Del 12 al 17 de noviembre próximo, 140 equipos de más de 100 países se darán cita en la ciudad de Sharm El-Sheikh, Egipto, para asistir a la Final del Concurso Internacional Universitario de Programación (ICPC, por sus siglas en inglés). Se trata de la competencia anual más importante a nivel mundial en el ámbito de la programación de computadoras.
En esta ocasión –que enlazará las ediciones 46 y 47– Cuba estará representada por tres equipos, dos correspondientes a la carrera Ciencias de la Computación de la Universidad de la Habana: el UH Top, confomado por David García Aguilera (4to año), Leonardo Artiles Montero y Jorge Pichardo Cabrera (ambos de 2do año), y el UH++, integrado por Carmen Cabrera Rodríguez (profesora adiestrada), Marcos Tirador (4to año) y Marcos Adrián Valdivié Rodríguez (profesor adiestrado).
Para conocer pormenores de su preparación y sus expectativas de cara al certamen, JT se dio un salto hasta la Facultad de Matemática y Computación y consiguió dialogar con tres de ellos:
Adrián: “El formato de la competencia es por equipos de tres personas, con una computadora, y hay que resolver la mayor cantidad en un conjunto de 15 problemas en el menor tiempo posible. Para ello el primer paso es entender de qué va el problema, que no siempre es tan sencillo; además podemos intercambiar ideas, hacer consultas, en equipo evaluamos la manera de resolver el reto según nuestros conocimientos, qué algoritmo puede funcionar, programamos y enviamos la solución a un juez en línea, quien la acepta o rechaza. Es gratificante representar a nuestra Universidad y vamos con el ánimo de defender nuestra condición de campeones latinoamericanos”.
David: “Son problemas más o menos complejos, en los cuales influyen muchos detalles, hasta los más pequeños y la presión del momento. Por eso hay que estar muy concentrados y decididos a desentrañar cada una de las situaciones que puedan presentarse. El evento va de trabajo en equipo, análisis, resolución de problemas y desarrollo de softwares. Asisten concursantes de todas las universidades del mundo, incluso las mejores. Europa y Asia suelen llevar los equipos más fuertes. Lo positivo es que podemos intercambiar con ellos y retroalimentarnos de su background, qué hacen, cómo estudian. Entendemos que tienen un nivel muy alto porque dedican su vida a prepararse, a diferencia de nosotros que no disponemos de las mismas condiciones ni el mismo tiempo; pero hacemos el mayor esfuerzo”.
Leonardo: “La preparación es ardua, practicamos la coordinación y concentración, pues son varios problemas; por suerte lo enfrentamos en equipo y cada quien aporta sus ideas. Llevamos seis meses en este entrenamiento. Tratamos de poner en alto el nombre de nuestra Universidad en la competencia, donde hay un dinamismo que te permite también hacer amistades, crear vínculos con colegas de todo el mundo. La presencia en este evento nos permite también ayudar a otros equipos de la Facultad que no han podido llegar a ese nivel, pues les aportamos experiencias y conocimientos que les pueden servir en el futuro. Si quedamos en el top 30 mundial sería un buen resultado; si conseguimos una medalla sería como un sueño olímpico, hecho realidad”.