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¿Sobrevivirán mil años nuestras historietas?

Sofia Miragaya
05 diciembre 2023 | 0 |
Manuel Fernández Vázquez durante la campaña de digitalización en la Vitrina de Valonia. Tomado de: redes sociales de Embajada Bélgica en La Habana.

Cuando el asturiano Manuel Fernández Vázquez llegó a La Habana en noviembre del 2023 para realizar una campaña de digitalización de la historieta en la Vitrina de Valonia, su relación con el cómic estaba lejos de comenzar.

A pesar de haber finalizado sus estudios de Electrónica en 1977, Manuel se decantó por la actuación en la primera etapa de su carrera. Sin embargo, en otro giro de rueda, mientras hacía teatro en Bruselas, se encontró con que tenía varios huecos entre contrato y contrato por rellenar y aceptó en 1990 la invitación del director técnico del Museo Belga del Cómic (CBBD) de colaborar en exposiciones a través de la programación de los efectos especiales.

Manuel confiesa que, a su llegada al museo, la informática “no estaba al orden del día”, lo cual lo hizo proponer la creación de la red informática y la modernización de todos los puestos de trabajo con varios servidores centrales. La aparición de ordenadores potentes como los Macintosh permitió la elaboración “en casa” de proyectos audio-visuales, pantallas táctiles con juegos, webapps y, lo que nos concierne en esta entrevista, el inicio de la digitalización de las historietas.

Unas 200 exposiciones después, el teatro terminó por alejarse. Desde el año 1997, Manuel Fernández Vázquez es el manager multimedia del Museo Belga del Cómic.

El Museo Bélgica del Cómic. (Foto: tomada de Visit.brussels)
El Museo Bélgica del Cómic. (Foto: tomada de Visit.brussels)

— ¿Qué criterios se toman en cuenta para seleccionar los cómics que serán digitalizados en el CBBD?

 — Sean exposiciones temporáneas o permanentes, todos los documentos gráficos son digitalizados a su recepción. Nos permite tener constancia de su paso por el museo, proteger las obras y facilitar a los autores o propietarios una copia de dicha obra.

“Otro papel que tiene el Museo es de ayudar a autores, aunque no estén presentes en una exposición, a obtener copias de gran calidad de sus documentos originales. En este caso, se negocia con el autor el permiso para conservar una copia en nuestros servidores.

“En resumen, todo se digitaliza o se ha digitalizado, ya que este proceso lleva muchísimo tiempo y solo se acabó este año de digitalizar los documentos más antiguos”.

— ¿Qué métodos y herramientas se utilizan para digitalizar los cómics?

 — Desde hace pocos años disponemos en el museo de dos escáneres A2+, los dos de marca WideTEK 25. Permiten digitalizar con una resolución óptica de máx. 600×600 dpi, documentos ligeramente más grandes que una página A2. El tratamiento interno es programable, permitiendo varias salidas simultaneas en JPG, TIFF y en varias resoluciones. Se archiva a la salida, por red Ethernet hacia el servidor o PC conectado y también por USB en disco o PenDrive.

“Los documentos más importantes son digitalizados en TIFF, 600 DPI. La mayoría en JPEG, 600 DPI, calidad máxima. Esto para optimizar el almacenamiento y facilitar la edición en la fase de postproducción en la PC. Un TIFF de 600 es diez veces más pesado que un JPEG de 600.

“Un TIFF en A2 y 600DPI, en color 24 bits, puede alcanzar 1 GB, lo que lo hace complicado a la hora de manipularlo en un PC, que debe ser muy veloz y potente, con mucha memoria RAM y aun así consume mucho tiempo de espera después de cada operación.

“En caso de tener que digitalizar documentos mayores que A2, se escanean por partes y se pegan en Photoshop. Existe una función en Photoshop que permite este proceso de manera eficaz y automática”.

— ¿Qué medidas se toman para proteger los derechos de autor?

 — No damos acceso público a los documentos digitalizados. El acceso es restringido a unas pocas personas, con el fin de proteger los derechos de autor y evitar la propagación indebida en Internet de documentos que en, muchos casos, no pertenecen al museo.

“En caso de tener que compartir documentos, por ejemplo, con la prensa o en redes sociales, esto se hará en baja resolución, con una filigrana pegada a la imagen y bajo la autorización del propietario de la obra”.

— El noveno arte es subvalorado en algunos países con respecto a la literatura y las artes plásticas. Sin embargo, en Bélgica tienen personajes propios tan entrañables como Gastón Lagaffe, Tintin o Los Pitufos. ¿Es más estrecha la relación de los belgas con el cómic?

