digital; innovación, ciberseguridad y contenidos digitales, los que podrán ser modificados por el organismo según cómo evolucione la implementación de la Política y de su Agenda.
Cuba llega a esta transformación con un incremento de más de 130 mil usuarios en la telefonía móvil para un total de 7 millones 895 mil líneas móviles en servicio. También, más de 7 millones 388 mil usuarios se encuentran aprovisionados para el acceso a Internet a través de la telefonía móvil; la cobertura poblacional de la telefonía móvil en 4G es de un 50,04 por ciento y el 84 por ciento de los Consejos Populares tienen al menos una vía de acceso a Internet.
Asimismo, se prioriza el desarrollo de los contenidos digitales propios, para potenciar la soberanía tecnológica, pues la Política refiere la necesidad de “fomentar el desarrollo de productos y servicios de facturación nacional y el incremento de capacidades de producción subutilizadas”.







Como propuestas, la Política prevé establecer el sistema de dirección de la Transformación Digital, así como proyectos impulsores de la transformación digital, con un alto impacto en la sociedad, o el desarrollo de programas establecidos o para la exportación, que puedan integrarse al sistema de trabajo de los Macroprogramas del Programa Nacional de Desarrollo Económico Social 2030.
Un aspecto esencial del nuevo documento rector es que contempla elaborar la Agenda Digital, la cual “define la estrategia del Estado para lograr que las tecnologías digitales impulsen el desarrollo social, económico y ambiental del país y contribuyan a la defensa de la Revolución y sus logros”.
“Se articula con todos los actores de la sociedad y los organismos internacionales, y deberá ser actualizada sistemáticamente de forma que se garantice su continuidad y sostenibilidad en el tiempo”, dispone.
Son muchos los alcances que puede tener la Política y la Agenda que la complementa, procesos que implican, también, fomentar la producción de servicios asociados a las tecnologías y avanzar en la alfabetización digital, ratificando la prioridad de la ciberseguridad como elemento clave para avanzar en la transformación digital.