Aunque en el ámbito de las tecnologías es frecuente que se usen anglicismos como mail, email o e-mail, los cuales deberán ir en cursiva, en español lo recomendable es el empleo de la expresión correo electrónico, semejante en su uso y escritura a la carta tradicional. Así consta en el Libro de estilo de la lengua española (LELE), de las academias de la lengua, obra en la que también se precisa que, en dependencia del destinatario, el correo será más o menos formal.
En la presente entrega de Buen Idioma señalaremos algunas recomendaciones ofrecidas en la obra antes mencionada, que creemos útiles para quienes usan con frecuencia el correo electrónico.
Sobre la adecuación en el trato, conviene recordar que el uso de saludos cordiales y atentamente o de hola y besos dependerá de la relación que exista entre el destinatario y el remitente del correo. Si es más formal, como es obvio, se optará por la primera opción; en cambio, si existe una relación más estrecha es posible y válido el empleo de fórmulas menos corteses y más conversacionales.
Así pues, se dirá, por ejemplo:
Hola, Denise:
¿Cómo va todo? Te escribo para invitarte a la fiesta de este martes. Comenzará a las 9:30 p. m. en el centro cultural de la ciudad. Te espero.
Besos,
María
Como se ve, debe separarse con coma la interjección hola del vocativo Denise. Recordemos que, en español, conforme a lo estipulado en la Ortografía de la lengua española, «se aíslan con entre comas los sustantivos, grupos nominales o pronombres personales que funcionan como vocativos, esto es, que se refieren al interlocutor y se emplean para llamarlo o dirigirse a él de forma explícita».
Del ejemplo anterior también puede inferirse que luego de María no se escribe punto si bien el usarlo no sería incorrecto, especialmente si la despedida no tiene verbo. Caso diferente sería «Reciba un cordial saludo. / María Pérez». Aquí, puesto que la despedida es una oración completa, lo indicado es cerrarla con punto.
En lo que respecta a la extensión y contenido, refiere también el LELE que lo aconsejable es que los correos sean «breves en conjunto y que se distribuyan en párrafos cortos».
Hasta los asuntos se tratan en el mencionado libro. Se trata de palabras clave que sirven de guía para que el receptor del correo tenga una idea sobre de qué trata, se indica que, como ocurre en los epígrafes, de uso frecuente en el ámbito periodístico, «no se debe incluir información que luego no aparezca en el correo ni se debe escribir la primera frase del correo en él». De igual forma, se indica que los asuntos no se cierran con punto, y que, «en favor de la brevedad y la concisión, es posible omitir palabras no significativas».
Por último, hablaremos de las posdatas (también es válida pero menos recomendable la grafía postdatas). Si bien se usaban con frecuencia en las cartas, en los correos también es válido su empleo, pese a que, en principio, ya no serían necesarias, toda vez que los correos pueden editarse fácilmente. Aun así, es posible su empleo, en especial, cuando «se quiere presentar explícitamente como un añadido con respecto al tema central».
Sobre la etimología de posdata, el diccionario académico indica que proviene de pos- y data, porque la data (‘nota o indicación del lugar y tiempo en que se hace o sucede algo y especialmente la que se pone al principio o al fin de una carta o de cualquier otro documento’) se ponía al final de la carta.
A propósito de este tema, insistimos en que la abreviatura de posdata es P. D. Detrás, es habitual que se escriban dos puntos, aunque también es posible no hacerlo. En cualquier caso, se comienza después con inicial mayúscula.
https://twitter.com/RAEinforma/status/1488040966825168897?t=dm50w4hq64IRXEcZC836Jg&s=19
¿Y usted qué otras recomendaciones de uso relacionadas con los correos electrónicos ofrecerías?