 — Lo es… pero porque ha cambiado la forma de ver y entender ese arte. Lo que fue, durante mucho tiempo considerado como un arte inferior y más bien destinado a los niños y la juventud, sin ninguna otra ambición que de entretener, se convirtió en paralelo a los cambios sociales y políticos, véase mayo de 1968 en Europa, en un medio de desarrollar historias y preocupaciones que se podrían llamar “más serias”. Serias no lo eran todas, aunque profundas e indagando en las zonas a veces más oscuras del género humano.

“Hoy día, con la profusión de novelas gráficas, llegamos a poder ver la creación de obras dignas de las dichas “serias”. Solo un ejemplo: Mouses de Art Spiegelman. Relato, guion y dibujo de alto nivel artístico y dramático. Los ejemplos ya son por centenas”.

— ¿Considera importante la digitalización del cómic para preservar su patrimonio cultural?

 — Desde luego, aunque considero que nuestro avance tecnológico es impresionante pero frágil. Tener la posibilidad de almacenar grandes cantidades de información en poco espacio y con rapidez, implica que podemos fácilmente perder grandes cantidades de información.

“¿Serán nuestros archivos digitales disponibles dentro de mil años como lo son, por ejemplo, los jeroglifos egipcios?, es una pregunta que vale la pena hacerse. Debemos tener en cuenta los riesgos que conlleva esta tecnología e intentar prevenirlos. Sin embargo, estamos aquí y ahora, siendo parte de este mundo tecnológico que nos permite el intercambio de información y conocimiento”.

 —  ¿Existen métodos y herramientas quizás menos costosos que pudieran emplearse en el contexto cubano para la digitalización de historietas?

 — Desgraciadamente, el elemento más costoso y complicado es el escáner, pero es posible usar material menos costoso, como un escáner A4 o A3 con buena calidad óptica, si digitalizamos los documentos por partes y los juntamos en Photoshop. Existen otros programas más baratos que Photoshop, muchos en código abierto, pero Photoshop tiene ese proceso de juntar de manera automática que es impresionante. Basta con realizar el siguiente procedimiento: abrir Photoshop -> Archivo -> Automatización -> Photo Merge.

“Otro punto de alto coste es el almacenamiento. ¡No recomiendo usar PenDrives para almacenar! Estos elementos son ideales para intercambio entre equipos o personas, pero tienen poca fiabilidad en el tiempo.

“Recomiendo el uso de varios discos simultáneos. Uno de uso diario, del que se hace copia diaria a dos discos no conectados permanentemente y guardados en un archivador. De preferencia dos discos de buena calidad, pero de marca diferente o, si de marca y modelo idéntico, de número de serie diferente (esto para evitar fallos de una misma serie). En el museo cambiamos los discos cada tres años, pero se trata de discos funcionando 365/24/7.

“Cuando empezamos con el proyecto de digitalización, estuvimos investigando varios sistemas de código abierto de gestión de contenido: Servidor Apache, Motor PHP y Base de datos MySQL. Son fáciles de instalar, con software gratuito y una gran base mundial de usuarios. Merece la pena echarles un vistazo”.

— ¿Qué lo motivó a realizar una campaña de digitalización de la historieta en Cuba?

 — El punto de partida ha sido de compartir nuestra experiencia en todo el proceso que nos ha llevado hasta aquí. Este proceso, en nuestro museo, como pasa a menudo, está hecho de retrasos, fallos, y, menos mal, avances. En fin, hecho de decisiones humanas que chocan a veces con los adelantos tecnológicos, como pueden ser la desaparición del soporte informático escogido o el alza de precios de un software.

“Esto nos ha hecho considerar opciones asequibles y que puedan asumir las personas a cargo del proyecto en la Vitrina de Valonia. A partir de ahí, surgió para mí la idea de compartir mis consideraciones y consejos para evitar ciertas trampas en las que pudimos caer nosotros.

Muchas veces, lo sencillo es simplemente una ventaja y, en el caso de la Vitrina, hay lo esencial:

1. Una persona que aprende como digitalizar según el resultado deseado: calidad de resolución, destino del resultado, creación de rutinas. Quizás sea lo más importante, ya que luego puede transmitir su experiencia.

2. Un material de buena calidad: escáner A3 potente y profesional, laptop rápida y reciente, disco de almacenamiento externo.

3. Mucho material que digitalizar…

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